Edward Cullen se levantó temprano, pero no por el ruido del despertador, un sonido muy tosco se escuchó desde la cocina y sabía que podría significar, quería decir que alguno de sus ocho angelitos estaba haciendo algo y eso abecés no era bueno.

Bajo las escaleras corriendo y se paró en seco al ver la fotografía de Tanya su exesposa, la cual se había divorciado de él, más que nada porque se drogaba y lo engañaba con otra, ya fuera con un hombre tal vez (bueno ni en esas circunstancias), pero con una mujer, nunca se lo perdonaría.

Ante tal crimen la custodia y patria potestad quedaron a su nombre y ella no podía verlos hasta hacer una rehabilitación, pero lejos de eso estaba. Nunca le interesaron sus hijos, solo el dinero de su marido.

A los niños no les dijo nada y dejo que cada uno sacara sus conclusiones, Las más afectadas eran Catrinha y Natalya, quienes adoraban a su madre. Pensaron que el culpable era él y ahora decían odiarlo.

Por suerte Asheley la mayor sabía la verdad y lo apoyaba en todo, sobretodo en no causarle disgusto, después de ella seguía su hijo Anthony, quien era una buena persona y le encantaba todo lo que tenía que ver con los animales, quería un gran rancho.

Luego las gemelas, a quienes les decían Trinha y Tally de catorce años seguían.

Después otros gemelos llamados Zac y Coddy de diez años, ellos eran tremendos y tenían una increíble habilidad para sacar de quicio a cualquier persona que se juntara con ellos.

Unas cuantas veces hicieron explotar el carácter de su madre y juro ya no volver, pero siempre lo hacía por dinero. Por eso ambos hermanos no la extrañaban, siempre estaba a la defensiva con ellos.

Por ultimo tuvo a otras dos gemelitas a las cuales nombro él solo Abell e Ibell. Tanya nunca las quiso y las culpo de su pérdida de carrera, pero para Edward eran sus pequeñas princesas.

Suspirando por sus hijos, que ahora asían de las suyas en su nueva cocina. Se tuvieron que mudar y aunque Tanya lo sabía no podía pagarse el viaje y no era como si quería.

Edward le mandaba dinero, ya no le importaba que hiciera con él, pero mientras se mantuviera fuera del alcance de los niños estaba bien.

En la cocina estaban Coddy y Zac cubiertos de harina junto con Abell e Ibell los cuales reían, pero callaron al ver a su padre entra con la cara fruncida del enojo.

--- Perdón, pero queríamos Gofren y Asheley no nos quiso hacer --- dijo Abell con un puchero y Edward negó.

--- ¿Dónde está tu hermana? --- en eso iba entrando una rubia muy guapa con el teléfono en la oreja y hablando sin parar --- ¿con quién habla?, acabamos de llegar ayer.

Los cuatro niños se encogieron de hombros, mientras la joven colgaba el teléfono y besaba a su padre, pero al ver el desastre fulmino a sus hermanos.

--- Les dije que me esperaran, ya iba a acabar.

--- Asheley, ¿puedo saber con quién diantres hablabas?

--- Papá, es obvio, tenía que dar mi dirección a las revistas de moda, además de un ligero cambio en algunos artículos, como futura editoras de moda lo devo de saber --- Edward rodeo los ojos, lo bueno es que era editora y no diseñadora como su hermana --- Oh, ya vi los críticos de la escuela, todo será fantástico, hay un taller de modas y clases para cualquier buen estudiante con desempeño a…

--- Aburrir a la gente, Ash, ya estas durmiendo a todos, mejor prepárate algo de desayunar --- le dijo un rubio joven que también entraba y saludaba a todos muy contento.

--- Deberías prepararlo tú granjero, yo tengo cosas que hacer y no soy tu sirvienta --- ante las palabras salió ofendida de la habitación.

--- ¡Señora Maddie! ---grito y una viejita carismática y sonriendo se acercó --- por favor tengo prisa.

--- Por supuesto, pero no puedo hacer maravillas, no eh echo las comparas --- miro a los niños y  saco una gran caja --- ¿Quién quiere serial de chocolate?

--- ¡Yo! --- gritaron siete voces.

--- Buenos días Trinha, Tally --- las saludo Edward cuando iban entrando a desayunar, pero ambas lo ignoraron como era de costumbre desde el divorcio --- claro, bien chicos iré a cambiarme, tengo que llevarlos a la oficina y yo ir a la escuela --- estaba tan nervioso que ni supo lo que dijo, causando risas de los niños y un levantamiento de cejas por Tony y Maddie --- no, perdón, ustedes escuela, yo trabajo.

Salió de la cocina y fue corriendo para terminarse de arreglar, solo faltaba llegar tarde a la oficina que fue heredada por su tío Aro, una buena oportunidad para cambiar de aires.

Estaba terminándose de cambiar cuando escucho el teléfono y fue a contestar poniendo altavoz para poder acomodarse la camisa y la corbata. La voz cantarina de su hermana resonó por toda la habitación.

--- ¡Hola hermanito!, ¿nos extrañan por haya?

--- Claro Alice, los extrañamos todos --- dijo Edward rodeando los ojos.

--- ¿Cómo están mis sobrinitos consentidos? --- pregunto emocionada.

--- Bien, ahorita Coddy, Zac, Abell e Ibell hicieron un desastre en la cocina, Asheley ya está bien lo de revistas de moda, Tony está preparándose para sus clases y tanto Trinha como Tally no me hablan --- suspiro ante lo último, no le gustaba la diferencia que tenían sus hijas con él.

--- Ya verás que luego se les pasa a todos --- su voz sonaba algo compasiva por lo de sus últimas dos sobrinas --- bueno, te tengo una buena, cambiare la empresa de diseño para haya, nos iremos a América Jasper y yo y como Rosalie es una de mis modelos también se viene Emmett --- Edward se emocionó más, con la llegara de sus hermanos sus hijos podrían tranquilizarse un poco en especial las difíciles --- y como mis padres no nos quieren dejar, decidieron retirarse y se vendrán con nosotros ¡es genial no!

--- Claro, a los chicos les encantara, ¿Cuándo se vienen? --- pregunto Edward abrochándose las agujetas.

--- Todavía tengo muchas cosas que arreglar pero en unos meses llegamos, no les digas a mis sobris, quiero que sea sorpresa, bueno nos vemos, que Marie quiere un cuento para dormir, ya sabes diferencias de horario.

Edward asintió, mientras escuchaba como el sonido del teléfono se volvía a que la otra línea había colgado, por fin listo apago el teléfono y salió del carro. Iba a llevar a los niños a la primaria y Asheley y Tony irían a la preparatoria ellos solos. También Trinha y Tally irían con ellos, porque la secundaría quedaba cerca.

Dejo a los pequeños en la primaria y a sus hijas en el kindergarten, se fue a su oficina y cuando llego lo vio todo tan reluciente.

Subió asía la suya donde era el pinjaos y vio a la que sería su secretaría, de tacón plataforma, una mini falda y una blusa con gran escote, atrayente pero para nada bien vestida, esto iba a cambiar.

--- Usted debe ser el señor Cullen --- anuncio ella emocionada su voz era gangosa y no le gustaba --- soy Jessica Stanley, su secretaría.

--- Un gusto, pero para mañana la quiero bien vestida --- la mujer lo miro sin entender y este rodeo los ojos --- con falda larga o pantalón, sin escotes, esto es una oficina no un centro turístico ¿entendió?

Ella asintió y Edward estuvo a punto de meterse en su oficina cuando se acordó que debía hablar con la editora en jefe de la sección juvenil, todavía no revisaba los nombres de sus empleados.

--- Llame a la editora de la sección Juvenil --- dijo en tono serio --- la necesito ver y rápido.

--- Sí señor, pero creo que todavía no llega, con tantos niños no le queda espacio para nada --- anuncio con un tono jocoso y eso no le gusto a Edward.

--- Bueno, en cuanto llegue la hace pasar, no quiero irresponsabilidades, si no puede con este trabajo que se encuentre otro --- anuncio molesto, a tipa esa esa lo saco de quicio.

Entro en la oficina y reviso su reloj, ya había pasado media hora y volvió a hablarle a Jessica, no sabía que se creía esa persona, pero lo iba a escuchar, de eso se encargaba él.

--- ¡Jessica donde está la jefe de editoriales adolecentes! --- grito Edward molesto, ya había perdido mucho tiempo --- ¡no me gusta la impuntualidad!

--- Acaba de llegar señor, ¿la hago pasar? --- la voz de ella sonaba para él nerviosa, pero a la vez con un patético intento de seducción.

--- ¡Por supuesto, la he esperado desde media hora atrás! --- impaciente por acabar con ese asunto grito más fuerte de lo que esperaba --- ¡YA QUE ENTRE!

Se volteó en la silla para ver el paisaje y escucho como se abría la puerta, espero hasta que se volviera a cerrar para voltearse, pero su vista quedo en una joven conocida de hace mucho tiempo, ambos dijeron a la vez:

--- ¡Tú!