Capítulo 2: Academia St. Vladimir y La Historia de los Hathaway
POV Bella:
Sentí como los tenues rayos del sol pegaban en mi cara, pero no me quise levantar. Rose fue la que me hizo levantar recordando el examen de Biología, me levante rápidamente, me importaba tanto asistir al examen, lo que me importaba era no reprobar la asignatura y después quedarme en los cursos, ya que nos encontrábamos a finales de semestre y ya quería las vacacione de verano, luego de quitarle a mi querida hermana mi uniforme y me fui a cambiar al baño, al salir Rose entro a peinarse y mientras tanto yo bajaba a la cocina donde se encontraba Elizabeth nuestra nana, que por cariño le llamábamos Lizzy desde niñas, la saludé sin mucho entusiasmo.
Ella me estaba sirviendo una rebanada de pan tostado con mantequilla cuando Rose entro.
-Buenos días Rose- le saludó y le sonrió nuestra nana.
-Buenos días Nana- le contestó mientras me sentaba, me y le servía lo mismo que a mi.-Gracias
-Estoy nerviosa por el examen- no pude evitar decir mientras empezaba a comer-. No quiero deber ninguna materia
-La pasarás- me dijo muy segura Rose.
La verdad es que éramos excelente estudiantes. Si no mal recuerdo estábamos en el cuadro de honor, pero no podía evitar sentirme nerviosa por ese examen, no quería pasarme mis vacaciones de verano en cursos.
-Pero biología no me gusta y casi no se me pegó nada de lo que estudié... No quiero ir a los cursos.- escuché el grunido de mi hermana en forma de queja.
-La vas a pasar, no te pongas histérica- me regaño algo molesta-. Va a estar sencillo
-Eso espero- fue lo único que dije
Terminamos el desayuno y subimos a lavarnos los dientes para ir al instituto, mientras me cepillaba los dientes me percaté que mi rostro se veía opaco, esa no era buena señal, rara vez mi rostro perdía su brillo, yo en comparación a Rose era pálida, ya que no me gustaba el sol, ella en cambio lo amaba, yo prefiero el clima frio o temperatura ambiente, pero en definitiva odiaba no solo el calor sino también cuando el sol ardía como una antorcha en mi cabeza, mis facciones delicada hacia que mi rostro pareciera la cara de una muñeca, era bella al igual que mi hermana, éramos mellizas pero solo teníamos 4 cosas en común, nuestra belleza sin igual aunque en eso la superaba, nuestro color de cabello y ojos que son de un tono achocolatado, nuestra contextura física aunque ella era más voluptuosa yo en cambio más menuda pero todo en medidas perfectas y nuestra fuerza y agilidad fuera de lo común.
Dejé de pensar en lo que nos separaba a mi melliza y a mí para concentrarme en mi falta de brillo y rubor de mi rostro, me maquillé un poco para recuperar eso que hoy le faltaba a mi rostro, pero fuese lo que fuese que pasaría no cambiaría nuestra forma de vivir, o eso creía… Al salir del baño tomamos nuestro uniforme de deportes y los guardamos en la mochila, bajamos las escaleras, nos despedimos de Elizabeth y salimos de la casa, Mason ya nos esperaba en auto, era un chico simpático a pesar de ser el chofer, me llevaba bien con él, era un fanático del anime como yo, a Rose le gustaba también pero no era tan fanática como yo, yo me considero Otaku, a ella solo le gustaba, Mason solo es 2 años mayor que nosotras –el tiene dieciocho y nosotras dieciséis- sabía que yo le atraía, pero el solo me simpatizaba, era guapo pero aun así no llamaba tanto mi atención, me gustaba llamar la atención de la gente, pero usualmente ellos no me llamaban la atención Rose era mas de perfil bajo, éramos totalmente opuestas en la mayoría de las cosas.
Rose se mantuvo en silencio mientras yo platicaba a gusta con Mason, solo porque hablábamos de anime. Le estaba comentando de un anime que terminé de ver hace poco “Blood +” que trataban de una clase de gemelas vampiras, me encanto, mi genero favorito de anime en su mayoría ha sido el gore.
Durante el gran trayecto, grande ya que New York era una gran ciudad, el me recomendó ver un anime súper bueno algo gore de zombie “Sankarea” hablamos de otro anime muy bueno “Another” ese lo había visto ya hace tiempo con Rose que se horrorizo un poco por algunas escenas gore muy fuertes, al fin llegamos, pero antes de poder bajarme Mason me llamó.
-UMM sabes, también deberías verte “Speed Grapher” es bueno aunque no es muy gore.
-Gracias Mason, cuando me vea los animes que me recomendaste, hablamos de si me gustaron o no, si no me gustan, ten por seguro que te pateare el trasero- le dije en broma, el solo se hecho a reír, despidiéndose con la mano, no presté mucha atención su despedida.
El examen- como Rose había dicho- fue más que sencillo, detesté tanto haberme preocupado con esa porquería de prueba cuando lo respondí con los ojos cerrados; hasta la guía que hicimos Rose y yo era más complicada; de verdad esta cabreada de lo sencillo que fue. Rose casi se ríe cuando me percateé que la prueba estaba más sencilla que tomar agua, eso me cabreó más no por el hecho que se riera sino que yo no había tomado su palabra y me hice un bullido con la prueba pensando que sería extra difícil.
-Me preocupé tanto, ¿Para nada?- me quejé mientras nos dirigíamos hacia la siguiente clase. Mientras Rose soltaba sus pequeñas carcajadas. En ese momento me tranquilicé, fue algo bueno que la prueba estuviera fácil, pero la actitud de la profesora de tomarnos como niños con esa prueba no me dejaba en paz.
-Sabía que te pondrías así- murmuro Rose.
-Chicas... El examen fue una burla- dijo Alice, una buena amiga de nosotras que como siempre andaba caminando como bailarina, esa pequeña duendecita era la raíz de la hiperactividad, pero sobre todo eso la amábamos, era nuestra duende..
-Demasiado- contestamos mi melliza y yo al unisonó.
El resto del día fue un poco aburrido, pero normal, en gimnasia como siempre estupendas, el profesor nos tenia envidia por hacer las cosas no solo con facilidad sino con agilidad, pulcritud, perfección y fuerza en los bellos movimientos que realizamos mi melliza y yo, realmente ya a nosotras ya no nos impresionaba nuestra fuerza, fuerza que era mayor a la de los chicos, eso era lo que dejaba aun más loco al profesor.
También nuestros sentidos eran agudos, en cierta forma percibimos cosas que los otros chicos no o tardaban en percibir, ya a eso estábamos acostumbradas me niñas no llego a dar miedo pero lo superamos, en verdad éramos un poco extrañas, pero eso a las personas parecía no importarle mucho ya que les llamaba mas la atención nuestra belleza.
En el receso mi hermana y yo nos separamos la clase de gimnasia en cierta forma me tranquilizo, la única forma de calmarme era esa, hacer ejercicio, para que mi cuerpo cansara a mi mente, la distrajera, y como siempre después de esta clase salía feliz, ya no me importa que hablaran sobre el examen de biología, ya eso no me importaba, ya sabía que había sacado la mayor nota.
Me senté en la mesa que acostumbraba con mis amigos, pero estaba pensando en lo tan relajada que estaba que ni me percate de quien estaba allí, solo sé que comía hasta que me di cuenta que ya no quedaba nada en el plato y en pocos segundos sonó la campana que decía que termino el receso.
Me levante dispuesta a ir a las siguientes clases, ya casi al final del día escolar tuvimos el semestral de historia, no se me hizo difícil, realmente se me daba bien la historia, pero me aburría, solía quedarme dormida en clases, en las horas de realizar las tareas pertinentes de esta materia y cuando tenía que leer un libro de historia, gracias a dios se me daba bien, realmente no deseaba quedarme en verano hacer curso rece mil veces para no dormirme mientras realizaba la prueba, y cuando al fin la termine me sentí libre.
Cuando nos dignamos a salir Mason nos esperaba, estaba algo serio y un poco nervioso a mi parecer había pasado algo grande, pero verdaderamente GRANDE.
-¿Qué te ocurre Mason?- se dirigió a él enseguida Rose.
-Si Mason ¿Qué pasa?- cuestioné seria sin inmutarme, cuando por dentro estaba un poco nerviosa, no sabía la razón de mi nerviosismo.
-Me ha dicho Lizzy que sus padres desean hablar con ustedes.
Me puse tensa y apreté los dientes ante la confesión de Mason, que querían esos extraños de nosotras, porque para mí esos eran unos extraños, en nuestra vida los hemos visto contadas veces exactamente unas cuatro veces, nunca estaban en los cumpleaños ni festejos, eran como unos extraño, ya casi nuestra madre era nuestra querida nana Lizzy
-¿Para qué nos quieren esos bastardos?- pregunte entre dientes totalmente asqueada, los odiaba por ser como eran con nosotras cuando nosotras necesitábamos una familia de verdad y el cariño que ellos nunca nos dieron. Me daba igual lo que les sucediera si ese era el caso, pero no tendrían que amargar nuestras vidas.
-Tienen algo muy importante que hablar con ustedes- respondió Mason si dejar a un lado su seriedad.
-No quiero hablar con ellos.- espete furiosa
-Ni yo- oí decir a Rose a ella tampoco le gustaban esos dos seres que decían ser nuestros padres, pero ella no los oiaba como yo.- No me interesa
-Tienen que hacerlo, Lizzy dijo que lo hicieran.- volvió a hablar Mason.
Después de eso aceptamos si Lizzy lo decía era por alguna buena razón, ya esperaríamos saber, nos pusimos en marcha a la casa, yo no estaba de humor para charla así que no solo fue un largo recorrido sino incomodo y muy silencioso para mi gusto después de una hora ya nos encontrábamos en casa al bajar no pude dejar de maldecir la tranquilidad que tenia por el ejercicio se había esfumada dejando todo mi furia, estaba que reventaba solo quería saber que querían esos bastardos para volver a mi tranquila vida junto a mi melliza.
Lizzy nos recibió como siempre y nos condujo hasta el despacho de esos bastardos, oí a Rose suspira, pero no le tome importancia ella tampoco los quería, pero ya era hora que los bastardos que se hacen llamar nuestros padres, los señores Hathaway aparecieran en frente de nosotras, ya sin más nos adentramos al despacho.
No puede impresionarme y me tense, ya tenía años que no los veía y seguían intactos, no habían cambiado en lo mas mínimo, eso me desagrado tanto que podía percibir el veneno que emanaba de mi interior.
Me pude percatar que Charlotte y Joseph eran algo similar, Charlotte con el cabello castaño poco más claro que Joseph y los dos con ojos oscuros y penetrantes, realmente ya sabia de donde habíamos heredado es irreal belleza, pero eso no quitaba ni disminuía mi odio así ellos, realmente nunca los entenderé ni querré entender, que tipo de padre deja a dos niñas desde pequeñas solas y prácticamente al cuidado y crianza de la servidumbre, aunque la Nana Lizzy ya era como nuestra madre, yo de verdad la quería como tal, estas persona en frente de mi solo era dos extraños desconocidos en su totalidad.
-¿Qué quieren?- pregunto Rose antes de que yo pudiera abrir la boca para pedir una maldita explicación a su llamado tan urgente.
-Queremos decirles hoy toda la verdad- escuche suspirar a Charlotte.- Queremos explicarles porque nosotros nunca estamos con ustedes... Y lo que las dos son…
-Somos mujeres, eso somos- la interrumpí, no quería escuchar su sermón.- Ustedes son unos fenómenos.- espete con veneno en cada palabra.
-Cállate-me demando mi hermana, al parecer ella estaba mas integrada que yo por lo que dirían estos bastardos.
-Silencio niñas- nos ordenó Joseph en tono molesto, eso me hizo molestar.
-Tú no eres quien para ordenarnos- Casi grite furiosa.
-No seas grosera- me regaño mi hermana, me daba asco que respetara a estos bastardos cuando los odiaba, aunque no tanto como yo.
-Tienen razón en odiarnos- oí decir resignada Charlotte. Ella empezó a decir que existían vampiros que habían tres clases y que nosotras éramos mitad vampiras mitad humanas, y ellos era vampiros inmortales. No pude evitar reírme a carcajadas por su triste historia, no le creía ni una triste palabra, en el mundo no existían tales cosas, mi hermana me acompañaba a coro en mis carcajadas.
-¿Puedo matarlas?- oí preguntar al bastardo de Joseph, pero nosotras continuábamos con las carcajadas.
Vi como Charlotte hablaba pero no me concentre en lo que decía hasta que se puso seria.- Bien, las enviaremos a la Academia St. Vladimir... Allí van a estudiar a partir de septiembre.- concluyo de decir Charlotte, esto era el colmo, ¿a donde coño nos mandaban? Me pregunte
-¿Academia qué...?- preguntamos al unisonó mi melliza y yo, que coño con esa historia de vampiros, ¿ellos creían en esas estupideces? Yo no quería ir a ningún lado.
-Academia St. Vladimir- repitió Joseph con una sonrisa de burla.- Allí las entrenarán para acabar con personas Strigoi, o sea, gente como nosotros- esto iba a los limites, en serio están enfermos o dementes, pero si era así les iba a seguir el juego.
-Entonces acepto encantada- dije yo con tono frio y lleno de veneno.- Ustedes serán mis primeras víctimas.
Escuche una leve carcajada que salía de los labios de Charlotte eso me cabreo un poco más de lo que ya estaba.
-No querida, a nosotros no, solo gente como nosotros... Nosotros vamos a volver a ser lo que éramos, una humana y un vampiro Moroi.- dijo mientras de sus ojos salía un brillo de esperanza.
-¿Ya no vamos a ir a nuestro instituto?- pregunto con cautela Rose.
-Rosemarie, eres una chica tranquila, no eres gritona como Bella... Me agradas más- me dijo aquel bastardo de Joseph.
-No vas a hacer que me sienta mal, estúpido bastardo- escupe con tono el veneno que tenia.- No me afectan tus comentarios, pedazo de basura.- estaba molesta como para medir mis palabras.
-Ya no les digas así- me volvió a regañar Rose de seguro pensaba que su ira, la ira de aquellos bastardos caería sobre mi-. Ahora contesten lo que he preguntado... ¿Ya no iremos a nuestro instituto?- volvió a preguntar aun mas cautelosa
-No...
-¡No pueden hacernos eso!- no pude evitar gritar como se atrevían a hacernos algo así, nos quitaron la vida en familia y a nuestros padre porque para mí ellos nunca serian nuestros padres.
-Lo lamento, pero si podemos, ya lo hicimos- dijo Joseph con gran satisfacción, los quería matar con mis manos, y tal vez un día lo llegara a lograr-. Ya están inscritas en la Academia St. Vladimir, no hay vuelta atrás, se van a principios de septiembre-. Espeto aun más satisfecho.
Malditos bastardos que no dejaban de arruinar nuestras vidas ellos no tienen ningún derecho de cambiarnos de escuela y menos sin nuestro consentimiento. La única que tenía derecho a objetar sobre nosotras, esa era Lizzy quien nos crio como sus hijas.
-Son unos estúpidos- masculle largándome de allí ya no soportaba mas estar con ellos, a mis espalda cerré la puerta de un portazo, sin dar oportunidad que Rose llamara mi atención por mi falta de decoro.
Me puse a dar vueltas, por el pasillo de las habitaciones, entrando y saliendo de la habitación que compartía con Rose, realmente deseaba matarlos como era posible esto, en solo 1 o 2 minutos Rose ya estaba allí se dirigía a la habitación y me vio ella estaba molesta también pero no tanto como yo, ella por mas odio que siente hacia nuestros padres ellas les respetaba
-Son unos estúpidos, realmente lo son- gritaba a cada rato, no soportaba recordar lo ocurrido hace solo unos minutos.
-Niñas ¿Están bien?- nos preguntó Lizzy.- ¿Qué les dijeron?- formulo otra pregunta mientras entraba a nuestra habitación.
-Nos mandaran a la Academia St. Vladimir, según ellos- le dijo Rose.- Nos dijeron una mierda sobre vampiros, de verdad no les creí.- tal como ella decía yo tampoco les creí ni una sola palabra.
-No- oímos apenas susurrar a Lizzy quien partió en un sonoro llanto.- No pueden enviarlas allí, ¿Por qué son tan crueles? Si van ahí ya no tendrán vida propia, no podrán casarse ni enamorarse, solo servirán para proteger, no es justo de verdad...
-¿De qué hablas Lizzy?- dijimos Rose y yo al unisonó.
-Siéntense, les voy a contar una historia... Es hora de que sepan la verdad.- la esperamos expectante a lo que diría, tomo aire como si le costara respirar y empezó a contarnos-. Mi niñas, ustedes no son realmente totalmente humanas, y su mundo no es como lo creen, existen como ya saben de sus padres tres clases de vampiros, los Strigoi, los Moroi y ustedes los Dhampir, en la academia ustedes protegerán y custodiaran a los Moroi que se le asigne.- hizo una pausa para tomar aire de nuevo-. Los Strigoi son vampiros sin alma.- empezó a sollozar mas fuerte-. Cuando te conviertes en uno… tu ser desaparece casi por completo, usualmente te vuelves despiadado y cruel como si no tuvieran alma, y no les importa matar humanos, solo les importa alimentarse aunque pueden dejar vivas a sus víctimas suelen matarlas.- volvió a sollozar un poco mas fuerte-. No como sus padres, ellos antes no eran lo que son, su madre era una humana y su padre un Moroi para que nazca un Dhampir tiene que haber intimidad entre un humano o un Dhampir y un Moroi así nacieron ustedes.- respiro hondo para continuar, este relato iba para largo-. Un día ya cuando ustedes tenían apenas dos añitos ellos salieron a cenar y fueron secuestraron y obligados a ser lo que son ahora, según ellos mismos me contaron a su padre le obligaron a tomar sangre de otro Moroi para transformarse en un Strigoi mientras que a su madre la mordió un Strigoi quien luego le dio de su sangre para también terminara como una Strigoi. Esas son unas formas de convertirse en un Strigoi, que un Moroi tome la sangre de otro Moroi, que un Strigoi Muerda a su víctima y darle luego de su sangre, y la otra forma es que un Moroi mata a un humano de que se alimente.- en ese momento sus sollozos se apaciguaron para continuar con su extenso relato.- Los Strigoi son inmortales pero se puede matar clavándole una estaca en el corazón, separando su cabeza de su cuerpo, ósea decapitarlos o quemándolos, pero las estacas no pueden ser cualquier estaca tiene que ser una estaca con el don de un Moroi, los Moroi poseen una especie de poder, que son los cuatro elementos.- volvió a tomar aire para continuar-. Aire, Fuego, Agua y Tierra, esos son los dones de los Moroi, pero hay muy pocos que tienen un don especial ese es el del Espíritu, si la estaca está envuelta en este don tan especial y el Moroi del don clava la estaca en un Strigoi este vuelve a ser lo que era, esa humano Moroi o Dhampir, una batalla sin fin es lo que les espera en esa Academia.- mi hermana y yo nos quedamos atónitas ante la historia de la Nana Lizzy a ella le creímos todo por mas absurdo que fuera, ella no tenia porque mentirnos de esa forma, ella nos explico con detalle toda la historia, y sentí compasión por mis padres, pero eso solo disminuyo un poco mi odio hacia ellos, si querían mi respeto tendría que ganárselo, yo no lo regalaría.
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