The Reason

Autor: dianacullenblack
Género: Romance
Fecha Creación: 30/10/2012
Fecha Actualización: 24/07/2013
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 5
Visitas: 7300
Capítulos: 7

 

"He encontrado una razón para mi.. para cambiar lo que yo solía ser. Una razón para empezar de nuevo.. y esa razón eres TU"

Stefan/ Bella

TODOS HUMANOS.

la historia pertenece a mary-paradice

yo solo publico con su permiso, espero le guste este fic como a mi ♥_♥

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 2: viejos amigos

Los personajes no son míos. Son de Meyer y L.J. Smith.la trama de Mary-Paradise.

Capitulo Dos:viejos amigos

 

Gracias a Dios, tenía trabajo. Nunca creí que lo conseguiría.

Iba a trabajar en New York Times, como fotógrafa. Era buena tomando fotos y podía manejar una Nikon con los ojos vendados. Aunque mi verdadera pasión era la literatura.

Esperaba volverme periodista o tener mi propia editorial. No me veía escribiendo una novela famosa, pero si me veía ayudando que otras voces se escucharan.

Llegue a mi apartamento agotada, pero estaba feliz. Había tenido un buen día. Pero si no lo negaba, tenía mucho que ver con Stefan.

Pero tenía muchas preguntas. ¿Porque la gente se le quedaba viendo extraño? ¿Por qué sus ojos revelaban tristeza y miedo? ¿Había algo que todos sabían, y que yo no podía saber? Era extraño. Todo en el, lo era.

Mientras sacaba mis cosas para hacer tarea, no pude evitar pensar en Edward. Ya sé, se suponía que iba a superarlo. Iba a borrarlo de mi vida para siempre, pero no era fácil.

Recordé cuando nos conocimos. Por un descuido, mis cosas se habían caído. Entonces me agache a recogerlas, cuando una mano masculina me lo impidió. Recuerdo que alce la mirada y me encontré con los ojos más hermosos que haya visto alguna vez.

Y no, no lo odiaba. Tal vez no era nuestro destino estar juntos. Tal vez esa chica le hacía sentir cosas que ya no sentía conmigo. Tal vez, solo tal vez, las cosas dejaron de funcionar.

Basta, Isabella. No vas dejar que esto te deprima. Eras demasiada mujer para él. Respira.

Mejor me dispuse hacer tarea. Estúpida clase de Cálculo. ¿Cuándo iba a usar una derivada en mi vida diaria? ¿Acaso iba a ir a la cocina y diría que faltaba ·3x+6y de leche? Por supuesto que no.

El tiempo paso rápido, mientras acababa mi reporte de cinco hojas de la Segunda Guerra Mundial. Mire el reloj. Eran las seis.

Decidí que iba a tomarme un receso. Aparte, tenía hambre.

Empecé a cocinar, mientras sonaba en mi pequeño reproductor de música Devotion de Hurts. Y me puse a pensar, que hubiera pasado si no hubiera ido a la casa.

Creo que todo seguiría igual. Bueno, no igual si no que estaría con Rose y Alice comiendo chatarra y tomando una cerveza. Ir a parques de diversiones y vomitar. Comprar cosas como si fuera el fin del mundo. Vivir al máximo.

I'll turn temptation down

I'm asking you to take me to safety this time.

Esperaba encontrar a una persona que me diera la seguridad, algo que alejara mis demonios. No quería caer de nuevo en la tentación. Representaba muchas cosas.

Entonces, escuche que alguien tocaba a mi puerta. Mire a la puerta, pensando si lo había imaginado. Me quede de piedra al escuchar su voz.

-¡Bella, se que estas ahí! Ábreme-. Alice. Alice estaba aquí.

Como pude fui hasta la puerta y quite el seguro. Y ahí estaba. Mi mejor amiga. Una mujer que tenía un peculiar aspecto de hada y su pelo apuntaba a todas direcciones. Mi hermana.

-Alice-. Simplemente la abrace. Los últimos dos meses habían estado llenos de dudas, de miedo y de resignación. Nadie se había alejado de mí, yo lo había hecho. Y no porque no lo necesitara, si no porque quiera enfrentarlo sola.

Patético, ¿no?

Su risa de plata resonó en el lugar. Me separe y me encontré riendo con ella.

-Bella, haz cambiado. Ya no tienes tu cabello largo- dijo horrorizada, llevándose sus manos a sus labios en expresión de horror. La verdad lo tenía más corto, pero me había crecido. En unos meses lo tendría igual que antes.

-Larga historia. ¿Y tú qué haces aquí? No pensé que irías a Nueva York- le respondí mientras pasábamos al apartamento. Ella se sentó en el sofá negro.

-Oh, bueno. ¿A dónde podría ir una bailarina talentosa y hermosa? A Julliard- dijo ella con orgullo. Alice era una talentosa bailarina de ballet, desde que tenía diez.

La mire con asombro, pero luego recordé algo importante. Era una Cullen. Uno tenía que viajar muy lejos para que alguien no sepa quiénes son. Son esas personas que jamás tienen las puertas cerradas.

-Eso es excelente, Alice- sonreí con afecto. Ella me miro con duda. Ya sabía que vendría después.

-Bella, yo sé que no quieres hablar del tema. Pero, ¿Por qué te fuiste tan de repente? Mira, se que algo hizo el idiota de mi hermano, pero ¿por qué no me dijiste nada? -. Me miraba tristemente. Y tenía razón. Ni con Charlie –mi padre- lo hable.

-Alice, no quiero que tengas una mala impresión de Edward. Solo quería huir. Quería pensar y saber que podía hacer. Y no me arrepiento- dije lo más firmemente que podía.

-Edward te está buscando- dijo seria. Maldije internamente. Que me busque, vera lo feliz que soy sin él.

-Espero que no le digas ni una palabra-. Ella sonrió, e hizo un movimiento que parecía que su boca tenia cierre y le ponía llave. Me reí.

-No, me dijo Charlie-. Claro. El veía a Alice como una segunda hija. Siempre se habían llevado bien.

Estuvimos hablando el resto de la tarde. Alice había llegado a Nueva York con dos misiones: la primera, encontrarme. La segunda, encontrar donde quedarse. Sin pensarlo, le ofrecí quedarse conmigo. Aunque me gustaba mi privacidad, era solitario no hablar con alguien.

Incluso preparamos la cena. Alice no era buena cocinera, pero quería aprender para su novio Jasper. Y entendía porque: el no iba a sobrevivir a base de cereal y cosas que solo se cocinan en un horno de microondas.

Entonces vinieron las conversaciones incomodas.

-Entonces, ¿no hay alguien que te haya llamado la atención? Ni siquiera un poquito- me pregunto Alice en su –ahora- habitación.

-No- respondí secamente. Ella me miro levantando una ceja. Carajo, sabía que estaba mintiendo.

-Déjalo así, Ali. No vale la conversación –. ! Qué momento más incomodo ¡Y no porque era hermana de Edward. Si no que, una vez que comience, ella iba a investigar quien era.

Y la verdad, Stefan era solo Stefan. Algo enigmático, encantador, guapo, carismático. Pero ni siquiera podía considerarlo mi amigo. Apenas lo conocía de un día.

Me fui a la cama, llena de pensamientos sobre mi vida aquí, en la ciudad que nunca duerme. Abrace a mi almohada, esperando dormir.

¿Pero podía darme la oportunidad de amar? Ya no era la misma Bella que salió de Phoenix. Ya no era aquella mujer estúpida, esperando que los héroes de los libros la rescataran o encontrar al príncipe soñado. Iba a darme una oportunidad, pero por mí. Porque yo merecía mucho más de lo que Edward un día me dio.

Pero mientras perdía la inconsciencia, no podía apartar de mi cabeza unos ojos verdes, que se transformaban en ojos cafés.

Capítulo 1: capitulo1 Capítulo 3: realidad alterna

 


 


 
14637170 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 10856 usuarios