El comienzo

Autor: Eeteelviinaa
Género: Romance
Fecha Creación: 08/12/2011
Fecha Actualización: 13/12/2011
Finalizado: NO
Votos: 2
Comentarios: 0
Visitas: 4169
Capítulos: 5

Isabella Swan, es una joven común a la vista de todos, pero en realidad guardo un oscuro secreto,ella no es como cualquiera, es una bruja. Se muda a los Estados Unidos en busca de emoción, que encuentra al enamorarse de la persona incorrecta... luchara contra todos los que se opongan, pero ¿Qué sucederá cuando Jacob sea quien se meta en su camino?...

Hoola! Bueno, acá les traigo una historia que se ideo en mi cabecita loca, pero que la ajuste para ser basada en Crepúsculo. Es como la historia real, solamente que le agregue unos plus, y obviamente cambie lo que susede! Bueno, diganme si les gusto! 

Besos, espero sus comentarioss!

Eeteelviinaa (Camii (: )

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Capítulo 2: Capitulo 2: "El viaje"

  Me mire al espejo, el bellísimo traje blanco se veía... bellísimo, pero no tanto en mi. Di media vuelta para ver por detrás, no me terminaba de convencer, pero... como si fuese algún tipo de comedia sonó el timbre. Escuche el abrir de la puerta seguido de “Hola”, “¿Está Bella?” y como era de esperar...
!Bells ¡Baja, ya llegaron Bree y Jane!- de mala gana y con un largo suspiro di media vuelta hacía el comedor. Un escalón, dos, tres, cuatro...
-¡Hola primita!- se acercó Jane a saludarme.
–Hola Jane-le contesté,  y para no ser menos se me acercó Bree en un estrangulador abrazo.
- No puedo creer que hoy te vayas- por encima del hombro de mi querida amiga pude ver a mi prima fruncir los labios, y a mi madre desviando la mirada al suelo. Intenté calmar la tensión que se sentía.
-¿Hola, no?- reí forzadamente. Me siguió sin muchas ganas.
-Hola Bella- rió nerviosamente entendiendo y me soltó delicadamente. -Um... ¿Los demás no llegaron todavía?-
-No, pero...- miré el reloj de pared que se ubicaba sobre nuestras cabezas –Ya deben de estar por llegar... ah... Jane-gire para verla –Adivina que... ayer se pasó por mi casa Iván, y me dijo que estaba preocupado porque no respondías sus mensajes...-arqueo las cejas y se sonrojo ferozmente. Mi madre soltó una risita y nos abandonó para dirigirse al piso superior.
Mel y yo nos miramos con complicidad, y sostuvimos a Jane de un brazo cada una arrastrándola al sofá.
Ella quedó en medio de nosotras. Hubo un silencio interminable, hasta que Bree se decidió a hablar.
-¿Nos vas a contar o no?- se escucho el alargado suspiro, hasta que al fin habló.
-Bueno... me, me rindo-me sobresalte teatralmente  al igual que Bree.
-¿Cómo que te rendís?-pregunté.-Defíneme “rendir”- agrego Bree.
-Me rindo, no quiero seguir intentando, no llegamos a nada... y ya nos conocemos hace dos años...-
-Jane... entenderás que no te vamos a dejar hacerlo...-me miró indignada, pero se calló.
-Tiene razón, pero... ¿Todavía nada, enserio?-puso los ojos en blanco, como si esa fuera la pregunta que más le habían formulado .
-No, nada...-
-Bueno, si él no actúa, lo haces vos, nunca, pero nunca te des por vencida...-
-Mucho menos si se trata de un chico-agregó Bry.
-Está bien... pero si no sirve ¡ADIOS!- reímos juntas, hasta que el sonido del timbre nos detuvo, me levanté del sillón para dirigirme a la puerta, y como... como si fuese magia, frente a mí apareció Iván.
-Iván... hola, adelante-me sonrió levemente y entró.
-Hola Bella, Bree... Jane- la última persona se sonrojo, y aproveche que su enamorado no me veía para echarle una mirada acusadora, me disculpo con la vista, pero casi ni me prestó atención, su Romeo ya estaba junto a ella, más le valía que funcionara su idea para conquistarlo, porque ella sabía cuánto odiaba yo usar magia para razones así, bueno... para nada utilizaba magia en lo posible.

Me senté con Bree en la cocina, dejándole un poco de intimidad a los tortolitos; jugamos a las cartas, esperando a que llegasen los demás.
Después de hora y media comenzaron a llegar, uno tras otros, todos bien vestidos, admito que me causo gracia, como si fuera un evento elegante o algo así. Los invite al comedor, pero el amplio espacio comenzó a resultar cada vez más pequeño, hasta que me canse y los envié al salón.
-Y... ¿No estás nerviosa?-pregunto Sabrina.
-No, ¿por qué habría de estarlo?- se rió sola.
-Muchas razones, por ejemplo... tu avión podría estrellarse, o tal vez allá nadie te entienda y no tengas amigos, son infinitas las posibilidades-su tono me hizo sentir inferior y lo que acababa de decir me puso nerviosa... ¿y si ella tenía razón?, por suerte Jane salió en mi defensa.
-No creo que nada de eso sea posible,  Bella no es muy... sociable, pero de inglés sabe un montón, y en cuanto lo del avión, yo estoy muy segura de que no será...- mi prima me sonrió en complicidad.
-Eh... ella tiene razón, pero... ¿qué tal si cambiamos de tema?- sugirió oportunamente Bree.
El resto del tiempo charlamos de la escuela, los recuerdos de pequeños y cosas así; pude notar que Jane e Iván estaban agarrados de las manos.
-Tu plan funciono- le dije cuando habíamos ido a la cocina ella y yo en busca de algo que tomar.
-Sí, gracias a ustedes en parte, si no me hubiesen apoyado seguiríamos mirándonos de lejos...- reímos juntas mientras llevábamos la botella de Coca junto con nueve vasos descartables.

Ya eran 10:30 cuando los despedí, salude y recibí saludos de todos, menos de Bree y Jane, que me iban a acompañar al aeropuerto.
“Suerte”, “Llámame”, “Te voy a extrañar” escuche  y un “Cuidado con el avión” de la pesada de Sabrina, a veces recapacitaba sobre si era mi amiga o solo se juntaba con nosotros por ser hermana de Iván y novia de Matías; mi conclusión  siempre era –Si-.
 Una vez que se fueron todos, cosa que tardo, ya que mi prima se demoro un poco despidiendo a su novio, me parecía que jamás iban a terminar su “charla”, era todo –Te quiero, yo más, no yo más, te voy a extrañar, yo más...- ya saben como sigue,  por suerte Bree tomo papel en la situación y con un, -si los dos se quieren, adiós- aunque tendría que soportar el enojo de JAne durante un tiempo que duraría hasta mañana le agradecía mucho, ya estaba empalagada con tanta dulzura.
Me dirigí a la cocina, donde mi mamá, mi tía y mi tío esperaban sentados.
-¿Estás lista?- preguntó mi tía Mariela... que de hecho se llamaba Margaret, pero... con todo lo de vivir durante centenas de años el nombre... bueno, había que cambiarlo un poco.
-Si... creo que sí- le contesté dudando si había empacado todo.
-Mm... Todo no- dijo mi prima entregándome una prenda blanca, mi pulóver perdido. Lo sostuve en mis manos.
-Gracias , me había olvidado- todos en alrededor mío rieron.
-Mejor lo voy a guardar- comenté mientras me alejaba de ellos.
-¡Trae el bolso que ya nos vamos!- grito mi madre, ¿Ya?, mire el reloj que había colgado en el pasillo, ya eran las 11:05, a paso rápido entre en mi cuarto y saque a tirones el pesado bolso.
 En el camino mi prima y yo charlamos de cosas como que si llegaba a pasar “algo” o “alguien” le avisara apenas tuviese oportunidad, y que ni bien alguien me gustase se lo comentar, yo asentía riendo.
Después de 4 horas y media, gracias al abundante tráfico en la autopista, llegamos al aeropuerto de Ezeiza , muy justos, diría yo, porque ni bien entramos se escucho: “Pasajeros del vuelo 23 a Washington, por favor, presentarse inmediatamente a sector de despegues, muchas gracias”, a paso veloz nos dirigimos hacia la puerta correspondiente. Le di mi bolso al señor que aguardaba en la puerta, presente mis documentos y fui a despedir a mi querida familia.
-¡Te voy a extrañar mucho hija!- me dijo mi mamá al tiempo en que me ahogaba en un abrazo –Ni bien llegas me llamas... no puedo creer que te vayas...-comenzó a llorar en mi hombro, hasta que finalmente le cedió el lugar a mi tía.
-Mi vida, te quiero tanto, ¿Estás segura de querer irte? mira que se puede cancelar ahora mismo el vuelo...- se calló al ver mi expresión de desacuerdo. –Está bien... pero llámame seguido...- me dio un abrazo veloz para dejarme con Bree.
-Amiga...- antes de poder decir nada se echo a llorar – me prometí no llorar y mira ahora... – me dijo abrazada a mí, solté una pequeña risita.
-No te preocupes... si no lo hubieses hecho pensaría que estas feliz de que me valla,  o que simplemente no te importa...-
-¿Cómo no me va importar que mi hermana del alma se vaya del país?- pregunto irónicamente.
-Te voy a extrañar mucho Bry- le dije despacio.
-Yo igual...- me soltó y se corrió para colocarse junto a mi mamá. Apareció Jane frente a mí, con los brazos abiertos, camine el paso que nos separaba y la abrasé.
-No quiero ser poco original pero, ¡Te voy a extrañar un montón!- reí tontamente acompañada por ella.
-¡Yo igual!, pero siempre que pueda te voy a llamar, para contarte las “novedades” que me sucedan- abrió la boca para decir algo, pero la cerró nuevamente.
-¿Qué me querías decir?- miró dudosa.
-¿Puedo visitarte con magia?- preguntó en un susurro temeroso.
-Lo siento, pero no, en lo posible no quiero utilizar magia...- le conteste de igual modo. Me solté de ella para despedir al último, pero no menos importante, mi tío.
-Cuidado allá en Washington y...- no pudo decir nada más, su voz se quebró en un llanto. Lo abrasé consolándolo.
-Yo también te quiero tío- le dije y me fui llendo, el hombre de la entrada ya me miraba impaciente. Recogí mi bolso de mano y mis documentos. El señor me guió a través de una puerta, mientras me alejaba miré por detrás de mi hombro, para ver que todos estaban llorando, mientras la puerta se cerraba deje mi vista fija en el conjunto de personas tristes, que era mi familia.
Me guió por un pasillo, hasta que llegamos a otra puerta, la abrió y salimos a la parte exterior del aeropuerto, allí había un grupo de personas, en su mayoría solas o en parejas.
-¡Ya está el último!- gritó el mismo hombre que me llevo hasta allí, no pude evitar sonrojarme, habían tenido que esperar por mi...
Después de un rato llegaron unos “carritos” o algo por el estilo, nos hicieron subirnos y  en esa especie de automóvil nos llevaron a través de la pista de despegue hasta un avión inmenso. Subimos uno por uno,  cuando fue mi turno tuve que entregar nuevamente mis documentos, tanto la azafata como yo nos veíamos cansadas. Me invito a entrar con un gesto, y recorrí el pasillo en busca de mi asiento.
-12, 13,14...15, este- dije tan despacio que solo yo lo escuche. Me senté en el cómodo asiento a esperar el seguramente tardío despegue.
Para mi mala suerte yo tenía razón. Luego de 20 minutos escuche el –Señores pasajeros, por favor, abróchense los cinturones, vamos a despegar- obedecí a la voz de la mujer y abroché mi cinturón, esperando que de una vez por todas el avión despegase.
Cuando sentí el encender de las turbinas me encogí en mi asiento en busca de un descanso. Cerré mis parpados buscando tranquilidad. Percibí el movimiento del avión, el despegue, la elevación, que provoco que mis oídos se taparan, tome una bocanada de aire para poder escuchar normalmente otra vez.
-¡Que hermosa vista mamá!- una voz infantil detrás de mí me saco del muy pequeño descanso.
-¡Shh!  Flor, las personas duermen...- una voz femenina hablaba autoritaria y en susurros atrás.
Mire por la ventana en la misma dirección que la niña. No pude evitar largar un ruido de asombro, era una vista panorámica de Buenos Aires. Miles de lucecitas alineadas, o algunas deformes se apreciaban; también se podía contemplar la costanera, y como la luz de la luna la alumbraba, era maravilloso.
 Luego de un par  de minutos la hermosa vista desapareció, dejando en su lugar una obscuridad absoluta, en ese momento decidí que era mejor descansar, una vez en  USA, estaría cansada por la diferencia de horario y el largo viaje, pero necesitaría energía para arreglar ciertas cosas, como la ropa, la comida, los elementos escolares... en palabras más cortas, había mucho que hacer. Apoye mi cabeza en la cabecera del asiento y descanse al fin mis parpados.
 
-¡Hermoso!, ¡Wow, is wonderfull! – murmullos asombrados me despertaron. Estire los brazos para desperezarme, tenía el cuello adolorido. Acomode como pude las marañas que eran mis cabellos y pase una y otra vez mi mano por la cara, como si eso me fuese a sacar el sueño y mi, seguramente, cara de zoombie. Cuando termine de “acomodarme” mire a mí alrededor, esperando encontrar el motivo de esas exclamaciones.Primero mire a mi alrededor, delante mío había dos personas hablando en inglés, tan rápidamente que solo capte alguna que otra palabra. Detrás, como ya sabía, una madre con su hija, ambas argentinas.
Y  al costado una señora algo rellenita me miraba sonriente. Le devolví la sonrisa tímidamente y voltee la cabeza hacia la derecha, en ese momento  vi el por qué de tanta emoción. Por la limitada vista de mi ventana podía apreciar  una ciudad con altos rascacielos, algunos modernos, otro con el estilo común y corriente de un alto edificio. Mientras contemplaba embobada pensaba cual podía ser aquella ciudad, hasta que pasamos por sobre  una elegante edificación blanca de un estilo algo colonial, de hermosos jardines verdes. La Casa Blanca. Así que ya llegamos a Washington, pensé, pero más que eso no duro mi pensamiento, ya que una voz gruesa, pero femenina proveniente de al lado mío me hablo.
-Hermoso, ¿no?- pregunto, yo asentí un poco tímida.
-Es precioso- dije en voz baja volviendo nuevamente mi vista a la ventana.
-Disculpa que pregunte, pero... ¿qué hace una chica joven como vos, solo, en una ciudad como esta?- Tome una gran bocanada de aire para responder.
-Es... complicado, pero para hacerlo básico, por razones de estudio- la señora miraba con el ceño fruncido.
-¿Programa de intercambio?-
-Exacto...-
-Mi hija también está acá por eso...-
-Oh, ¿la viene a visitar?-
-Sí, es que ella está algo enferma...-
-Lo siento...-
-No es nada... pero.... no nos desviemos tanto, ¿En qué edificio te alojaras?- pregunto animando un poco su voz al final.
-De hecho... no vengo a Washington, más bien a... una pequeña ciudad llamada Forks- me miro atónita, parecía... asombrada... no, asustada. ¿De qué?
-¿Paso algo?- pregunte. Ella tardo en contestar.
-No, es solo... ¿Forks dijiste?-
-si... ¿hay algún problema?-
-No, pero... ten cuidado...- no pudo decir más que eso, ya que la voz de la misteriosa azafata habló.
-Por favor, abroche sus cinturones, vamos a aterrizar-.

Capítulo 1: Capitulo 1: "Vida" Capítulo 3: Capitulo 3: "Nuevo hogar"

 


 


 
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