La Sangre Nunca Miente (+18)

Autor: Nemesis_Keinus
Género: Sobrenatural
Fecha Creación: 24/10/2011
Fecha Actualización: 11/09/2013
Finalizado: NO
Votos: 2
Comentarios: 5
Visitas: 5962
Capítulos: 6

Las sombras siempre me acompañaron, pero cuando porfin pude ver una oportunidad de tener luz en mi vida, el responsable de darmela me traiciono, ahora debo asumir las consecuencias y existir por siempre!


Edward deja a Bella en luna nueva sin saber que con su partida un verdadero infierno se liberara en el mundo de Bella!

2011-11-02

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Capítulo 2: Capítulo I: Sueños confusos.

Bella pov:

No estaba cien por ciento segura de si esto era un sueño o real ya que podía oler y sentir todo a mi alrededor, pero esto cada vez me parecía más extraño e imposible que el hecho de que existieran los vampiros u hombres lobo, me encontraba en algún bosque frondoso y oscuro, cubierto de nieve totalmente desolado, pero a lo lejos oía un lamento de dolor que no era ni humano ni animal, como si una fuerza ajena a mí me impulsara empecé a correr hacia donde venía ese lamento, a lo lejos vi a una criatura realmente extraña, cada paso que daba me daba una visión más clara de tal criatura, parecía un ser salido de las películas de terror, era como ver a un hombre mesclado con un lobo, realmente no era como jake y su pueblo los describían, era como si todas las historias humanas de los hombre lobo fueran ciertas, su cuerpo era como el de un hombre realmente grande de unos 2 m. de alto, terriblemente musculoso y estilizado como si hubiera sido creado para correr, su pecho amplio y cubierto de pelo negro grisáceo era hermoso, sus manos y pies parecían garras con dedos realmente largo, los huesos de sus pies parecían haberse alargado para lograr mantener el talón lejos del suelo y dar mayor impulso, su cabeza era semejante a la de un lobo, larga y fina en el hocico, con una gran hilera de dientes blancos afilados como cuchillas, pero con una mirada que denotaba una inteligencia superior incluso a la humana, todo su cuerpo cubierto por ese brillante pelaje gris cenizo con matices negro solo lo hacían ver más omnisciente, pero que era? Acaso ese ser era  un verdadero hombre lobo! Seguí andando hasta el, al llegar a su lado sentí un terrible dolor y miedo, no por mí, sino por él, tenía una pata gravemente herida, parecía que lo habían atacado con flechas, y una había atravesado uno de sus huesos, probablemente le había roto el fémur, el lloraba y se lamentaba, en su rostro parecía haber rastros de las facciones de un joven niño herido y asustado que busca los brazos de su madre, el olor de su sangre junto al de su cuerpo me desconcertó, me parecía un aroma tan familiar y dulce que como posesa me arrodille a su lado, pero al momento de tratar de tocarlo mi mano paso a través de él! Pero qué diablos, podía sentir y oler, lo percibía todo, pero no podía intervenir para ayudarle, el no  parecía peligroso, su llanto se incrementaba y se hiso un ovillo junto  las raíces de un árbol como si eso lo protegiera de su perseguidor, la nieve empezaba a caer y así mas frio, el necesitaba refugiarse o moriría pero esa herida no lo dejaba moverse, quería gritar para que alguien viniera ayudarle, me sentía mal, me dolía verle así. Pero como si alguien hubiera oído mis plegarias y su dolor, escuche el galope de un caballo, su respiración agitada, no entendía nada! yo nunca había estado cerca de un caballo, pero estaba segura de que ese caballo había sido criado para la guerra, algo en su andar me lo decía.

Que hacía?, como podía saber que ese caballo de guerra no era de su perseguidor, pero entonces escuche una voz terriblemente familiar y me quede helada no era posible que?

-          Vamos bicéfalos, corre más rápido, o que ya estas viejo? Jaajajajaaaaa! (Qué? Esa era mi voz, era un poco más melodiosa y atrayente, pero estoy segura que era mi voz. Qué diablos pasaba aquí?)

-          Setí, a dónde vas?, Gribten, gato loco tu también? (de entre los arboles a mi espalda vi aparecer a un enorme lobo y un tigre, los dos negros como la noche pero que despedían de sus ojos una inteligencia y una mirada, semejante a la de un demonio salido desde el mismísimo averno, se agazaparon y miraron con sigilo a la criatura a mis espaldas, como si yo no existiera. Segundos después un hermoso caballo negro, grande y estilizado, mucho más hermoso que cualquier pura sangre en el mundo troto hasta  su lado, nunca había visto un animal tan magnifico y único, era como ver a un grupo de seres divinos, pero cuando vi al jinete de ese animal fue como si me hubieran dado un golpe a puño cerrado directo en la cara, era yo!.) 

-          Valla pero que es esto? Quien es él? Acaso lo conocen? (lo que vi después no tenía sentido, escuche como ellos le respondían a mi otra yo, ok creo que ya se, ahora si me volví bien loquita o es el sueño más raro de mi existencia.)

-          No, desconocemos su origen o su nombre princesa! (respondió el tigre.)

-          Mmmm, pensé que ya habíamos quedado en que soy Ariant (N/A: Ariant en mi lengua natural es “el que cumple los sueños”), no princesa, puaj!

-          Tu nombre solo puede ser pronunciado por aquellos con un nexo de sangre directo contigo, ya lo sabes no seas necia! (ok ahora el lobo, estoy muy mal, eso está claro.)

-          Huy parecen mis padres en lugar de mis acompañantes*!

-          Déjate de juegos, no te comportes como una niña, parece ser que este lycan furic, es el hijo del rumano reconocería esa herida en su pata donde sea, se la hiso Aro. (mi otro yo miro con furia al lobo que si más recuerdo ella llamo Setí, la cual lo hiso encogerse, esto era escalofriante, que pasaba aquí y por qué nadie me veía?).

-          Aro es un maldito, el solo quería alimento y lo tratan como si fuera su culpa que los hijos de su familia lo apresaran y torturaran hasta la locura! (antes de que alguno de los animales pudiera decir algo, ella se bajó del lomo del caballo y avanzó hacia él ser al que había llamado lycan.)

-          Shhhsss, tranquilo no te hare daño, déjame ver tu herida si? (ella lo miraba con cariño y amor como si ella fuese su madre y el su hijo, el cual se calló y raspo la rodilla, fue la visión más rara hasta el momento y sinceramente ya no podía confiar en mi salud mental, que sería esto, un sueño, una pesadilla, una alucinación o no sé qué más pensar.)

-          Voy a sacar la flecha si? (el parecía entenderle a mi otro yo, ok como demonios es que ella se puede parecer tanto a mí, los mismos cabellos, la misma contextura física, aunque he de reconocer que ella se veía más fuerte, parecía que sus músculos estaban más tonificados, como si los hubiera trabajado horas en un gimnasio, pero también estaba su ropa, parecía ser de siglos atrás y las costuras parecían adornadas con hilos de oro y plata, era un pantalón negro de cuero corte recto, sujetado por una tiritas de cuero trenzadas donde debería ir el zíper (Cremallera), un cinturón de cuero negro con hebilla de plata la cual tenía un escudo muy peculiar, pero no pude distinguir la forma con exactitud,  la parte superior del traje parecía un corsé de cuero y con detalles en seda dejando un muy revelador escote que no caía en lo vulgar, con una capa de seda negra en el exterior y roja en el interior, el corte de su ropa parecía del mismo tipo que usaban los soldados cruzados o quizás anterior, no podría determinar la época, pero sí que esas ropas eran dignas de la realeza. Ella movía sus manos con gran maestría sobre la herida, limpiando la zona y buscando la mejor forma de sacar la flecha.)

-          Quieto sí! no dolerá más que un instante y luego te llevare a casa!

-          Que estás loca! él ha destruido aldeas enteras! A convertido a cientos, no podemos dejarlo ir así, como así! (Setí estaba furioso, no era seguro mantener con vida a un ser así y ella quería dejarlo vivir, yo estaba de acuerdo con mi otro yo, no sabía por qué, pero esa criatura me inspiraba ternura y paz, no quería que muriera.)

-          El vivirá y si tienes algo que objetar, lo discutiremos con el filo de nuestras garras! (ante esas palabras todos se encogieron ligeramente, para luego recomponerse y que Seti hablara con astucia.)

-          Ya veremos que dice tu padre!

-          Como sea! (al decir eso ella ya había sacado la flecha, desde que ella se había acercado a la criatura, ella no había gruñido, ni gemido, parecía feliz y cómodo siendo tocado por ella.)

-          Ya esta pequeño, ahora solo la vendare! (qué diablos ella era bipolar o qué? sus cambios de humor me recordaban a Edward. Cuando le hablaba al lobo, se dirigía a él como si fuera un paria y al herido como si él fuera un niño pequeño.)

-          Vamos sube al lomo de bicéfalos, te importa bicéfalos?

-          No, que suba! pero que cuide sus garras o no solo tendrá una pata rota sino también el cráneo! (en definitiva, me volví loca! El caballo también habla.)

-          Muy bien listo! Vamos a casa!

En un instante lo que para mí era una clara señal de demencia se intensifico, cuando todo a mi alrededor se volvió negro y  sentí un terrible dolor en todo el cuerpo, podía sentir la tierra bajo mi cuerpo y la humedad del aire, pero más allá de eso un olor a sangre entre dulce y almizclado, con sol y hierbas. Se escucharon lamentos y al abrir los ojos vi a varios hombres riendo, al girar mi rostro un poco, vi varios cuerpos de lycans desollados y algunos otros cuerpos que al mirar sus ojos supe que eran vampiros, ya que sus pupilas eran rojas, como por reflejo lleve mi mano a mi vientre y sentí unas pequeñas pulsaciones como latidos, una terrible opresión se plantó en mi pecho, las pulsaciones cada vez eran más débiles y como si no controlara nada, hable:

-          Malditos, me han robado lo mas preciado, y no importa el precio, lo pagaran! (mi voz se debilitaba, era como si yo fuera un espectador tras una ventana de doble fondo, sin control de lo que pasaba, pero si sintiéndolo todo en carne propia.)

-          Tú y tus abominaciones no seguirán viviendo, hoy tú junto con tus ideales morirán  y esta vez exterminaremos a todos eso perros repugnantes y aquellos que los protejan. (al decir eso el muy maldito me atravesó el pecho con una espada y todo se volvió a oscurecer, sentía el cuerpo cada vez más pesado, pero no podía hacer nada. Después de lo que para mí pareció una eternidad, sentí una gran calidez a mi lado alguien me abrazaba, reuní todas mis fuerzas y abrí los ojos,  todavía no podía definir si yo manejaba ese cuerpo o era alguien más, pero hasta ahora todo parecía indicar que yo estaba viendo todo desde una caja de cristal dentro de este cuerpo sin poder actuar a voluntad, ante mi o ante estos ojos estaba un hombre de unos 28 o 32 años era difícil saber, pero era hermoso, tenía rasgos fuertes, su piel bronceada de un color entre el avellana y miel, por un momento pude reconocer sus rasgos como latinos, pero su cuerpo no concordaba con la gente de esa región, era más alto y fornido que Emmett quizá tuviera unos 2m. o más, al mirarlo mejor note una gran cantidad de cicatrices cubrían su cuerpo, muchas parecían haber sido hechas con cuchillas pero había 3 en su pecho que resaltaban ya que parecían garras. Su cabello negro pulcramente arreglado en una coleta y sus ojos café oscuro casi negros me miraban con mucho amor, él me tenía en sus brazos.)

-          Mi niña, mi amor, no me dejes, le prometí a tu madre amarte y cuidarte, no me dejes te necesito tanto, uhuuuu. (me sentí fatal al ver como el trataba de controlar los sollozos.)

-          Perdóname por no poder protegerlo!

-          A quien mi amor? (el seguía llorando mientras me sostenía más fuerte contra sí. Tome su mano y la puse sobre  mi vientre.)

-          A nuestro hijo, a tu hijo!

-          No, por favor, no! Resiste tu padre te sanara! (no el cansancio era cada vez peor, en ese momento sentí que esto era una despedida.)

-          Te amo viejo amigo, y juro que ya sea en esta vida o en la siguiente, nos volveremos a ver, juro que nuestra venganza caerá como ola de muerte sobre nuestros enemigos, hasta pronto! (reuní todas mis fuerzas en mi mano y la puse sobre su mejilla, y de esa manera me hundí en la nada.)

No sé cuánto paso hasta que un sonido estruendoso me libero de mi confusión, era mi celular, la alarma había sonado, todo había sido un maldito sueño, yo estaba en mi cama bañada en sudor y lágrimas, pero como es que todo lo que percibí en ese sueño era tan real, tan vivido, como sea, me tenía que levantar sino no estaría lista para cuando me reuniera con Edward en un rato, al girarme para ver la hora me di cuenta que hoy era un día funesto, “13 de septiembre”, había estado tratando de ignorar esta fecha, el día que se cumplía parte de otra de mis pesadillas, una fecha que me acercaba cada vez más a mi peor temor, “envejecer” y que con el tiempo mi cuerpo se marchitara, ya que con eso, solo se haría más claro que Edward no podría seguir a mi lado. Las noches previas a esta había tenido el mismo sueño en el cual estaba en nuestro prado durante un día soleado, algo muy raro aquí, pero que al internarme en él y acercarme al centro, podía distinguir una figura conocida para mí, era la abuela Mary. Mas sin embargo al estar frente a ella podía notar que replicaba mis movimientos, no tardaba mucho en entender que era yo en un espejo, ese era mi destino si Edward se negaba a mi cambio, después veía a Edward acercarse a mí, mientras me rodeaba con sus brazos y me deseaba un feliz cumpleaños, con esto despertaba aterrada, esa pesadilla la entendía, pero el sueño de esta noche me era un misterio, que fue todo eso?, sinceramente creía que el mal funcionamiento en mi mente, el cual bloqueaba a Edward me estaba pasando factura y pronto colapsaría. Con estas ideas y miedos me levante, pero cuando empezaba a tomar mis cosas de aseo, sentí como si alguien estuviera cerca de mí, al levantar la vista para mirar por la ventana una mortecina luz gris, la luz propia de una mañana nublada, sustituyó el paisaje de mis pesadillas. Por un momento creí ver una sombra en el bosque moverse, como la silueta de un hombre, pero pensé que podía ser alguno de los Cullen, para ver si ya me había levantado, Alice estaba actuando como loca desde que supo que se acercaba mi cumpleaños, este verano fue bueno pero solo por la presencia de Edward y su familia, sin pensar más en eso me dirigí al baño para asearme, después de unos minutos en los cuales el agua alivio mis tenciones salí de la ducha, una vez lista, con ropa que de seguro Alice desaprobaría, salí de la casa como bólido, no sin tropezar un poco, pero era indispensable para mi salir de casa antes de que Charly iniciara con las nefastas felicitaciones por tan terrible evento, para cuando llegue a la puerta de mi camioneta estaba agitada, cuando me disponía a abrir la puerta pude sentir como si alguien desde el interior del bosque me observara, al girar mi cabeza hacia el bosque pude notar otra vez una sombra moviéndose, pero al no ver nada durante unos segundos decidí que estaba paranoica, lo más seguro es que el estrés y los miedos por mi cumpleaños, hubieran desatado tan extraños sueños, a su vez los sueños me ponían en un estado de alerta, eso era todo, no creo que yo le interesara a nadie tanto como para seguirme, claro nadie más que Edward.

Una vez dentro de mi vehículo, lo encendí lo cual produjo un ensordecedor chirrido por la resurrección de tan antiquísimo artefacto, por un momento pensé que me dejaría sorda, después de que se calentara lo suficiente el motor, emprendí la marcha hacia la escuela y deje a mi mente en la nada, pues no me apetecía pensar en todos los líos de mi subconsciente, ya después me mortificaría por eso, cuando entré en el conocido aparcamiento que se extendía detrás del instituto de Forks y descubrí a Edward inmóvil, recostado contra su pulido Volvo plateado como un tributo de marfil consagrado a algún olvidado dios pagano de la belleza. Mis sueños no le hacían justicia. Y estaba allí esperándome sólo a mí, igual que cualquier otro día. Su hermana Alice estaba a su lado, esperándome también. Sin mucho esfuerzo me moleste con ella, ya que al ver sus manos pude notar una pequeña caja cuadrada envuelta en papel plateado. Le había dicho que no quería nada, de nada, ni regalos ni ningún otro tipo de atención por mi cumpleaños. Pero no ella no me escucho, cuando su pequeño rostro se alzó en mi dirección pude ver sus ojos brillando de excitación, si en definitiva ella era feliz ignorando mis deseos. Al bajar de mi chevy pude ver como daba pequeños saltitos en un pie, lo cual me molesto más y casi tiro la puerta de mi camioneta por la fuerza con la que la cerré. Después me dirigí lentamente hacia donde me aguardaban. Alice saltó hacia delante para encontrarse conmigo; su cara de duende resplandecía bajo el puntiagudo pelo negro.

      -¡Feliz cumpleaños, Bella!

      -¡Shhh! (bisbiseé mientras miraba alrededor del aparcamiento para cerciorarme de que nadie la había oído. Lo último que me apetecía era cualquier clase de celebración del luctuoso evento. Ella me ignoró.)

- ¿Cuándo quieres abrir tu regalo? ¿Ahora o luego? (me preguntó entusiasmada mientras caminábamos hacia donde nos esperaba Edward.)

-          No quiero regalos (protesté con un hilo de voz. Al fin, pareció darse cuenta de cuál era mi estado de ánimo.)

-          Vale..., tal vez luego. ¿Te ha gustado el álbum de fotografías que te ha enviado tu madre? ¿Y la cámara de Charlie?


Suspiré. Por descontado, ella debía de saber cuáles iban a ser mis regalos de cumpleaños. Edward no era el único miembro de la familia dotado de extrañas cualidades. Seguramente Alice habría «visto» lo que mis padres planeaban regalarme en cuanto lo hubieran decidido.


-          Sí, son maravillosos.

-          A mí me parece una idea estupenda. Sólo te haces mayor de edad una vez en la vida, así que lo mejor es documentar bien la experiencia.

-          ¿Cuántas veces te has hecho tú mayor de edad?

-          Eso es distinto.

Entonces llegamos a donde estaba Edward, que me tendió la mano. La tomé con ganas, olvidando por un momento mis inquietudes. Su piel era suave, dura y helada, como siempre. Le dio a mis dedos un apretón cariñoso. Me sumergí en sus líquidos ojos de topacio y mi corazón sufrió otro apretón menos dulce. Él sonrió al escuchar el tartamudeo de los latidos de mi corazón. Levantó la mano libre y recorrió el contorno de mis labios con el gélido extremo de uno de sus dedos mientras hablaba.

- Así que, tal y como me impusiste en su momento, no me permites que te felicite por tu cumpleaños, ¿correcto?

- Sí, correcto (nunca conseguiría imitar, ni siquiera de lejos, su perfecta y formal facilidad de expresión. Eso era algo que solamente podía adquirirse en un siglo pretérito.)

- Sólo me estaba asegurando. (Se pasó la mano por su despeinado cabello de color bronce.)

- Podrías haber cambiado de idea. La mayoría de la gente disfruta con cosas como los cumpleaños y los regalos. (Alice rompió a reír y su risa se alzó como un sonido plateado, similar al repique del viento.)

- Pues claro que lo disfruta. Se supone que hoy todo el mundo se va a portar bien contigo y te dejará hacer lo que quieras, Bella. ¿Qué podría ocurrir de malo? (lanzó la frase como una pregunta retórica.)

- Pues hacerme mayor. (Contesté de todos modos, y mi voz no fue tan firme como me hubiera gustado. A mi lado, la sonrisa de Edward se tensó hasta convertirse en una línea dura.)

- Tener dieciocho años no es ser muy mayor (si, como no! Alice.)

- Tenía entendido que, por lo general, las mujeres no se sentían mal por cumplir años hasta llegar a los veintinueve.

- Es ser mayor que Edward (esta conversación me estaba irritando de sobremanera).

- Técnicamente, ya que sólo lo adelantas en un año de nada. (Dijo ella sin perder su tono desenfadado.)

- Alice, si de verdad quieres que pasemos toda nuestra existencia como hermanas, creo que sería mejor si no pareciera tu abuela! (dije con tono serio y frio, ya tenía suficiente con todo esto de la edad por un largo tiempo.)


El hecho de que Edward se cerrara en plano sobre mi conversión, me tenía harta sin contar el hecho de la ansiedad causada por los sueños de las últimas noches, en definitiva podía sufrir un colapso nervioso, por todo esto. Y en un sorprendente acto de manipulación Alice cambio el tema.


-          A qué hora vendrás a casa?

-          No sabía que tuviera que ir allí.

-          ¡Oh, por favor, Bella, no te pongas difícil! (Alice quería matarme de una rabieta o qué?)

-          No nos irás a arruinar toda la diversión poniendo esa cara, ¿verdad?

-          Creía que mi cumpleaños era para tener lo que yo deseara. (si eso debía servir, no? Y como no, el amor de mi vida me apoya, nótese el sarcasmo.)

-          La llevaré desde casa de Charlie justo después de que terminemos las clases.

-          Tengo que trabajar (si contra eso no podían replicar, yo tenía que ser responsable.)

-          En realidad, no! (antes que pudiera decir algo ella me contesto, a la pregunta sin formular.)

-          Ya he hablado con la señora Newton sobre eso. Te cambiará el turno en la tienda. Me dijo que te deseara un feliz cumpleaños.

-          Pero... pero es que no puedo dejarlo (tartamudeé mientras buscaba desesperadamente una excusa, claro la escuela!)

-           Lo cierto es que, bueno, todavía no he visto Romeo y Julieta para la clase de Literatura. (Alice resopló con impaciencia, podía ver en sus ojos como ella tenía ya una respuesta preparada para mí.)

-          Te sabes Romeo y Julieta de memoria.

-          Pero el señor Berty dice que necesitamos verlo representado para ser capaces de apreciarlo en su integridad, ya que ésa era la forma en que Shakespeare quiso que se hiciera. (al mirar a Edward pude ver como rodaba los ojos y Alice resoplaba exageradamente.)

-          Pero si ya has visto la película. (no Alice me tenía, a menos que?)

-          No en la versión de los sesenta. El señor Berty aseguró que era la mejor. (si eso era, pero al ver a Alice pude notar como su sonrisa satisfecha desaparecía y me miraba irritada, con una mirada mortal,  si era claro que si las miradas matasen, yo ya estaría 20m bajo tierra.)

-          Mira, puedes ponértelo difícil o fácil, tú verás, pero de un modo u otro... (justo en ese momento mi novio intervino.)

-          Tranquilízate, Alice. Si Bella quiere ver una película, que la vea. Es su cumpleaños.

-          Así es. (mire a Alice con suficiencia, pero antes de poder decir algo más, mi mundo callo a pedazos.)

-          La llevaré sobre las siete. Os dará más tiempo para organizarlo todo. (Edward me traiciono. La risa de Alice resonó de nuevo.)

-          Eso suena bien. ¡Te veré esta noche, Bella! Verás cómo te lo pasas bien. (y salió corriendo al instituto, yo me quede hay parada sin poder hacer o decir algo al lado del traidor al que amo.)

-          Edward, por favor, yo…… (pero él no me dejo terminar, ya que me miro con ojos suplicantes mientras ponía sus dedos sobre mis labios y decía.)

-          Bella no te molestes, ella solo quiere hacerte disfrutar este día, además nosotros no hemos festejado un cumpleaños verdadero desde la conversión de Emmett.

-          Vamos o llegaremos tarde. (y justo cuando Edward tomaba mi mano, para empezar andar con dirección al instituto, sentí la misma presencia que en la mañana, al girar mi rostro hacia la dirección de la cual creí que venía, volví a ver esa sombra perderse en el bosque. Qué o quién era? Sin darme cuenta me había detenido y miraba el bosque con ansiedad, Edward al ver esto me pregunto con tono confuso.)

-          Que pasa bella? Que viste? (al girarme y mirarlo a los ojos, observe mi reflejo en sus pupilas y vi algo de temor en mis rasgos, no solo estaba paranoica, no tenía que preocupar a Edward, seguro solo era mi imaginación.)

-          No es nada, solo creí ver algo, eso es todo, corramos o no podremos entrar a clases. (y sin más volvimos andar así la escuela no sin antes, sentir algo de ansiedad por lo que estaba pasando, algo en mi me decía que hoy mi vida cambiaria para bien o para mal.)

Mientras la joven muchacha se adentraba en su escuela para desempeñar su papel un día mas, un oscuro guerrero la observaba desde lo profundo del bosque , lejos del alcance de los sentidos de los vartric que la acompañaban, pero no lo suficiente como para que el no pudiera apreciarla, por siglos él la espero y por fin podría volver a servirle, por fin la tendría a su lado, pero todos esos deseos no podían cumplirse, cuando su amo le dijo que ella estaba lista para despertar, su felicidad fue inmensa, pero después de verla esa mañana, de la mano de ese joven vartric, lo entendió, ella ya no pertenecía a su mundo, ella se había creado un lugar en paz sobre la madre*, sin tener que detener matanzas o iniciarlas, ella era feliz y el no permitiría que se lo quitara nadie.

-          Mi señor.

-          Que deseas, Ainón?

-          Quiere que vallamos por la joven y destruyamos a los vartric que la retienen? (los jóvenes guerreros al servicio de tan noble guerrero, ansiaban la lucha, ellos habían visto como su señor miraba a la joven muchacha que hablaba con los vartric que moraban en la región, serian presa fácil. Pero la voz de su señor los desconcertó.)

-          Nadie tocara a ninguno de esos vartric, ellos están protegidos por mí y mi señor! (la voz del general dejaba en claro que la misión a la que los enviaron no era para pelear.)

-          Entonces mi señor, que desea que hagamos? (el guerrero no se giró solo hablo con voz clara y calma.)

-          Vuelvan a casa y olviden lo que han visto, los alcanzare en unos minutos. (el joven vio algo en los ojos de su señor que le hiso saber que era mejor no conocer las razones, pues el dolor en su mirada era inmenso.)

-          Sí, mi señor, lo veremos pronto. (sin más el joven desapareció en las sombras.)

-          Mi amada, veo que eres feliz, espero que nunca nos volvamos a ver, pues si lo hacemos será para despertarte. Ama y se amada, vive sin miedos y nunca entregues tu alma, si no estás segura de ser correspondida. (al decir esas palabras una pequeña esfera de fuego salió de su corazón y la lanzo al viento, para que ella escuchase su mensaje. Sin más desapareció de ese lugar.)

20  11-11-02                                               

      N/A: Ya ven Aqui esta bella y los cullen, cosas raras pasan no veamos como se desarrolla esto, bye dejen coments!

 

Capítulo 1: Prologo Capítulo 3: Feliz Cumpleaños Bella.

 


 


 
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