No quería recordar esa parte de mi pasado, recuerdo que los primeros meses fueron genial, pero la despedida, fue la cosa más dolorosa que había vivido. Todo paso cuando iba al instituto, yo estaba saliendo con un chico, Edward, estaba súper enamorada del, y el de mi, o eso creía yo, todo cambio cuando me entere de que estaba embarazada. No sabía qué hacer, decírselo, no decírselo, estaba hecha un lio. Cada vez que le veía, salía huyendo, no sabía cómo decirle la verdad, pero tenía que saberlo. Esa misma tarde me lo encontré en el pasillo, llevábamos dos semana sin hablarnos, más que nada porque yo salía huyendo. Esa tarde, tenía decidido que se lo iba a contar, me acerque a él y comenzó:

-      Esto… Edward yo tengo que decirte una cosa- él ni siquiera me miro – esto… estoy…

-      Yo también tengo que decirte una cosa- me paro- no quiero volverte a ver en mi vida. Aléjate de mí, no quiero volver a saber nada más de ti.

No entendía, porque me decía eso, pero estaba dolida, muy dolida, me di la vuelta y Salí corriendo, iba llorando. Fui directa a mi mejor amigo, Jacob, le abrace y él me consoló hasta que deje de llorar, entonces se lo explique todo, el me apoyo en todo, le dije que tenía pensado abandonar el instituto, irme a otro, lejos de Iván, el lo comprendió, y me ayudo a que todo fuese lo más rápido posible.

No quería recordar esa parte de mi vida, no tenía sentido seguir recordándola, nunca mas volvería a verle, habían pasado nueve años desde entonces y nunca nos encontramos, esperaba que siguiera sin encontrarme con él durante el resto de mi vida, la parte buena que había salido de toda aquella historia, era mi hija, Nessie, una niña preciosa, morena, de piel pálida, sus ojos de color verde esmeralda claro, al igual que su padre, era simpática y alegre. Estaba sentada a mi lado en el taxi. Era idéntica a su padre, cuando la veía, no me dolía recordar a Edward. Llegamos a casa, pague al taxista, cogí a Nessie en brazos y entramos en casa. Estaba agotada, y ella también lo estaba, la metí en su cama, y me quede a su lado hasta que se durmió. Yo también me metí en mi cama, y me dormí.

Era de día, el sol me deslumbraba desde la ventana, me levante y me vestí. Después me dirigí al cuarto de Nessie, la desperté y se vistió. Desayunamos en paz, ella miraba una serie de dibujos animados, mientras me comentaba cosas que le sucedían en la escuela. Llego la hora de ir a la escuela. Le tome de la mano, y nos dirigimos a la escuela, en el coche, el camino fue silenciosos. Llegamos a la escuela, me despedí de ella dándole un beso en la mejilla, y se dirigió a su clase, espere hasta verle desaparecer. Cuando desapareció, volví a poner el coche en marcha y me fui al trabajo, era directora de una de las revistas más codiciadas del país, se que está mal que yo lo admita, pero la vida me iba genial, excepto… bueno tenía un grave problema, mi hija, Nessie estaba enferma, le costaba respirar, casi siempre se ahogaba, pasaba más tiempo en el hospital que en mi propia casa.

Llegue a las oficinas, aparque mi coche, y entre, me esperaba otro largo día de trabajo, no me desagrada mi trabajo, pero a veces era tan repetitivo, siempre los mismos planes, quedar con los publicistas, supervisar los artículos, quedar con muchísima gente… Lo mismo día tras día. Salí de las oficinas, y me fui a buscar a Nessie al colegio, era el mejor momento del día, me encantaba que Nessie me contaba todo lo que hacía en el colegio, se le veía tan contenta, que me daba pena interrumpirle cuando llegábamos a casa, pero lo debía hacer, si no nos podríamos pasar el día metidas en el coche. Cuando llegamos a casa, ella entro corriendo al comedor y encendió la tele, yo me pare y mire el buzón, había correo, la mayoría era publicidad, también había cartas de clientes para que les anunciemos en la revista. Hubo una que capto toda mi atención, era una carta del Instituto, celebrarían una reunión de antiguos alumnos, a la que yo estaba invitada, ¡O no!, ¿Estaría él? Seguramente, no sabía qué hacer y si fingía estar mala, eso era un poco ridículo, ya no tenía 16 años, me tenía que afrontar al problema, plantarle cara, hacer como si nada hubiese pasado, pero que haría con Nessie, no podía dejársela a Jacob como de costumbre, ya que el también asistiría, no tenía otra opción, tendría que llevármela conmigo, después ya pensaría cómo hacer para que él no se enterara de que es su hija. Bueno, aun faltaba una semana, así que deja de preocuparme.