Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer, pero la trama es mía.

Capítulo 1: Encuentro

Los molestos rayos del Sol junto al insoportable ruido de la ducha me despertaron de mi maravilloso sueño, en donde un completo desconocido me hacía el amor de una manera apasionada, tierna, era genial. Lástima que mi sueño se quede en  solo un maravilloso sueño, porque mi triste realidad era otra.

Hice un pequeño pucherito y suspiré derrotada dando vueltas en la cama, ya que mi tan apasionado sueño nunca se haría realidad, ya que mi marido me convirtió en venado con mi ex mejor amiga, debo admitir que al principio me dolió, lloré, lo insulté, le tire cosas, lo voté de la casa, pero al siguiente día me levante y dije ¿por qué no pagarle con la misma moneda?, que sufra lo que yo he sufrido, sé que podría sonar sádico, pero que les puedo decir soy una mujer con sed de venganza.

Suspirando aún más por mi “diabólico” plan seguí dando vueltas en la cama hasta que mi cabecita bajo de las nubes y aterrizo de golpe a la realidad, miré el reloj con la esperanza que aun sean las seis o siete de la mañana, pero no, el maldito reloj marcaba las 8:40 en punto.

-Mierda- mascullé y me levanté dando un acróbata salto- ¡JACOB! ¿PPORQUE DEMONIOS NO ME DESPERTASTE?

-¿Bella?- será imbécil

-NO CARIÑO LA VECINA, CLARO QUE SOY BELLA- dije mientras entraba como un torbellino a mi tan exagerado y amplio clóset. Miré horrorizada todo el amplio lugar ¿Qué rayos me pongo?, necesito tanto a Alice aquí,… ¡demonios!¡Alice! estoy segura que soy mujer muerta.

Escogí rápidamente un hermoso vestido color crema con mangas caídas que me daba por los muslos, un cinturón a juego y mis hermosos botines y un conjunto de lencería de infarto también color crema.

-¡JACOB SAL DE UNA MALDITA VEZ DEL BAÑO!- escuché como cerraba la ducha mientras yo esperaba desesperadamente que salga de una buena vez.

Cuando la puerta se abrió vi al hombre del cual estuve perdidamente enamorada durante dos años, ejemplo de hombre, dueño de Internacional Black y considerado por la revista People como uno de los hombre más influyentes del mundo. Cuando me vio me regaló una pequeña sonrisita, la cual hace unos dos meses atrás me hubiera derretido hasta más no poder, pero que ahora solo causaba un odio muy grande hacia Él.

-Buenos días amor- dijo Jacob con intenciones de acercarse y darme uno de sus “fantásticos” besos del cual me aparté rápidamente

-Necesito ducharme Jacob, estoy retrasada ¿por qué no me despertaste?

-Te veías hermosa durmiendo, además supuse que te quedaste sin energías después de la maravillosa noche que tuvimos.

¿Acaso Él dijo maravillosa?

-Debiste haberme despertado Jacob, Alice me matará- dije mientras lo apartaba de mi camino y entraba a la ducha, pero dos fastidiosos brazos me detuvieron.

-Vamos bebé, no te enojes conmigo, y descuida no te pasará nada, solo llevas algunos minutos de retraso- dijo Jacob mientras me abrazaba y empezaba a besar mi cuello.

¡No!, los besos con saliva otra vez, por favor ¡Nooooo!

-Jake- dije con voz cariñosa- te prometo hoy en la noche te recompensaré por todo, pero ahora de verdad necesito irme AHORA.

Jacob suspiró derrotado y finalmente me soltó, entre como una bala al baño y me duche lo más rápido posible, estoy segurísima que se enojará conmigo, estoy frita, de seguro su castigo para mi será toda una torturosa tarde de sábado paseando por las mejores tiendas de ropa en todo New York.

Una vez duchada salí rápidamente me cepillé los dientes y me dirigí a mi habitación me cambie, maquillé y perfumé en aproximadamente seis minutos, miré el reloj y ya eran 9:10 ¡voy diez minutos tarde!, cogí mi bolso, salí de la habitación y bajé torpemente las escaleras ¡malditos tacones!

Jacob estaba en la cocina sirviendo café, del cual me ofreció una taza y yo la acepté muy agradecida, tomé el café tan rápido que casi me ahogo, dejé la taza en el lavavajillas y me apresuré hacia la puerta.

-Ey amor- ¿tiene que detenerme justo ahora?

-Dime Jake- dije mientras daba mi mejor cara para no parecer molesta.

- ¿No se te olvida algo?- preguntó

Ammm, bueno pues no lo sabía revisé mi bolso y estaban mis llaves de la casa, mi billetera, maquillaje, las llaves de mi carro en mi mano, etc, sip estaba todo.

-No “cariño” no me olvido- una expresión de tristeza se vio inmediatamente reflejada en su rostro.

¡Oh vamos de que me olvido!, tengo todo, ya dejé que me babee un poco el cuello, acepté su café, dios ¿qué me falta?... Oh ya sé, me faltó el bendito beso.

-Amor quita esa carita, crees que me olvidaría de esto- y tomando todo el aire y toda las fuerza del mundo lo besé, un beso rápido, ya que no quería que se encariñe mucho y termine babeándome otra vez.

Una vez que terminó el beso le sonreí ligeramente.

-Hoy iré a la despedida de soltero de Jasper.

-Oh en serio, que bueno yo también iré a la despedida de Alice y me quedaré a dormir con ella hasta mañana- automáticamente hizo un pucherito.

-Qué mal amor, supongo que te veré mañana en la boda.

Al decir esto me estremecí, me traía recuerdos de la boda con Él y lo ansiosa y emocionada que estaba por casarme, emoción y ansiedad que después de dos años se fueron al tacho.

-Si… am tengo que irme, adiós Jake.

-Adiós bebé.

Por Dios, ¿es que hasta ahorita no aprende?, odio que me digan bebé, además no suena nada sexy en Él.

Salí de mi casa, o mejor dicho mansión, y es que al ser la escritora más famosa de todo New York, tengo derecho a darme mis pequeños gustitos, yo quería algo más pequeño y no tan lujoso, pero Jacob insistió y terminamos comprando esta terriblemente gran mansión. Me subí a mi adorado Jeep y de pronto comenzó a sonar mi celular, y me sorprendí mucho al ver un número completamente desconocido, que extraño ¿Quién será?

-¿Aló?- respondí dudosa.

-¿Hola? ¿Bella?- Yo conozco esa voz...

-Si ella habla ¿quién es?

-Hola pequeña… ¿ya te olvidaste de mí?- maldita sea, esa voz aterciopelada…

-Edward…- susurré.

-El mismo querida- dijo en tono burlón.

-Vaya cuanto tiempo… espera ¿Cómo sabes mi número?

-Bueno mi tan linda hermanita de una manera muy sutil me dijo que te llamara y que si no aparecías en la prueba del vestido dentro de 5 minutos te mataría y odiaría por siempre.

Miré mi reloj y ¡demonios! Voy con media hora de retraso, maldito Jacob ¿por qué no me despertaste?

-Madre mía me matará, dile que estaré allá dentro de 3 minutos.

-¿Tres minutos?, acaso eres la mujer maravilla.

¡Maldito seas Cullen!

-Solo díselo

-Si señora- dijo imitando la voz de militar.

-Tengo que conducir y si sigo hablando contigo estoy segura que chocaré.

-Sep, es el efecto que suelo causar.

-Engreído

-Gruñona

-Adiós Cullen

-Bye Bellita

Tiré mi celular en mi bolso y le hice señas a Sam para que abriera las rejas.

-Que tenga un buen día Señora Black- odio ese apellido.

-Gracias Sam, y sí no llego viva, llama a mis padres y diles que los amo mucho.

Sam solo soltó una risita y asintió.

A esta hora las calles de New York eran un completo desastre, había un tráfico horrible, fácilmente saldría de aquí dentro de veinte o treinta minutos, maldita sea Cullen tenía razón, no soy la mujer maravilla, lo que me recuerda… me sorprendió mucho la llamada de Edward, osea hace más  de 15 años que no nos hemos visto, hemos hablado un par de veces, pero tenía recuerdos borrosos de Él, es irónico, porque hasta se volvió mejor amigo de Jacob debido a que ambos se volvieron socios y todo eso y yo ni enterada, lo supe a través de Alice que no se mostró nada contenta con la amistad de su hermano y mi “chucho” como le decía ella. Recuerdo que en la secundaria era apuesto todas morían por Él excepto yo, no le veía nada interesante era un playboy total… quizá aún lo sea, la cosa es que no nos llevábamos muy bien el siempre tan engreído y eso me llegaba y siempre terminábamos lanzándonos los mejores adjetivos que se nos ocurro el uno del otro.

Algo derrotada por el bendito tráfico tomé un desvió intentando evadir el terrible tráfico y llamé al que en este momento me podría ayudar mucho, aunque fuera una de las personas que más odiara en este mundo, aparte de Jacob, porque tiene el ego muy alto, así que marqué la ultima llamada entrante, timbró dos veces y me contestó.

-El hombre más sexy y bello de todo el mundo al teléfono, ¿Qué necesitas Bells?

-Guárdate tu ego y tus incoherentes palabras para alguna de tus conquistas y hazme un favor Cullen- soltó una risita que hizo que me estremeciera.

-¿Celosa porque no eres una de esas conquistas?

-Para nada, no me gustaría tener a un engreído como tú- esta vez soltó una gran carcajada.

-Okey lo pillo, dime que necesitas de mi Bella, soy todo tuyo- sus palabras causaron cierto efecto en mi “todo mío”, si claro ni en sus sueños.

-Necesito que distraigas a Alice, porque me tomará tiempo llegar.

-¡Bah! ¿Eso era?, creí que eras más interesante preciosa.

-Cierra el pico y ayúdame Cullen.

-¿Qué te dé un pico?, encantado- Agg me quedaré calva de tanto jalarme los pelos.

-Déjate de payasadas y ayúdame.

-De acuerdo, de acuerdo, lo haré pero con una condición- resoplé frustrada.

-¿Cuál?

-Quiero una cita contigo.

-¿QUÉ? Estás loco estoy cas…

-¿Casada?, si lo sé, pero mi buen amigo, bueno tu sabes te convirtió en renito, solo te faltaría tu nariz roja y que acompañes a Santa Claus.

-Maldito seas Cullen, no tendré una cita contigo y olvídate del favor, Adiós- antes de cortar todo lo que puede escuchar fue una gran, gran carcajada.

***

Veinte minutos después me estacioné frente a Alice’s Fashion y bajé como una bala saludando con un fugaz “Hola” a Irina, la recepcionista. Llegue a los vestidores donde parada sobre una plataforma estaba Alice viéndose radiante en un hermoso vestido blanco.

-Estás preciosa Al.

Ella volteó y me fulminó con la mirada.

-Tú- dijo señalándome, agarrando su vestido y bajándose de la plataforma.

-Señorita Cullen el vestido…-dijo una preocupada Lauren, diseñadora del vestido.

-Al lo siento se me hizo tarde.

-Acaso ese “chucho” no te puede soltar temprano- dijo algo enojada.

-Alice no le digas así, se me hizo tarde es todo.

-Es que, es que… no es justo-dijo haciendo un pucherito- se supone que este día te tendría completamente para mí.

-Me tienes aquí Al.

-Lo sé, pero con una hora de retraso.

-Lo siento Al, perdóname

-Si ya está bien te perdono pero con una condición.

-¿Cuál enana?

-Que hoy vayas si o si a mí despedida de soltera, y no me importa que tu “maridito” ladre un NO por respuesta.

-¡Ja! ¿Y dudabas de mi presencia en esa despedida Al?

Se quedó sorprendida por unos minutos y luego reaccionó.

-Siiiiii-dijo emocionada dando pequeños saltitos- y yo que creía que tu “chucho” no te dejaría ir, aun no entiendo cómo puedes seguir con Él después de…

-Shhh Al, tema delicado- dije señalando a todo el personal-  además, quién sabe quizá encuentre a alguien…. Además el irá a la despedida de Jasper.

-Buena Belli esa es mi amiga caramba, y si Japer está advertido, nada de bailarinas exoticas-dijo guiñándome un ojo y ambas reímos.

-Pero miren quien finalmente llegó, hola gruñona- oh no, eso sí que no, odiaba esa voz.

-Hermanito- chilló Al corriendo hasta Él.

Tomé aire y giré para enfrentarme a mi peor pesadilla de toda la secundaria, pero créanme que me arrepiento de haberlo hecho, porque al voltear sentía que me flaqueaban las piernas y quedaba anonadada con semejante pedazo de carne que tenía al frente.

¡Demonios, el mejor amigo de mi marido y hermano de mi mejor amiga está buenazo!

¿Les gusto?

Espero con ansias sus comentarios y votitos :D