Todo comienza de nuevo

Autor: 321km
Género: Romance
Fecha Creación: 21/01/2014
Fecha Actualización: 29/01/2014
Finalizado: NO
Votos: 0
Comentarios: 17
Visitas: 7502
Capítulos: 5

Hola :p soy Maii para los que no sabeís está es una continuación del fanfic "sed de sangre", si vais allí os explico en un comentario porque continuo en este nuevo fanfic.

Ann es una chica que, una vez convertida en medio vampiro, comienza a vivir realmente la vida, ante el posible inminente peligro de morir por un extaño fallo en su transformación, pero no estará sola, en esta nueva experiencia le acompañaran personas muy diversas con las que conocerá nuevas experiencias.

¿que es verdaderamente el amor?

también aparece la historia de Mai, una vampira que desde su infancia ha vivido experiencias que nadie debería tener y que las desgracias no parecen tener fin hasta que llega a un pueblo llamado Forks guiada por la intuición.

¿es solo una intuición o tal vez el destino?

para saber más habras de seguir leyendo, pero... ¿tendrás el valor de dejarlo una vez lo hayas empezado?

Espero de todo corazón que os guste y por favor hacérmelo saber en los comentarios para animarme a seguir escribiendo, también me podeís decir como os gustaría que siguiera el fanfic para darme más ideas y que parejas os interesan más para darles mayor protagonismo :)

los primeros 4 capitulos tambien aparecen en el fanfic de sed de sangre.

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Capítulo 1: Tiempo De Cambio (Ann)

 

 Llevaba un buen rato corriendo pero no importaba, ellos seguían detrás de mí, incansables, cuerpos pálidos, perfectos, rápidos y letales, estoy asustada, sé que se acabó, no hay salida. Me he detenido en seco y he girado la cabeza para  encararles, ellos se han detenido, la chica pelirroja me mira con alegría, parece emocionada, el chico de piel oliva y pelo largo y negro me mira sin inmutarse y el chico del centro sonríe maquiavélicamente deformando su gesto al soltar una carcajada que me ha dado escalofríos.

- Vaya… ¿no quieres correr para  salvarte? ¿no quieres correr para vivir?

Le he mirado con furia, sé lo que va a hacer, se cómo terminará todo esto haga lo que haga y me niego a seguir divirtiéndole, me ha mirado con enfado.

- Pensé que serías más divertida, es muy valiente por tu parte enfrentar al león siendo un simple cordero – una sonrisa macabra ha vuelto a surgir de sus labios y mi cuerpo ha tratado de estremecerse de nuevo pero me he forzado a guardar la compostura.

- ¿Nos la comemos ya?

La chica pelirroja me mira impaciente, tiene los ojos rojos como la sangre y su pelo cae largo creando cascadas de fuego hasta terminar en su cintura, tiene el pelo revuelto, sé que son visitantes, no son de aquí, parecen haber viajado mucho. He salido de mis pensamientos para  volver a la realidad y he mirado al líder del grupo a los ojos.

- Esta vez no Victoria… tengo algo mejor pensado.

- James, a veces no eres nada divertido...-Ha dicho la que parecía llamarse Victoria.

-Laurent piensa lo mismo que yo, ¿a que si?

El tal Laurent ha mirado a James y ha sonreído.

James se ha acercado a mí y me he quedado petrificada ¿Qué va a hacer? Con un rápido movimiento ha cogido mi muñeca y me ha mordido, yo ni siquiera he alcanzado a verlo ¿Qué son estos seres? He oído sonidos en el bosque y de pronto han aparecido una manada de lobos ¿lobos? Son enormes, deben de medir dos metros por lo menos, he mirado al que parece el alfa, me es familiar pero no sabría decir por qué, este se ha quedado mirándome en silencio unos instantes y se ha lanzado junto al resto a por los visitantes, han atrapado a la mujer del pelo color sangre y la han descuartizado, he apartado la mirada para  no verlo, pero los dos chicos han escapado.

No he tenido tiempo de pensar mucho en lo que ha pasado porque he notado un ardor infernal en el brazo y un aullido ha salido de mi boca, mis ojos se han cerrado y he notado como mi cuerpo caía sin fuerzas.

Al abrir los ojos he visto a Kay, le he mirado sorprendida, ¿Qué hace aquí? Hacía mucho que no le veía, parece muy cambiado aunque sigue siendo él, mi mejor amigo.

Me mira apenado a la vez que comparte miradas con sus compañeros y me miran preocupados, el ardor sigue en mi brazo expandiéndose e impidiéndome pensar con claridad, he notado como se miraban en silencio como si compartiesen los pensamientos y he visto como Kay asentía levemente y el resto le miraba con preocupación, se ha acercado a mi ¿Qué pretende? He cogido mi mano y la ha girado dejando mi palma al descubierto y mostrando la herida de ese visitante, ha acercado su boca a la herida y ha empezado a succionar, me he quedado en shock, ¿Qué se supone que está haciendo? Pero no he tenido mucho tiempo de pensar en ello porque he empezado a notar como salía humo blanco de su boca y él trataba de coger bocanadas de aíre, ¿es que acaso se estaba quemando? ¿Mí sangre le quemaba?

Ha tratado de acercarse de nuevo pero se lo he impedido, me ha mirado sorprendido y he negado con la cabeza, no quiero que siga haciéndose daño aunque aun no entiendo exactamente por qué parece herirle tanto mi sangre.

El dolor se ha expandido por todo el cuerpo aumentando su intensidad pero no he gritado, no me he movido, únicamente he mirado a Kay en silencio, sonriente por volver a verle y saber que está bien, sonriente por saber que aún sigue siendo mi amigo a pesar de todos estos años. He cerrado los ojos de nuevo y he perdido el conocimiento.

Al abrir los ojos he visto que estoy en el hospital, estoy tumbada en una camilla, he mirado hacia mi izquierda y he visto que hay un gotero he seguido el camino de la extensión que salía del sobre y he visto sorprendida que termina en una aguja que atraviesa mi brazo, me la he arrancado con disgusto, al otro lado tengo una máquina que no para de pitar constantemente al ritmo de los latidos de mi corazón, provocándome un agudo pinchazo en la cabeza con cada pitido. Me disponía a arrancarme la aguja del brazo cuando ha aparecido un médico ante mí.

- Yo de ti no haría eso… si no quieres que el pitido se haga incesante – me he incorporado al instante y le he mirado sorprendida, ¿Cómo lo he hecho tan rápido? Él me ha mirado comprensivamente, sonriéndome para darme confianza. Le he mirado bien, tiene el pelo rubio muy claro y una tez completamente blanca, casi translúcida, parece una estrella de cine grabando su escena, he apartado la mirada, me recuerda demasiado a los visitantes, un escalofrío ha invadido mi espalda y él lo ha notado.

- Hola, me llamo Carlisle Cullen – me miró sonriente pero de pronto miro a su alrededor angustiado - Quizá deberíamos ir a otro lugar para hablar más relajados – ha mirado al enfermo de al lado asegurándose de que no nos oía y ha dicho en un tono más bajo – y explicarte algunas cosas.

¿Qué? ¿Pero que se supone que quiere este hombre de mí? ¿Qué es eso tan importante que tiene que explicarme y que nadie puede oír? Me he quedado en silencio mientras él se acercaba al monitor y lo apagaba.

- Ya está, vamos – me he desprendido de la aguja y le he seguido saliendo lentamente de la habitación, empiezo a notar como logro mantenerme en pie, parece que voy mejorando por momentos, Carlisle me ha mirado sorprendido. Al salir he visto un largo pasillo completamente blanco, el suelo, las paredes… incluso el techo me ha recorrido un escalofrío.

– Edward te llevará a nuestra casa.

En ese momento he fijado la vista en la persona a la que nombraba, no me había dado cuenta de su presencia hasta ahora, me quedé en silencio, era el ser más perfecto que había visto en mi vida, a su lado le belleza de cualquier otro ser humano simplemente se desvanecería, el me miró serio, parecía enfadado.

- Vamos – su tono era brusco y agarrándome de la muñeca me llevó sin siquiera despedirme de aquel extraño pero agradable médico. Nos adentramos en el bosque y yo no pude evitar pensar incoherencias como ¿Qué pretendía hacer trayéndome aquí? Pero no pude pensar mucho en ello porque de pronto desapareció, ni siquiera me percaté de ello, tan pronto estaba sosteniendo mi mano cuando miré al frente y no quedaba rastro de él.

- ¡Edward! – grité al aire pero no obtuve respuesta alguna, me senté en el suelo poniendo mi chubasquero como escudo entre la humedad de la tierra y mi ropa.

- Hueles demasiado bien… - me pareció oír hablar a Edward pero al mirar no vi a nadie.

- ¿Por qué estás aquí? – me giré sorprendida y fijé mi vista en Carlisle.

- Edward se fue de repente y y...yo no sabía a donde ir, me sonrojé avergonzada.- ¿Por qué se había ido?

- Bah no le hagas caso, a veces es un idiota.

Carlisle me llevo hasta una casa enorme que no he podido evitar mirar sorprendida, el interior no se queda atrás, mi cara se ha quedado con una mueca de asombro.

- Guau… esta casa es enorme – Carlisle me ha mirado sonriente.

- Lo sé – me ha mirado de nuevo llamaré a los demás – se ha quedado mirando al vacío, sin fijar la vista en ningún punto en concreto – hey, bajad.

Lo ha dicho en un tono apenas inaudible pero de pronto han aparecido un grupo de seis personas incluido Edward pero, ¿Qué hace aquí? ¿Cómo ha llegado antes que nosotros? De pronto una chica pequeña con aspecto de duende y sus cabellos cortos apuntando a todas direcciones se ha acercado a mi sonriente y me ha abrazado como si fuese una vieja amiga con la que vuelve a reencontrarse después de mucho tiempo.

- ¡Hola Ann! Ya era hora de que vinieras – la he mirado sorprendida.

– Oh, perdona, que descuidada soy me llamo Alice y soy la hermana de Edward – me ha lanzado una mirada extraña que no he sabido interpretar y se ha alejado de mi para abrazarse a un chico alto, con el pelo color miel y unos ojos exactamente iguales a los de ella.

- Me llamo Jasper – he asentido.

- Yo Esme.

He mirado a una mujer de mediana estatura con un pelo castaño largo que le cae formando ondas a los lados de la cara con unos penetrantes ojos ambarinos al igual que el resto de los presentes a excepción de Edward que los tiene completamente negros, me he quedado mirándole en silencio.

- Creo que ya tengo una nueva hermana…

- ¡Emmett! – he oído como Alice le regañaba y la chica rubia de su lado le daba un golpe en la cabeza.

- ¡Pervertido!

- Rose pero si eso es lo que te gusta de mi… - la tal “Rose” le ha mirado con una ira que me ha helado los huesos, por mi cabeza ha pasado la idea de, “si las miradas matasen…”

- Rosalie, Emmett, iros a discutir a otro lugar, si no tienen intención de hacer nada útil aquí.- Carlisle les ha advertido.

Ellos se han marchado de la mano rápidamente y yo me he quedado en silencio Esme ha seguido hablando.

- Siento que hayas tenido que ver esto, normalmente no son así… - yo he sonreído.

- No pasa nada, todas las familias tienen sus discusiones ¿no?

He mirado a Edward de nuevo, no ha hablado en ningún momento y me mira en silencio.

- Tenemos que hablar – he mirado a Carlisle y este me ha señalado una mesa con sillas alrededor– quizá deberías sentarte.

- Ne creo que sea… - me ha mirado serio y no he tenido otra opción que obedecerle. Me he quedado en silencio y el resto se ha colocado a mí alrededor

- Empecemos por el principio, ¿qué es lo último que recuerdas?

He mirado al suelo ligeramente ruborizada, no puedo decirles que es lo que ha pasado, me tomaran por una lunática, creerán que estoy loca y lo más importante, Edward se reirá de mí.

- … - me han mirado en silencio aguardando a mis palabras – es un poco raro, no me van a creer.

- Por aquí pasan muchas cosas raras – he oído a Emmett decir esto mientras volvía con Rosalie de la mano.

- Bueno… - le conté la historia de cómo e habían atacado y como unos “lobos-enormes” me habían salvado, ellos me miraron en silencio hasta que terminé mi historia Edward pareció enfadado cuando conté como Kay había tratado de succionar la mordedura y el resto me miro sorprendido. Todo se quedó en un profundo silencio que Carlisle rompió.

- Los visitantes que te atacaron no eran personas normales ¿no? – negué con la cabeza – aja… y ¿Qué crees que eran? – me quedé pensativa.

- No lo sé.

- ¿Crees en los vampiros? – le miré extrañada y el suspiró.

- Verás, los vampiros y los hombres lobo coexisten con los humanos desde hace mucho tiempo, se camuflen por su aspecto tan extremadamente similar a los humanos, los vampiros suelen alimentarse de personas, por lo general, de forma disimulada, pero hay casos en los que los vampiros, hambrientos atacan sin cuidado y me temo que este es el resultado de uno de esos casos, te preguntarás como es que sabemos tanto de vampiros, es muy fácil, nosotros también lo somos pero no cazamos humanos tenemos una dieta… vegetariana – esto último lo dijo con una sonrisa.

-¿Y yo que tengo que ver en esto?

-Todo a su tiempo, los vampiros pueden crear a mas vampiros mordiéndoles o desangrándoles hasta dejarles casi en la muerte y después dándoles su sangre, evidentemente es más segura la primera, si un vampiro te muerde, te conviertes en vampiro – me ha mirado confuso – pero tu caso parece diferente, tu corazón late y la sangre corre por tus venas, tus habilidades han aumentado pero no tienen la misma intensidad que las nuestras – le miré extrañada.

-¿Porque? – se ha quedado pensativo.

-Puede que sea porque un hombre lobo ha tratado de sacarte el veneno, cosa que me parece sorprendentemente valiente pero temerario- le he mirado extrañada – el veneno de los vampiros es mortal para los hombres lobo – le he mirado asustada.

-¿Eso significa que Kay podía haber muerto? - he oído como Edward bufaba ante mi preocupación por el chico lobo, es que acaso ¿está celoso? He sonreído para mí.

-No, es algo improbable pero si ha expulsado toda la sangre no tendrá ningún problema.

Me dejaron un tiempo en silencio mientras todos a mi alrededor me observaban. Mientras tanto intente poner en orden mis pensamientos. Todo había pasado demasiado rápido.

Después de un tiempo, Carlisle me hablo sobre cómo debía alimentarme y disimular mis ahora mejoradas habilidades ante los demás aunque no creo que sea del todo necesario dado que mi cuerpo parece haber sido creado para esta vida a la que empiezo a acostumbrarme con suma facilidad.

Volví a casa de mi padre y seguí con mi vida “normal”, mi padre había estado muy preocupado por mi pero le dije que el doctor Cullen me cuido excelentemente y al oír el apellido Cullen pareció relajarse.

A pasado un mes y ahora paso más tiempo con los Cullen que en mi propia casa, e empezado a mejorar mi relación con todos menos con Edward, me evita y no se porque, Alice se ha convertido en mi mejor amiga, Emmett sigue haciendo bromas extrañas que estoy convencida de que tienen un segundo sentido pervertido aunque no se identificar exactamente cual, Esme y Carlisle son muy comprensivos conmigo y me aceptaron como una hija más nada más entré por la puerta, Jasper es muy callado pero Alice me ha explicado que es su forma de ser aunque me aprecia y Rosalie… bueno simplemente ha dejado de mirarme con tanto desprecio para simplemente ignorarme por completo. Edward me presentó a unos amigos suyos que vivían en una casa cercana, sigo creyendo que le obligaron a hacerlo ya que fue de las pocas veces que le he visto este mes, los amigos seguían la misma dieta que ellos, Edward me comentó que habían tenido que construir la casa puesto a que no quedaba sitio en la otra, le miré sorprendida:

-¿Han construido solos esa casa? -Él sonrió ante mi gesto de sorpresa y me los presentó, Alex, Eder, Owen, Benja y un tal Hache todos me saludaron amablemente y uno de ellos se acercó para mirarme pícaramente.

- Que ojeras te van a salir ahora que ya no podrás dormir tanto como antes eh… - No entendí su comentario pero a Edward le enfadó porque miró seriamente al vampiro y esté retrocedió en silencio.

Una semana después Carlisle me llamo para hablar conmigo, me llevó a su estudio y se quedó en silencio escuchando atentamente por si había la presencia de alguien más, al de un rato abrió los ojos con tranquilidad.

- De acuerdo, nadie nos escuchará todos han ido a cazar – yo le miré extrañada, ¿qué quería decirme que los demás no pudieran escuchar? – he estado investigando sobre tu situación medio vampírica y he descubierto algo inquietante – le miré asustada – el tuyo no es un caso muy común y me ha costado encontrar información. Acto seguido se levantó y se dirigió a uno de los estantes repletos de libros que tenía a su espalda, después de buscar sacó un libro muy envejecido por los años, lo sopló y una gran capa de polvo salió desprendida de esté provocando que tuviese que taparme la nariz para evitar estornudar, lo abrió y me lo mostró, en el aparecían unos signos que no supe descifrar, le miré confusa.

- Ha es cierto, aquí dice que si un humano al ser mordido le absorben parte del veneno queda en un estado intermedio teniendo cualidades de las dos especies, pero ese estado de “hibernación” conlleva un riesgo y es que el cuerpo puede rechazar el veneno, creando numerosos antivirus para tratar de erradicarlo pero dado que no es posible, los antivirus siguen creándose hasta obstruir las arterias colapsando el flujo de sangre y matando al portador del veneno – le he mirado horrorizada – pero no siempre pasa, también cabe la posibilidad de que el cuerpo lo asimile y aprenda a vivir con ello, aunque hay un caso muy extraño que ha pasado una única vez, aunque no estoy seguro de ello – le miré– es posible que el veneno simplemente desaparezca de tu sistema devolviéndote a tu antiguo estado – me quedé pensativa.

-¿Y si me transformáis?

-Esa sería la mejor opción pero no podemos.

-¿Por qué?

-Hace años hicimos un tratado con los hombres lobo para  coexistir en paz y si mordemos a un humano esto se considerará una violación del tratado y este quedará destruido, dando paso a una guerra que no traerá más que desgracias para todos.

-Pero yo no soy humana.

-Para ellos sí, la sangre aun corre por tus venas y tu corazón sigue latiendo, por lo tanto aun albergas humanidad en tu interior y ellos te ven como tal – me miró de nuevo  a los ojos – te he contado esto porque eres tú la que debe valorar lo que hacer, al fin y al cabo es tu vida – me he quedado en silencio.

 

 

Capítulo 2: ¿Los Vampiros También Pueden Amar? (Ann)

 


 


 
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