Extraordinary marry christmas
-¡vamos Bella sal del baño!- gritó Alice como siempre, metiéndome prisa para poder arreglarme, ¿para qué?, nos habían invitado a una fiesta de navidad, así que hoy 24 de diciembre estaríamos en casa de unos amigos, había llamado a mi padre para pasar las navidades con él pero tenía que trabajar, su nombre en Charlie Swan jefe de policía de forks; y mi madre se había ido de viaje con Phil, su nuevo marido, por lo que ahora estaba siendo arrastrada por mis amigas a una fiesta, aun cuando no es algo que yo haga mucho.
A mis 23 años terminé la universidad y ahora trabajo dando literatura, Rose y Alice son mis mejores amigas, están locas pero las quiero igual, tienen la misma edad que yo y las conocí a ambas en la universidad, aunque a diferencia de ellas soy tranquila, prefiero leer un buen libro a ir de fiesta, lo sé, no soy muy normal, Salí del baño con la toalla agarrada justo encima del pecho y allí estaban Rosalie y Alice terminando de arreglarse esperando por mí, y sobre la cama mi vestido, me horrorice, en pleno invierno querían que me pusiera ese diminuto trozo de tela con pompones… os explico, es un traje como de mujer de Santa solo que sexy de tal forma que era muy corto, con escote corazón, mangas largas aunque me dejaban los hombros al descubierto y ajustado hasta la zona de la cintura y caía suavemente aunque con un poco de “cancán” y tenía en el borde pelusa como la del gorro de Santa Claus.
-¡por fin Bella!- gritó alzando las manos de forma exagerada, al instante tiró de mi por toda la habitación hasta sentarme en frente del tocador, y un largo rato después ya estaba maquillada y peinada y me estaban enfundando el traje con cuidado de no estropear su “obra de arte”
Para terminar me puse unos tacones rojos no muy altos y nos subimos al coche de Rose, donde estuvimos cantando durante todo el camino, mi mirada estaba fija en la ventana y las canciones salían solas de mis labios, todas las calles, casas, puestos incluso la gente, chorreaban el espíritu de la navidad, adornos, luces villancicos por las calles, parejas enamoradas pasando la navidad juntos…
Así perdida en mis pensamientos llegamos a la fiesta, desde que comenzamos al entrar por la calle de la casa pudimos a preciar el sonido de la música, canciones normales villancicos modernizados, y todos se oía a través de una hermosa voz masculina. Rose aparcó y salimos del coche, Alice se aseguró de que no hubiese nada “malo” en nuestro aspecto y entramos a la casa Alice habló con el chico de la puerta y este nos dejó pasar, puse mi abrigo en un perchero que había nada más llegar observé detenidamente la sala había gente bailando bebiendo, todos vestidos con algo navideño, un gorro zapatos una nariz de Rudolf… ¡raro! Y un grupo que ahora cantaba una versión rock de Santa Claus is coming to town…
Y ahí, cantando junto a otros dos chicos, lo vi por primera vez a mi chico de ojos verdes…
E.pov
Nuestro amigo Eleazar nos había invitado a su fiesta de navidad y nos había pedido que tocáramos unas canciones, ¿Quiénes?, mis hermanos y yo, teníamos una especie de… banda, aunque ya no tocábamos mucho, desde que empezamos la universidad, el tiempo no es que nos sobre, pero decidimos aprovechar las vacaciones para ensayar, así que nos dijimos ¿Por qué no? Y aquí estábamos, tocando en la fiesta de Eleazar, solíamos hacer versiones de canciones por lo que también las hicimos con canciones de navidad, mi hermano Emmett tocaba la batería, y tenía cierta lógica, pues Emmett es enorme mide 1, 95, y era muy musculoso, pero no de esos con aspecto desagradable, tiene el pelo rizado, corto oscuro y unos ojos verdes como los míos, y aunque es el mayor tiene 25 años es el más infantil de todos aunque más claros, y Jasper toca el bajo, él, es rubio de ojos azules tiene la misma edad que yo, la verdad es que… no somos… hermanos, somos primos, sus padres murieron hace unos años, por eso mis padres lo acogieron, y yo… soy el cantante… aunque toco el piano, y la guitarra, voy a terminar la universidad, estudio la carrera de medicina, y en breve empezaré la residencia de pediatría, y soy alto sé que no tengo un cuerpo delgaducho, hago el deporte suficiente para saber que estoy… bien, y las chicas me lo confirman aunque yo no me fije mucho en ellas, tengo el pelo alborotado de un tono cobrizo muy extraño y mis ojos son verdes, más oscuros que los de Emmett un esmeralda, como los de mi madre.
Ahora mismo miraba hacia todas partes mientras agarraba el micrófono, tocábamos la última canción Santa Claus is coming to town…
Santa Claus is coming to town,
Santa Claus is coming to your town…
Y entonces la vi, allí estaba… en la entrada había una chica, la más hermosa que mis ojos habían podido contempla, piel pálida, un hermoso y largo cabello de color chocolate, con unas curvas que me mataban, estaba de lado así que no podía ver lo del todo su rostro, que era lo que yo ansiaba, y como si se lo hubiese pedido se giró hacia mí y la vi en toda su perfección, su rostro era delicado, como el de una muñeca, sus mejillas estaban ligeramente sonrosadas y sobre estas una grandes pestañas pertenecientes a uno grandes ojos de color chocolate hipnotizantes…
Al fin nuestras miradas se conectaron y mi piel se erizo mientras verde y marrón se fundieron como uno solo… de mi boca salía la letra de la canción sin pensarla ya que mi cabeza se había quedado en blanco, así termino la canción haciendo que los aplausos rompieran nuestra conexión, ella se dio cuenta de lo extraño que había sido, pues se sonrojó fuertemente, y salió por una de las puertas que llevaba hacia el jardín, y como si tuviese un imán que me ligaba a ella baje del “escenario” y la intente seguir, pero me pararon varias veces, por lo que me costó, hasta que la vi hablando con dos chicas, una con aspecto de duende y otra con curvas explosivas, alzó la cabeza y me vio, para así salir corriendo hacia el jardín dejando a sus amigas con caras extrañadas.
La vi correr hasta una de los bancos que había debajo de un árbol, donde no había nadie, se encogió un poco y comenzó a abrazarse a sí misma moviendo los brazos intentado darse calor, tome mi chaqueta y avancé a paso seguro hacia aquel banco, ella estaba distraída y no veía en mi dirección por lo que aproveché la desventaja y me senté por el lado contrario del banco, para que no me viera.
Toqué su hombro en una suave caricia, su piel estaba helada seguramente por la temperatura de la noche, sentí como ahora esta se erizaba por el repentino contacto, se giró abruptamente y cuando vio quien era, primero su cuerpo se relajó, para después volver a tensarse y así intentar levantarse, pero antes la agarre del hombro, y la volví a sentar intentando no parecer brusco.
-por… favor, no… te vayas- pedí casi en un ruego, se mordió el labio, y miró sus manos que jugaban sobre su regazo, aun a oscuras vi como sus mejillas se coloreaban y después sonreía, suavemente, alzo el rostro de nuevo y me miró, sentí como mi corazón comenzaba a latir mas rápido solo por su sonrisa y así estuvimos unos segundos, minutos… no sé cuánto tiempo, mirándonos, y si digo la verdad, no tenía ni idea de que decir, solo sabía lo que quería hacer y era besarla, solté aire suavemente.
-la verdad, no tengo ni idea de que decirte, pero nada más verte supe que tenía que verte de cerca, y por eso traje esto…- le señale a chaqueta y se la puse por los hombros, a lo que ella rio suavemente.-no pude evitar seguirte, pero tú me evitabas, y aun así no paraba de pensar en las ganas que tenia de besarte- su rostro cayó y no entendí el porqué, ¿qué había dicho? Así que empecé a darle vueltas a mi cabeza rápidamente, y se me encendió la bombilla, iré hacia arriba, y no pude creer la casualidad, ya que justo sobre nuestras cabezas había varios ramilletes de muérdago, posé mis dedos debajo de su barbilla y la alcé un poco hasta que nuestras miradas estuvieron en contacto sus ojos estaban algo tristes, agarró mi muñeca y la apartó de su hermoso rostro.
-no hace falta que digas nada, entiendo que no es que sea la más hermosa de la fiesta, aunque me alegra saber que sentiste lo mismo- dijo con su dulce voz, que no había podido oír hasta ahora, intento levantarse pero de nuevo no la deje, simplemente uní sus labios con los míos, al principio se tensó, pero después se fundió conmigo, y paso sus manos por mi cuello y comenzó a jugar con mi pelo, suavemente deslicé mi lengua por su labio inferior ella se dio cuenta de lo que hacía porque abrió un poco más su boca para mí y comenzamos a jugar suavemente mientras yo me embriagaba de su dulce sabor, me sentía en las nubes, pero me di cuenta de que teníamos que parar, ya que el oxígeno reclamaba nuestra atención, lentamente nos separamos pero unimos nuestras frentes mientras nos mirábamos e intentábamos regularizar nuestra respiración.
-me llamo Edward- le dije suavemente, ella volvió a reír y cerró los ojos.
-yo Bella, bueno, me llamo Isabella, pero me gusta más Bella- sentencio, sonreí y le di un casto beso antes de separarme de ella.
-voy a buscar algo de beber, ¿quieres algo?-
-agua por favor… -respondió suavemente mientras agarraba los lados de mi chaqueta, de nuevo bese su frente y me levante para ir a la mesa de las bebidas, estaba tan feliz que solo me faltaba pegar saltos como en las películas, cuando tuve las bebidas en mi mano me encamine al banco, pero ya desde la lejanía me alarme ya que Bella no estaba mire para todos lados y no la veía me acerque más y si, no estaba, entre en la casa y no la veía, en el jardín… nada, se había marchado, la había perdido.
Un año después…
B.pov
Hoy… volvía a ser 24 de diciembre, ya hacía un año desde la última vez que lo vi, Edward, aunque en realidad, lo he visto en sueños, todas y cada una de las noches, no he podido olvidarlo, pero no he podido dar con él, le pedí a Rose que le preguntara a Jacob su amigo que nos invitó, pero este no sabía nada, así que no pude encontrarlo, el año anterior me tuve que marchar porque me acababan de llamar avisándome de que mi papa había tenido un accidente, así que Salí corriendo de allí sin despedirme, de lo cual me arrepiento, mucho. Mi padre ya se había recuperado, y ahora estaba en casa con Sue su nueva vecina, con la cual se llevaba muy bien y yo me estaba arreglando hoy en nochebuena para ir a la misma fiesta que el año pasado esperando encontrarlo de nuevo, y si es así, tener alguna… posibilidad con él, esperaba que no hubiera conocido a otra chica, en este año me había dado cuenta de que lo amaba, aun cuando no lo conocía, sabía que lo amaba, ¿raro no?, pero era así, y si lo veía hoy y el me… correspondía no me alejaría de él.
Alice corría de allá para acá por la habitación mientras me arreglaba ella sabía lo que había pasado el año anterior y decía que podía ver el futuro y que sabía que Edward y yo estaríamos juntos, por lo que tenía que estar preciosa, y Alice decidió arreglarme como el año anterior. Así que cuando por fin termino llego Rose y nos llevó a la fiesta, entramos rápido, pues hacia bastante frio y pude ver una decoración similar a la del año pasado, pensé en quitarme la chaqueta, pero no quería, era la chaqueta de Edward y la llevaba siempre desde aquel día, mire hacia donde aquella vez vi a Edward, pero no estaba, no había nadie tocando, ¿no habrá venido? Me comencé a asustar, mire todas las direcciones posibles, y no vi nada hasta que… un foco de tonos cobrizos capto mi atención, era pelo, igual que el de Edward , me fije mejor, y ahí estaba, era él, me entraron ganas de echarme a llorar de la alegría, tan hermoso, o más de lo que recordaba, pero, estaba triste, su mirada era vacía hacia el vaso que llevaba en la mano, se levantó y miró al frente, aun con esa mueca de tristeza, y cuando giro su rostro nuestras miradas se toparon y algo centelleo en su mirada, y como si la sala estuviese vacía se acercó hasta mí, yo no me podía mover, mi cuerpo estaba paralizado, pero él se seguía acercando, y cuando por fin llego posó su mano sobre mi mejilla, acunándola, y al fin me conseguí mover mi mano estuvo junto a la suya y no podía dejar de mirarle a los ojos, poco a poco, como yo tanto había deseado acerco sus labios a los míos y me beso pero lo que parecía ser algo dulce dejó de serlo, al momento, al segundo se separó para mirarme a los ojos y guiarme por el pasillo de la casa, llegamos a una habitación y cuando cerró la puerta me beso con fiereza, y yo lo seguí con la misma intensidad. Concentrada en el movimiento que realizaban los mismos, lo escuché gruñir y abrí los ojos. Me tumbó y sentí como me observaba con algo más que deseo, sus ojos ardían, me quitó el vestido dejándome en aquel conjunto de lencería rojo, tomo mis muñecas y las subió por encima de mi cabeza, y comenzó a recorrer mi cuerpo con su ardiente mirada.
-Eres tan hermosa… -dijo mientras delineaba con su dedo índice el contorno de mi sujetador… cuando su dedo toco mi seno izquierdo jadeé… sentí como mis pezones se endurecían, mordí mi labio inferior mientras arqueaba la espalda en busca de más contacto.
Edward me miró y sonrió con malicia… sin despegar el contacto visual lo vi bajar tortuosamente lento a la unión de mi senos y ahí dejo un beso… luche contra las esposas de sus manos en mis muñecas, lo quería tocar, pero no me dejaba… sus labios siguieron bajando hasta llegar a mi ombligo donde se divirtió un poco. Lamió e incluso mordió mi ombligo…
-Edward… por favor – supliqué.
Edward volvió a subirse encima de mí, intentando no depositar su peso en mí.
-No cariño… esta es tu noche, solo disfruta.- susurro con voz ronca en mi oído.
Gruñí ante su contestación y me deje invadir por la sensación de sus caricias, su boca volvió a mi cuello, deteniéndose un buen rato, me mordía y succionaba constantemente mi piel. Su mano izquierda viajaba por mi espalda… tenía la pequeña sospecha de que es lo que quería, por lo que arquee mi espalda nuevamente y el peleó por un momento con el broche del sujetador, ante eso me reí. Le escuche gruñir frustrado.
-Si quieres… te puedo ayudar.- sugerí esperanzada por que soltara mis manos… me picaban por tocarlo.
Lo sentí reír mientras lo sentí desabrocharlo.
-Gracias cariño, pero ya lo hice.
Suspire frustrada mientras bajaba un tirante y besaba mi hombro dulcemente.
-Tranquila.- le escuche decir. Mientras volvía besar mis labios, tranquilizándome. Cerré los ojos con nerviosismo, tratando de calmarme… sentí como Edward suspiraba y su aliento chocaba de lleno con mis senos desnudos ahora, me estremecí cuando escuche su voz ronca.
-Son… hermosos, perfectos… míos y de nadie ¡Más!- dijo mientras los acariciaba, se acercó a mi seno derecho, besando mi pezón y mordiéndolo, mientras su otra mano no desatendía al otro… eran increíbles e indescriptibles las olas de placer que sentía… era como si supiera donde y en qué momento debía tocar. Su agarre se desprendió de mis muñecas e instintivamente llevé mis manos a su suave cabello atrayéndolo hacia mí. Dejo un beso húmedo en mi vientre… siguió bajando, tocando mis piernas, deteniéndose un poco más en mis pantorrillas sus manos siguieron hasta detenerse en mis tobillos, y volvieron a subir hasta…
-Bella… Mírame.- lo hice. Y en un movimiento rápido quito mis braguitas. Sentí como abrió mis piernas, la sangre subió rápidamente a mis mejillas, estaba completamente expuesta para él… y él muy vestido.
Paso un dedo por mi sexo, salté sorprendida ante el contacto. La corriente eléctrica que me mando fue increíble. Me arrodille y lo besé. Me recostó nuevamente y volvió a besar mi cuerpo, abrió mis piernas… y volvió a tocar mi sexo y bajo su cabeza donde lo sentí suspirar. Sin previo aviso me dio el beso más íntimo que alguien más me iba a dar, su lengua acariciaba cada centímetro de mi sexo. Mis manos fueron a su cabello, aferrándose a él, disfrutando cada roce.
Edward se movió y me susurró 2 palabras que tanto anhelaba escuchar de él…
-Te amo-
Abrí los ojos de golpe por la afirmación. Me tense por un segundo pero luego vi sus hermosos ojos que me confirmaron que no mentía. Y quise decírselo pero no pude. Me fije en él y me di cuenta de que yo estaba completamente desnuda y el vestido así que rápidamente me deshice de su ropa. Mi mano inexperta pero curiosa fue a su miembro y lo apretó suavemente, el gemido gutural de Edward me hizo estremecer… sentí como depósito parte de su peso en mí y me sentir orgullosa de que yo, Bella Swan, haya provocado aquello en aquel hombre. Poco a poco comencé a mover su miembro en mi mano de arriba a abajo, sentía como crecía más de lo que ya estaba, sus gemidos eran como música para mis oídos… pero eso fue hasta que sentí la mano de Edward sobre la mía, apartándola de su muy excitado miembro.
- quiero que tú disfrutes-
Lentamente lo sentí posicionarse entre mis piernas.
-Edward soy…virgen- dije sonrojada, al mencionarlo abrió sus ojos y fue a separarse pero no se lo permití.- y dedeo que seas el primero- continúe, a lo que él sonrió.
-Cariño- nuestros ojos se encontraron a la vez que sentí su miembro erecto en mi entrada. -Esto va a doler un poco…- su voz era contenida, casi como si estuviera sufriendo… y oh dios, hubo un clic en mi cabeza, y lo comprendí. Realmente estaba haciendo esto y con él. –Dime si de verdad quieres seguir.- asentí cansada de que el siguiera con lo mismo o era que él no lo estaba. –No aguanto estar más tiempo fuera de ti.- gruño respondiendo a mi pregunta no formulada. – Solo dime si te lastimo, no quiero hacerlo.
Extendí mi mano, y toque su mejilla.
-No lo harás… estoy lista.
-Cariño…solo mírame, quiero ver tus ojos cuando te haga mía.
Nuestros ojos nunca se separaron. Sentí como lentamente se introducía en mí, de pronto se paró y me miró a los ojos, yo solo logré asentir. Mis manos estaban en sus hombros y entonces me tense cuando sentí el dolor, presione fuertemente con mis dedos su espalda mientras que un pequeño grito ahogado salió de mi boca.
-Perdóname cariño… lo siento, lo siento-dijo besando toda mi cara, ojos, frente, mejillas Lentamente me comencé a acostumbrar. Enrolle mis piernas en su cintura mientras comenzaba a moverme Edward me siguió un poco inseguro, con movimientos suaves, amaba el vaivén que nuestros cuerpos comenzaban a tener.
Edward me beso mientras me abrazaba y me pegaba a un más a su cuerpo.
-Mía Bella… eres… solo… mía, siempre.
La fricción de nuestros cuerpos sudorosos simplemente era algo mágico. Los sonidos, sus gemidos, nuestras respiraciones entrecortadas, las caricias, la corriente eléctrica y nuestras miradas cargadas de deseo y amor... me hacían sentir la mujer más feliz en el mundo. Y era el momento se lo tenía que decir.
-Edward…
Él me miró mientras colocaba un mechón de mi cabello tras mi oreja – te amo desde el instante en el que te vi- dije entre gemidos. – No sé cómo, pero te amo, mucho, demasiado- seguí diciéndole al oído. Edward se quedó paralizado ante mis palabras… sus ojos brillaron aún más de lo que ya lo hacían… rápidamente volvió a reanudar el movimiento de nuestros cuerpos… las embestidas era más profundas y frecuentes… sentía como su miembro crecía, una de sus manos se coló entre nuestros cuerpos y su dedo comenzó a torturar mi clítoris.
-Bella… cariño, vente conmigo… por favor... yo estoy muy cerca-
Y no supe como pero sus palabras hicieron algo mientras sus embestidas eran más rápidas y fuertes… pero al mismo tiempo cuidadosas y delicadas.
Sentí como mis paredes se apretaban en su miembro y los dos caímos rendidos mientras decíamos nuestros nombres, dejo caer su peso en mí mientras los dos tratábamos de controlar nuestras respiraciones.
-Te amo Bella… Gracias por permitirme ser el primer hombre de tu vida.- dijo besando mi frente… yo solo sonreí.
-Yo también te amo, fue, maravilloso-
-Perfecto.- susurró. –Ha sido la mejor noche de mi vida-
-Duerme mi dulce Bella, yo velaré tus sueños.-lo sentí tararear una suave nana y me dormí.
0o0o0o
Oí la música de fondo, poco a poco me desperté y no sentí el cuerpo cálido que una hora antes había tenido al lado, busque a Edward con la mirada, y no lo encontré, su ropa no estaba, él me había dicho que me amaba, pero ahora me había despojado de mi virginidad y… no estaba, se estaba burlando de mí, todo había sido una mentida, mi cabeza divago solo al igual que mis lágrimas que caían rápidamente, me vestí y mire a la cama en la que habíamos estado, mi pecho dolía, y me sentía como la mierda, agradecí que la fiesta no hubiera terminado, Salí de la casa rápidamente y aunque intente dejar la chaqueta que Edward me había dejado un año atrás, no pude hacerlo, la tome conmigo, y llore, todo el camino hasta casa, sabiendo que esta no era mi navidad, y no lo seria ninguna otra.
Al año siguiente… 3º navidad…
E.pov
La recordaba en todo momento, como no hacerlo, si me estaba refiriendo al ser más hermoso del mundo, y la había perdido de nuevo, aun sentía el calor de sus besos, desde que la conocí no la pude olvidar al año siguiente antes de rencontrarnos pensaba en ella constantemente y estaba seguro de que estaba enamorado de ella aun cuando no tenía ni idea de quien era, solo sabía su nombre, Bella, y cuando la hice mía… me di cuenta de que era así, no solo me gustaba, la amaba, era mi más puro sol, el centro de mi universo, pero la perdí de nuevo y ahora estaba más que seguro de que no volvería a mi…
En la fiesta de navidad en la que nos rencontramos no pude evitar hacerla mi mujer, mi cuerpo ardía por ella, y fue la noche mas mágica de mi vida, Bella acabo quedándose dormida en mis brazos, pero aunque estaba bastante cansado no podía dormir, mi cabeza no paraba de dar vueltas, lo primero no entendía como mi desenfreno había sido tal como para hacer el amor con Bella en la casa de Eleazar por muy buen amigo que sea, aunque el sabia lo mal que lo había pasado ese último año buscándola, pero eso me justificaba, y lo segundo que me carcomía era el como conseguí que se quedara conmigo, no podía dejarla marchar y supe que hacer, me levante con cuidado de no despertarla, la tape con la sabana y bese su cabeza, tome papel me vestí, y le escribí:
Ahora vuelvo hermosa, por favor no te vayas, te lo ruego
Me marche cerrando la puerta con cuidado de no despertarla, le explique a Eleazar lo ocurrido y este lo comprendió, aunque no paraba de reírse, y le pedí, que intentara que no entraran , y Salí de la fiesta, cogí mi volvo y fui a mi casa, no soy un idiota que deja tirado a las mujeres, solo pensaba, coger una cosa de allí, para ser exactos, un anillo, mi madre nos había regalado uno a Emmett y a mí, pertenecientes a una de nuestras abuelas, sé que era precipitado pero sabía que era el amor de mi vida, entre en casa y cogí el anillo pero para cuando volví me desplome, en la habitación, no había nadie busque la nota que le había dejado en la cama pero no la veía, me deslice hasta el suelo y me apoyé contra la cama, hundí mi cabeza entre mis manos y respire, pero… ¿Por qué se había ido? Se lo había dicho en la nota… mire a mi alrededor y lo vi, la nota estaba justo donde la había puesto pero en el suelo, ella no la había visto, seguramente pensó que había estado con ella por…
Prefería no hablar de este asunto, me duele hacerlo, no hay un día que no piense en ella, en mi trabajo cuando veo a los pequeños me imagino que hubiera pasado si hubiera leído la nota, la busque, quería explicárselo, pero no tenía forma de contactar con ella, era frustrante, incluso la recuerdo, cuando estoy con mi familia, veo a mis padres, y… se quieren tanto, que no entiendo, porque yo no puedo tener algo así, sé que podría intentar conocer a gente nueva, pero es mi corazón el que no quiere y sé que suena cursi, pero es verdad, así que hoy el 24 de diciembre, la noche de navidad, la pasaría en el hospital deprimente, sí, pero no tenía gana de celebrar nada, estuve barajando la posibilidad de ir a la fiesta, pero estaba seguro de que ella no estaría allí, metí la mano en mi bolsillo y agarre con fuerza la caja que llevaba, ahí era el anillo, lo llevaba a todas partes, me recordaba a ella, ¿un sufrimiento constante?, sí, pero me gustaba recordarla, era ya bastante tarde, serían las diez de la noche y por ahora no había pasado nada “grave”, aunque dentro de tres horas o así , comenzarían a llegar las ambulancias, por los vividores de las fiestas en esta noche.
-doctor Cullen, le necesitan en pediatría- llamo una voz nasal a través de los altavoces, Salí de la sala de descanso y bajé rápido las escaleras, al llegar al pasillo de pediatría vi a Ángela, una de las enfermaras, con un pequeño bultito entre los brazos.
-doctor Cullen, esta es su paciente- dijo con un tono algo infantil mientras le hacía carantoñas al bebe. – su madre estaba algo nerviosa, era primeriza, la niña solo tiene unos meses y al parecer el padre no estaba, por lo que estaba bastante asustada, está en la sala de espera, voy a llevarle un té, la niña tiene algo de fiebre, y no para de llorar, se llama Nessie o eso me dijo la madre, voy a llevarle eso, si necesita algo me lo avisa por el busca- me dijo rápidamente, me acerque a ella y alce un poco la cabeza para ver a la niña que tenía en brazos, y no pude reprimir un jadeo involuntario que salió de mis labios, la pequeña era hermosa, su cara era perfecta, tenía los cachetes algo regordetes, era muy pequeña, estaba despierta , pero parecía que había estado llorando, tenía el pelo castaño, aunque este no era mucho y los ojos verdes, exactamente igual que los míos, me recordaba a Bella, pero lo más raro es que se parecía a mí también, deseche la idea de la cabeza por mucho que me gustaba soñarlo, seguro era por las fechas en las que estábamos que todo me recordaba mucho más a ella, la cogí en brazos y la mire, hermosa era una palabra pobre para describirla, la acerque a mi pecho con cuidado y sentí algo que no sentía desde hacía una año, la lleve dentro del consultorio y la tumbe en la camilla, cuando la solté el llanto comenzó el llanto, la volví a tomar en brazos y la mecí un poco, cuando se tranquilizó la volví a tumbar, despacio y cuando estuvo del todo recostada, sus labios hicieron una mueca que me hizo pensar que iba a llorar, pero antes:
-no- le dije alzando el dedo, ella cerro su boca, me miró con aire extrañado y sonrió, al examinarla vi que tenía una pequeña infección en el oído, escribí la receta rápidamente y Salí del consultorio, con Nessie en brazos.
-doctor Cullen, ¿llevo a la niña?- pregunto Ángela que venía justo delante desde la sala de espera.
-no hace falta Ángela, yo mismo la llevare- respondí intentando permanecer la mayor parte del tiempo posible con la niña, la mire durante un instante y estaba dormida, agarrando firmemente con su pequeña mano el borde de mi bata con la boca abierta, le había puesto una inyección para la fiebre y había caído rendida, a medida que me acercaba a la sala de esperas mi corazón iba más rápido y no entendía por qué, mi mano toco la puerta y empuje levemente y con cuidado para no despertar a la niña, en la sala se podía escuchar el suave murmullo de villancicos, y estaba todo adornado, y en medio de la sala, solo había una mujer, menuda de pelo largo castaño, que aun de espaldas, parecía hermosa, no dejaba de mover el pie con gesto nervioso, y de alguna forma me recordaba a alguien y no sabía a quién, carraspee , para hacerme notar y lentamente se giró y creí que estaba en un sueño, Bella estaba allí, tan hermosa, o incluso más que la última vez, mi cabeza, comenzó a dar vueltas, si ella es la madre de Nessie… la niña tiene tres meses aproximados… así que si el cálculo no me daba mal yo era…, alce mi mano para tocarla, me acerque despacio temeroso de que fuera un sueño, y cuando estuve lo suficientemente cerca, acaricie su mejilla como la primera vez, sus ojos se llenaron de lágrimas, ahora abracé su cintura la atraje hacia mí y la mire a los ojos, intentaba preguntarle lo que mi boca no me permitía, y ella lo entendió, asintió y miró a Nessie en mis brazos, acerque mis labios a los de ella y cuando estuve tan cerca que estos se rozaban susurre un te amo, y la bese, de forma suave y tendida, ahora no la dejaría marchar, ahora si tenía una razón para celebrar, navidad, esta hermosa navidad y las que me quedasen cerca de mis dos princesas.
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