Una luz entre las sombras

Autor: Kenny
Género: Fantasí­a
Fecha Creación: 28/07/2013
Fecha Actualización: 20/11/2013
Finalizado: NO
Votos: 1
Comentarios: 3
Visitas: 26531
Capítulos: 30

Sinopsis:

Luego de la aparente victoria de los Cullen contra la amenaza Vulturi, aparece un nuevo punto de ambición para las capas negras. Alice Cullen, antes de ser inmortal vivía en Biloxi, Missisipi junto con su madre y sus dos hermanas: Cynthia y Evelyn Brandon. La historia se enfoca en la vida de Cynthia Brandon, la hermana mayor de las tres, quien fue separada de ellas al ser atacada por los vampiros. Ahora deberá aliarse con el clan Cullen para salvar lo único que jamás tuvo y en la inmortalidad consiguió al fin: una familia a quien amar.

 

Prefacio:

Incluso en el mundo de fantasía, de lo inexistente, puede llegar a existir el dolor en magnitudes en las que se llega a cuestionar lo que es real y lo que no.

Incluso yo, que después de vivir una eternidad valiéndome da vidas de humanos inocentes, al encontrar una luz en mis tinieblas no supe como manejarla.

Ni siquiera estoy segura de que fuera una luz. Tal vez sólo era una sombra diferente que llamó mi atención en la oscuridad. No lo sé. Y tampoco me importaba, ni siquiera entonces que podía ver el inmenso daño que le hacía a la gente a mí alrededor. Mi familia.

De entre todo el sufrimiento albergado a mi alrededor, sólo el de él me importaba. Tal vez sonara egoísta. Pero era la verdad y nadie podía cambiarla, ni siquiera yo. O él. 

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Capítulo 1: Otro más.

Anochecía en la fría ciudad de Ontario, Canadá. Habían pasado las estaciones más cálidas del año como un relámpago ante mis ojos. Quizá fuera un pensamiento fuera de lugar en esos momentos pero la sed no me dejaba hacer más que mirar con atención las gargantas a mí alrededor. Aunque eran escasas.

Me cobijé en el amparo de unos grandes edificios, escalé el más alto con cuidado de no llamar la atención de ningún humano entrometido. Encendí mi mirada periférica y estudié con atención cada uno de los movimientos a mí alrededor, no tardé mucho en encontrar al típico ladrón en los alrededores.

Me reí ante sus intentos fallidos de escalar el edificio, y luego me puse a estudiarlo con atención. Era bajo y delgado, enclenque diría yo, con ropajes negros y un sombrero tejido. Cargaba una pesada maleta a su espalda mientra intentaba escalar la barda. Me reí con más ganas. La codicia de los humanos era algo que siempre me sorprendía.

 

Entonces mi mente se debatió de nuevo, como tantas veces antes. Cazar o no cazar. Era extraño ya que siempre terminaba obedeciendo lo que mi instinto me dictaba a hacer. Claro que iría por ese humano, acabaría con él y luego de una semana o dos, le haría lo mismo a otro. Llevaba unos largos cien años viviendo así como para dudarlo ahora.

Suspiré. No quería hacerlo. A pesar de que fuera un humano torpe, lleno de maldad –y estupidez –no  merecía morir. ¿Y quién era yo para creerme capaz de decidir si merecía morir o no? Yo no era una deidad ni nada por el estilo. Era deprimente el descubrir que era yo. Asesina, asesina. Como un recordatorio de aquel hombre tan cerca, mi garganta ardió con sed, como si el fuego que había quedado dentro de mí desde mi transformación se extendiera a propósito.

 

Fruncí el ceño y con una mueca muy poco humana me acerqué al tipo. Si algo me había enseñado esta nueva vida era que no importaba cuanto tiempo pasara, cuanto lo deseara… un vampiro jamás moriría de sed. Jamás. Aunque podía causar un dolor parecido.

Aceché al ladrón con cuidado y con gran habilidad me bajé de aquel edificio cayendo de pie haciendo apenas el ruido de una hoja de árbol al caer. Aspiré casi con lujuria el olor de la sangre de aquel humano desafortunado. Dejé correr el salvajismo por mis venas, libré los escasos diez metros que nos separaban y simplemente lo ataqué, arrojó la bolsa que cargaba al hombro y perdió el aliento. No tuvo tiempo de gritar, mis colmillos le cortaron el cuello antes que supiera siquiera que había pasado, su sangre se derramó en mi boca poco a poco, y al par que sus intentos de escapar se hacían más débiles, la sed iba sucumbiendo lentamente. Murió antes de darse cuenta de qué estaba sucediendo. Cuando su cuerpo quedó por fin sin vida entre mis brazos pude pensar de nuevo.

 

Me arrastré con el cuerpo de vuelta al edificio. Luego de unas tres horas me aburrí de la quietud que aparentaba. Hacía tiempo me había dado cuenta de que yo ya no tenía un propósito de vida. Quizá sólo ser la depredadora más cruel y peligrosa del mundo. Me acomodé en un poste del enorme puente cerca de donde me encontraba, seguramente aquel cuerpo terminaría en el frío río. Recuerdos, era todo lo que me quedaba.

 

Y así terminé con la vida de un humano más, sólo impulsada por la sed, llena de rabia en mi interior y con la frustración de saber que pronto ese suceso se repetiría.

 

Me quedé sentada junto al cuerpo quieto del sujeto hasta que amaneció dándome cuenta de que no quedaba ningún rastro de la humana que había sido. Cynthia Brandon ya no existía. Sólo la vampiresa loca por la sangre.

 

 

 

 

 

Capítulo 2: En busca de algo nuevo.

 
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