El destino en mi Contra

Autor: giuliana
Género: Romance
Fecha Creación: 03/07/2011
Fecha Actualización: 12/06/2012
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 6
Visitas: 7175
Capítulos: 5

Bella se fue cuando presencio con sus propios ojos cuando Edward se besa con su mejor amiga a unas semanas de su boda 

¿Pero y si no hubiese sido traición?

Han pasado 5 años y el destino se pone en contra de ella al reencontrarse de nuevo pero ahora como personas de negocio y con mucho dinero.

+ Añadir a Favoritos
Leer Comentarios
 


Capítulo 1: Recordando aquel día

 

Habían pasado más de 5 años desde la última vez que nos habíamos visto, hoy como todos los días lo recordaba, estaba presente en cada uno de mis pensamientos, desde aquella noche en que todo mi mundo se vino abajo.

Flashback…

Estaba comprometida, no creía que me iba a casar, tan sólo tenía 22 años y ya estaba en marcha hacia una carrera exitosa, en donde lo más importante era ganar lo suficiente  para costear los lujos a los que estaba acostumbrada, mis padres estaban acomodados en un nivel económicamente alto, había nacido en Inglaterra, bajo el nombre de Isabella Swam, pero me gustaba que me llamara “Bella” o como mis padres me decían “Bells”, mi prometido era un joven de clase alta, siendo el hijo de Carlisle Cullen, el médico del siglo, él se llamaba Edward Anthony Cullen, de nacionalidad inglesa igual a la mía, mi familia lo adoraba.

 

Nuestra boda estaba programada para dentro de un mes, mi mejor amiga y futura cuñada Alice, se había encargado todo lo relacionado a la ceremonia, y fiesta, yo no con ocia a muchas personas, y sabía que Edward tampoco conocía a mucha gente, así que no sabía cómo habían salido 500 personas invitadas a la boda, si es que no eran  más.

Hoy tenía una importante junta en el Hotel “Pa’ Risian” en donde hablaría con unos miembros rusos, yo iría en representación de la empresa de mi padre, una de las mejores del país; estaba a media cuadra, cuando voltee la esquina con mi auto, estaba de lo más normal, a mi edad ya había tratado con muchas personas de este tipo que todo un ejecutivo con principio de calvicie.

Había llegado al Hotel  cuando todo mi mundo se vino abajo, mi cuerpo no me respondía, con solo mirar lo que tenía enfrente, Lo que tenía era a mi futuro marido, con Tanya, una compañera de la universidad, besándose y acurrucándose, ambos abrazados entrando a dicho hotel, no sé qué tonterías pasaron por mi cabeza en ese momento, sólo sé que quería que la tierra me tragase, porque algo dentro de mí me gritaba que eso no podía ser cierto, pero lo estaba viendo con mis propios ojos, nadie me lo había contado, yo lo veía, y como señal de comprobante, no me quede ahí parada y con la intención  de gritarle el cómo me sentía, entré con paso firme y decidido, conteniendo todas las lágrimas, y le dije a la recepcionista:

-         Buenas Tardes, me gustaría saber en qué habitación se hospeda el Señor Cullen

-        Por supuesto un minuto…..El Señor Cullen pidió  hace un momento la suite presidencial.

-        Disculpe estaba el sólo –sabia la respuesta pero quería la confirmación  de alguien más, sabía que era masoquista.

-        No, el señor estaba acompañado de la Señorita Tanya Denali.

-        Okay, muchas gracias

 

Salí corriendo en dirección a mi auto, ya no me importaba la bendita reunión, no me importaba nada, En el camino a mi auto, solo me dispuse a pensar en lo que sería de mí y mi vida ahora que no lo tenía a él más en mi vida.

 

Llegué a mi casa, salí del auto con la decisión tomada, la Bella  amable, comprensible, dulce que tod0s conocían habían muerto con esa escena de masoquismo puro, y ahora  mismo nacía una Bella fuerte, de hielo, sin sentimientos, que no le importe nada más que ella misma.

 

Evadí las preguntas de mi familia y seguí directo hacia mi habitación, de donde saqué dos maletas, y las fui llenando con todo lo que encontraba, no me iba a quedar ni un minuto más en esta ciudad, viendo mi orgullo por los suelos.

 

Al terminar con todo,  salí con las maletas y tal sólo hice una llamada telefónica, la llamada se la hacía a Rosalie y Emmet, dos de mis mejores amigos,  mis hermanos, yo sabía que Emmet era el mejor amigo de Edward, pero era el mío también, y fue cuando recordé lo que Emmet dijo una vez: “Te defendería hasta morir, hermanita” y no lo pensé dos veces, marqué el número, una voz varonil me contestó:

-alo

-Piero, Soy Bella necesitamos hablar, lleva contigo a Rosalie, nos vemos en 10 minutos en el aeropuerto, me voy.

-¡Que! Estas loca a dónde vas,  no te puedes ir así porque si, al menos se lo dijiste a Edward, ¿cierto?

- Por él me voy,  de él te quien hablar, por favor en 10 minutos te veo

-Está bien, nos vemos.

 

Al menos ya Emmet me iría a ver, era algo totalmente descabellado si pensamos que posiblemente Edward este en ese mismo hotel con la tal Tanya y yo aquí debatiendo en irme o no y todo por su culpa, debía  alejarme de mi familia, amigos y de mi entorno.

 

No quería que nadie supiese de mí partida por lo que entre a la cochera y escogí el Aston Martin azul, que tanto me gustaba, metí las maletas, y me dirigí al asiento del piloto.

 

No me di cuenta de cuando llegue había manejado monótonamente de mi casa hasta el hotel sumida en mis pensamientos y sobretodo en una decisión que tomar, crucé la puerta y estaban mis amigos esperándome abrazados, y ese gesto me cruzó como una punzada al corazón, realmente todo esto me estaba afectando más de lo que alguna vez me imagine. Tras verme Rose se lanzó hacia mí

-¿Qué pasó? Se puede saber qué haces aquí.

-Oh rose, Ed...ward...es Edward – no me había dado cuenta en que momento había empezado a llorar, hasta que sentí las lágrimas recorrer mi rostro

-¿Le sucedió algo a Edward?

- Él está bien, pero yo no, me engaño y lo hizo en mis propios ojos, yo lo vi.

-Dios, ¿Qué hizo?

-Bueno, pues…..- les relate toda la historia, yo misma me atropellaba con mis palabras, estaba muy nerviosa de lo que me dirían, me sorprendió la valentía que tuve de terminar la historia.

-No puedo creerlo-dijo Emmet que hasta el momento se había mantenido callado- pero ahora me va a escuchar.

-Emmet no por favor, él no sabe que estuve ahí, por favor te lo suplico.

-¿Cómo puedes permitir que te use de esa manera?   ¿Qué no te quieres, Isabella?

-Ya basta Emmet, no estamos aquí para juzgarla, sino para apoyarla, y si ella quiere irse, que sepa que cuenta con nuestro apoyo – dijo Rose, realmente se lo agradecía porque no podía responder a aquella pregunta que me hizo Emmet, y era cierto, si quería irme, y lo haría.

-Gracias Rose y si quiero irme.

-Ya sabes a donde

-Sí, tomaré un vuelo a Washington-Bells, yo lo siento pero no puedo ver como ese… Edward te trata de esa forma, déjame decirte que tú no eres un juguete que hoy se usa y mañana no.

-No te preocupes, te entiendo pero ahora ustedes son los únicos que saben a dónde voy y no se lo pueden decir a nadie y mucho menos a él. ¿Lo prometen?

-Lo prometemos- dijeron a unísono.

 

Fuimos a comprar el pasaje para el viaje, y mi vuelo salía a las 8.00 p.m., confiaba en ellos, sabía que no me iban a defraudar. Estando ya en el avión,  llamé a mis papás y les dije que estaría de viaje por una temporada, y que el viaje se dio de improviso, por la cual no pude avisarles, me comprendieron y no hicieron tantas preguntas como pensaba, punto a favor para mí.

 

Cuando llegue a Washington, lo primero que hice fue un hotel donde hospedarme por los días en los que consiguiera una casa en donde vivir. A los dos días, ya tenía una vida nueva, número de celular distinto, una hermosa casa, llena de cristales, con matices blancos y dorados  y con un patio enorme en donde también se encontraba la piscina.

 

Al mes ya me había convertida en una de las más grandes inversionistas de los Estados Unidos, llegando al punto de abrir mi propia empresa de construcción de cruceros lujosos con inversión en hoteles de 5 estrellas.

 

Fin del Flashback

 

Después de haber llegado aquí había rehecho mi vida, bueno, en una parte, ya no creía en los hombres, esa etapa me había marcado, pero a él lo tenía presente en mis recuerdos, había dejado el pasado atrás, pero no el rencor, eso siempre existiría pero había seguido hacia el futuro y viviendo el presente.

Hoy tenía una importante junta, donde sellaría uno de los tratos más importantes de mi carrera, así que tome una ducha,  me vestí con un bonito traje marrón, y me sujete el cabello en un recogido refinado, que sin lugar a dudas, me hacía ver seria y elegante. Salí rumbo a mi auto, una característica muy peculiar en mi, desde que tengo uso de razón, es ser muy puntual, así que tomé las llaves que estaban en la entrada en una pequeña caja, todavía faltaban unos 20 minutos, al empresario a quien vería era de Inglaterra, uno de mis competidores, por lo que este acuerdo nos haría más grande a ambos y nos convertiríamos en la cadena de constructoras más grande del Mundo.

 

Llegue al restaurante donde se suponía nos veríamos, no sabía nada de él, tan sólo su país de origen, quien había arreglado el encuentro era mi secretaria, que por cierto comería con nosotros, ella me había dicho que el hombre tampoco sabía nada sobre mí, que el asunto se trataba secretaria a secretaria, por lo que me preguntaba cómo era,  mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz de un empleado.

 

-Disculpe, señorita, me permite las llaves de su auto para estacionarlo, por favor.

-Ah,.. Si claro-dándole las llaves le dije- aquí tiene.

-Gracias, y buena noche.

-Gracias.

 

Al entrar me encontré con Jane, mi secretaria, al verme dijo:

 

-Buenas noches, Srta. Swan, la estaba esperando.

-Buenas noches Jane, ¿El empresario ha llegado?

-No todavía, pero seguro no tarda en llegar, falta unos 5 minutos para 7.00 p.m.-dijo mirando su reloj

-Sí, seguro, vamos a sentarnos.


Nos sentamos en la zona VIP de ese restaurant, mesa para 4, me preguntaba quien más vendría por lo que le pregunte a Jane:

 

-¿Mesa para cuatro, Jane?

-Bueno, La secretaria también nos acompañará.

-Claro, supongo que al igual que yo, él no sabe nada del tema, ¿cierto?

-Supongo.

 

Habían pasado 7 minutos desde mi llegada, y él no llegaba por lo que aburrida y molesta dije:

 

-No me gusta que me hagan esperar

-Entonces, disculpe la demora-dijo una voz que yo conocía muy bien, levante la cabeza y me lleve la sorpresa de mi vida, era él, el hombre que había destruido mi vida 5 años atrás, por él había perdido la confianza en los hombres.

 

Capítulo 2: Aun presente en mí

 


 


 
15098188 visitas C C L - Web no oficial de la saga Crepúsculo. Esta obra está bajo licencia de Creative Commons -
 11085 usuarios