Me desperté con un terrible dolor de cabeza, había tenido una pesadilla horrible, me hallaba en una habitación oscura y estaba amarrada a la cama… No ¡DIOS! Por favor no, comencé a sollozar, no había sido un maldito sueño, de verdad me encontraba amarrada a una cama. Mis muñecas dolían, las amarras de mis pies y manos estaban muy apretadas y me hacían daño. Estaba segura de que me dejarían una marca, entonces todos esos pensamientos se borraron con una pregunta ¿dónde estaba? Y luego le siguieron ¿qué paso? ¿por qué…? ¿Quien me hizo esto?, mi cabeza rebosaba de preguntas y entonces comencé a recordar.

Flashback:

Jake y yo caminábamos por la playa mientras veíamos el atardecer… el dijo que quería hablar conmigo y eso me dio una excusa para hablar con el también. Para mi las cosa ya no funcionaban, todo el amor que alguna vez existió se había ido desvaneciendo con el tiempo y ya no podía aplazar más lo que le tenia que decir. Terminaría con él, si, lo haría y nada cambiaria mi opinión. Nos detuvimos junto a un tronco varado en la arena, cuando nos sentamos estuve a punto de hablar pero antes de que pronunciara un sonido me interrumpió, y nunca me habría imaginado lo que diría.

-       Bella, quiero decirte que te amo con toda mi alma y siempre te amare.- me quede paralizada, sus ojos brillaban de emoción.

-       Jake yo…

-       No espera déjame terminar- guarde silencio temiéndome lo pero- desde el momento en que te vi, supe que tu eres la mujer mas bella que he visto en mi vida… bella, Isabella ¿ me harias el honor de ser mi esposa?- y entonces mi peor temor se hizo real, me quede en shock, que le diría ¡¡ lo siento pero yo no te amo!!

-       Jacob necesitamos hablar- pude ver como el brillo de sus ojos desaparecía a medida que asimilaba mis palabras.- escucha jake, aprecio mucho lo que has hecho –comencé mirando el anillo-  pero las cosas para mi ya no funcionan, de verdad te quiero y mucho, pero ya no te amo.

-       Que?- su rostro se endurecio, borrándose la sonrisa de su rostro, sus labios eran una línea ahora y sus ojos se entrecerraron.

-       Mira, enserio lo siento pero nosotros no podemos seguir- no se que fue lo que paso, sentí su mano impactarse con mi pómulo y el ardor en mis manos al caer al suelo.

-       ¡¿por qué?!- su cuerpo temblaba de furia. Yo estaba paralizada, no podía creer lo que el había hecho, este no era jake. Me arrastre ligeramente hacia atrás alejándome de él.

-       ¡¡¿tu crees que te puedes deshacer de mi?!!- dio un paso hasta agarrarme de los cabellos y comenzó a reírse. El estupor había dado paso al paico y no podía moverme- Pero que equivocada estas. ¡¡TU ERES MÍA Isabella!!, solo mía.

-       Jake tranquilízate ¿si?- mi voz era apenas un susurro tembloroso-No estas pensando claro.

-       ¿Yo no pienso claro? Pues mira quien lo dice. Quién, quién fue la que dijo que me amaba, quien fue la que dijo que siempre estaríamos juntos.- sacudió mi cabeza con su mano solte un pequeño grito de dolor.

-       Jake lo siento pero ya no puedo… yo solo- tenía inclinada mi cabeza y me costaba respirar- mira yo no sabia como decírtelo y… no es el fin del mundo Jake, tu puedes conocer a alguien y yo igual- no sabia que más decirle. De un tirón soltó mi cabeza y fui a parar al suelo, mientras el caminaba de un lado a otro. En un momento se detubo y supe que nada saldría bien , sus ojos estaban cargados de maldad y sufrimiento, una sonrisa maliciosa se escapo de sus labios y camino hacia a mi para luego tomarme por los hombros; trate de soltarme pero mi diminuto cuerpo no se comparaba con su masa de músculos.

-       Te equivocas Isabella, si no eres mía no serás de nadie.

No alcance a decir otra palabra cuando golpeo mi cuello y todo se volvió negro.

               Fin Flashback

Así que aquí me encontraba, amarrada de pies y manos y sin saber donde estaba.

La puerta comenzó a abrirse y de inmediato me hice la dormida. Sentí unos pasos acercarse a mi cama, luego de un rato sentí como se hundía la colcha a mi lado, entonces poso su mano en mi mejilla para comenzar a acariciarme y un segundo después como juntaba sus labios con los míos; instintivamente abrí mis ojos, mala idea.

-       vaya, vaya pero miren quien despertó.

-       Jacob? porfavor…-puso su mano sobre mi boca.

-       Shhh, tranquila bells- mientras con una mano tapaba mi boca con la otra comenzó a tocar mis pechos, trate de moverme pero su agarre se hizo más fuerte y sus ojos me miraron con odio.

-       Oh, por favor bella, no te hagas la difícil, he esperado este momento por mucho tiempo- bajo su mano y la introdujo por debajo de mi blusa para empezar a subirla. Mis ojos se llenaron de lagrimas, nunca habíamos llegado a hacer nada con Jacob, no había sentido la necesidad y luego de ocho mese me había dado cuenta de que lo prefería como amigo. Las lagrimas se escaparon de mis ojos, me maldije por no haberme dado cuenta antes, y ahora estaba aquí, incapacitada de moverme, completamente vulnerable. En mis diecinueve años yo no había hecho nada malo, era la hija perfecta y ahora Jacob estaba a punto de violarme.    Recordé las veces que mi madre me había dicho que ella debía conocer a los chicos cuando comenzara a salir para darme su aprobación ¿Se habría dado cuenta de que Jacob era capaz de hacer algo así? Mi corazón se contrajo.

 Cuando quito mi blusa por completo, o mejor dicho rasgo; quito su mano de mi boca y la reemplazo con sus labios, para luego posar ambas manos en mi falda y comenzar a subirla, en ese minuto se separo por aire y comencé a suplicar.

-       ¡¡¡Jake, no por favor, no lo hagas, te lo suplico!!!- mi voz salía a trompiscones entre la búsqueda de aire y el llanto.

-       Mierda bella, ya cállate y no me supliques- cuando termino de hablar su celular sonó- hazte a la idea de que va a pasar- sus celular no dejaba de sonar- maldita sea ahora vuelvo.- yo no quería más que llorar pero un pequeño atisbo de alivio me inundo en cuanto se alejo. Él tomo su celular y me dirigió una mirada poniendo su índice contra sus labios; cerro la puerta tras de si. Me dispuse a escuchar lo máximo posible de su conversación.

-       Hola... Que?... no, esta como loca… si, no me esperaba menos- su voz se escuchaba apenas y pensé que se había ido cuando volvió a aparecer-  no lo creo, no deja de sollozar… si en la cabaña… si no sede, unos días más- unos días ¿ceder a que?- a mi no me vengas con eso ella se lo busco… escúchame bien esa perra me debe mucho- no, no quiero que vengas… !estas loco¡… si, cerca de la Push, pero solo lo suficiente, no me quise arriesgar-en ese momento deje de escucharlo, comencé a darle vueltas a lo que dijo, sus palabras habían sido “cerca de la Push”. Un nuevo sentimiento me lleno por completo y no pude evitar tener esperanzas, solo necesitaba salir de aquí y encontrar el camino de vuelta a la Push, entonces el no podría hacerme daño; el problema era como rayos piensaba, una voz dentro de mi cabeza me gritaba que pensara, que me puede servir. Pasee mis ojos por la habitación, no había mucho, habían una cómoda, una mesita de noche, una lámpara de mesa… la lámpara, solo tenía que desamarrarme, y una idea se formulo en mi cabeza, espero funcione. Aguarde a que entrara de nuevo, solo rogaba que mi plan funcionara. De a poco se abrió nuevamente la puerta, lanzo su celular a una silla, se abalanzo sobre mi y comenzó a besarme.- le devolví el beso. Y el se detuvo.

-       Qué, No te resistirás, no gritaras, lo haras fácil?

-       Para que resistirme si de todas formas va a pasar-él no espero un minuto y ataco mis labios, le respondí el beso, mi estomago se revolvió de asco, esto era lo más repugnante que he hecho en mi vida. Moví mis manos y me queje en voz alta, se separo un minuto para tomar aire y aproveche el momento y me miro con el ceño fruncido.

-       Las amarras, me duelen- me explique, él se detuvo en mi cuello y comenzó a desabotonarme la falda, me entro el pánico y dije algo que sabia que le gustaría escuchar- Sabes, podría hacer mucho mas si me soltaras- se lo dije en el tono más sensual que pude dentro de mi miedo, y funciono, el estaba tan lleno de deseo que no lo dudo y me desamarro en menos de un segundo, mientras lo hacia trate de acomodarme lo más cerca de la mesita de noche posible y cuando bajo su boca a mi cuello no lo dude ni un segundo, tome la lámpara y le di el golpe más fuerte que pude, se separo un poco de mi con un grito y volví a golpearlo, cayó inconsciente a mi lado. Me detuve por un segundo, no lo podía creer, había funcionado, una voz me grito que me moviera. Me pare rápido y arregle lo único que me quedaba, mi falda, no quedaba ninguna otra de mis prendas; y me dispuse a salir. No me importó que dirección tome, solo esperaba que fuera la correcta y eche a correr.

Luego de lo que habían parecido unas dos horas aun no veía nada que no fueran arboles, acelere el paso sin saber si ya había despertado, pero en mi intento tropecé con una gran raíz y caí torciéndome el tobillo, un gran dolor me recorrió la pierna y un grito se escapo de mis labios. Me quede agachada por unos minutos hasta que me segura y luego me di la vuelta, el dolor del tobillo estaba allí pero lo que realmente me preocupo fue que junto a la caída también me había clavado un trozo de roca puntiaguda en el costado de la pierna; trate de moverla y me aguante las ganas de llorar; respire por unos segundo y tome la roca entre mis manos, cerré los ojos y tire de ella. Ahogue un grito en mi garganta mientras la sangre comenzaba a salir junto a la roca. El olor inundo mi nariz y me dieron nauseas. Me saque la falda y como pude me hice un torniquete bajo la rodilla, no sabia si funcionara pero esperaba que si; me puse de pie y seguí mi camino, cojeando lo más rápido que podía.

No se por cuanto tiempo seguí, solo recuerdo que había amanecido hace unas ocho horas y yo seguía rodeada por naturaleza; estaba mareada por lo que no supe que era en un comienzo hasta que estuve más cerca, pero entonces oí lo que parecía un auto, definitivamente era un auto, no podía ser otra cosa. Me fui en esa dirección lo más rápido que pude y casi reviento de alegría al descubrir que había llegado a una carretera, espere allí, tambaleándome, de pie en medio de la calle por lo que parecieron unas dos horas más, pero ningún auto pasaba. Yo estaba tan cansada que me deje desfallecer en ese mismo lugar esperando en mi aturdimiento que alguien me ayudara, o mejor aún, que no me atropellaran.