Disclaimer: Los personajes de Twilight pertenecen a Meyer y la trama es de Deborah simmons
Con una mirada sombría Edward Masen Cullen contemplaba su jarro de cerveza mientras se apoyaba en la pared. No estaba embriagado. Nunca bebía demás. Eso le embotaría los sentidos que por cierto los había afilados como una navaja. Como prueba de ello, levantó la cabeza al oír un ruido en la entrada del salón. Mantenía su mirada alerta a la menor señal de peligro. Pero solo se trataba de su hermana Alice con su bebe en brazos.
James no pasaría por allí otra vez.
A pesar de la férrea disciplina , la idea le invadió la mente como un fantasma negro. Por un momento, Nicholas se debatió. Su enemigo estaba muerto. Su vecino pereció en este mismo salón, a manos de r el marido de Alice mientras Nicholas estaba en Tierra Santa ,. Este hecho lo privo de ejercer su venganza.
Edward miraba las pesadas sillas en el frente del salón, donde la escena había ocurrido. Pero los ladrillos que habían sido bañados con la sangre de James se fueron para siempre. Edward jamás lo vería agonizar y, así, no sentiría el placer de la venganza tan arraigado en su alma.
Desde entonces, y en ese último año, le intentaba ejecutar otras muertes, trabajando como soldado a sueldo. Todavía, el exterminio de extraños significaba tan poco ... tan poco como las magras monedas recibidas a cambio. Nicholas poseía fortuna y una próspera propiedad. Construido por su padre, Volterran era un castillo moderno que provocaba la envidía de sus pares. Pero este hecho no le provocaba satisfacción. Por eso, estaba allí, en el lugar de su amarga decepción, en busca del aliento que llenara el vacío de su vida ,
Edward s apretó los dedos acreedor del jarro. En verdad, no encontraba estímulo en nada, todo había perdido significado para él. Su hermana había cambiado mucho en los cinco años que él había pasado en Tierra Santa. El no la reconocía pero. Nicholas también resentía el hecho de que su cuñado lo había privado de lo que mas deseaba: acabar con la vida de James.
Edward! Que vas a hacer esta tarde? – Alicele preguntó con una sonrisa
Su bella hermana de cabellos rubios, no sabia que hacer con el, pero eso no le sorprendía ya que el no supiera que hacer consigo mismo.
- Nada - respondió Edward con mirada indiferente. Alicese sentó en el banco y se dirigió a su hijita:
- Ves Charlotte, este es tu tío Edward
Al oír la voz tierna y amorosa, el mismo no podía creerlo . La Alice que él conocía era una joven altiva, eficiente, incapaz de demostraciones afectivas. Ahora, en vez de dejar la niña a los cuidados de las nanas la cargaba para todos lados la mayor parte del tiempo. Una actitud difícil de entender.
Un movimiento en la entrada le llamo la atención. Se dio vuelta y Edward vio a Jasper entrar al salón. Un Hombre de estatura aventajada, el marido de Alice seria capaz de intimidar a las personas, pero raramente lo hacia. Ella parecía deslumbrada como aquel que vuelve a ver el mundo después de una crisis de ceguera temporaria.
- Edward! - exclamo Alice sin esconder su alegría. - Venga, Charlotte, es papá – y le sacudía la manito a su hija para saludar al caballero imponente.
Tal vez algo durante el parto había dañado la mente de su hermana , penso Edward en su primer día de a estadía allí.
– Fijense con que encanto recibe a su papito -- dijo Alice.
Para el horror de Edward ella dejo a su sobrina en sus brazos. Era pequeña, gorda y sin ningún cabello. Olía a una una mezcla de leche y jabon. El estrangularía a su hermana en caso que la bebe le ensuciase su túnica.
Con un jarro de cerveza en una de sus manos y el bebe en el otro brazo, Edward dirijio una mirada impotente a su hermana . Por ahi, ella se apiadaba.
Atonito, la vio estirarse en los brazos de su marido. Edward jamás se acostumbraría a aquel comportamiento. Una escena intima : la pareja se besaba tan apasionadamente como si hubiesen estado a solas en su habitación. Tal vez la crisis de ceguera también había perturbado la mente de su cuñado, reflexionó Edward.
La beba percibió de repente donde estaba y se puso a llorar a los gritos. Edward se estremeció de imaginarse a sí mismo cuando debiera dejar el castillo de Phoenix. Se Sentía emocionado al lado de ese trío. En comparación a la de ellos, su vida parecía vacía y sin propósito.
– Agárrala vos - dijo él, alcanzando la beba a su madre
- Vamos Charlotte Vos debes tener sueño - Alice murmuro.
Admirado y extrañado, Edward no entendía como su hermana hablaba con aquella cosita como si la beba pudiera comprenderla. El estómago se le contrajo como si precisara comer algo. Pero como todo el resto, la comida no le despertaba interés.
- Edward! - Jasper exclamo con una afectividad irritante.
Cómo el Caballero osaba encararlo con aquella franqueza? Cómo se atrevía a darle consejos cuando este castillo daba lástima comparado con el de Volterran?
Phoenix era bello y sus habitantes no poseían riquezas. Pero ellos parecían tener un tesoro a su alcance de acuerdo a como Edward los veía. Eso lo dejaba pero frustrado todavía. El dolor de estómago aumento pero él mantuvo a expresión impasible ante la mirada escrutadora de Jasper.
– Vine a avisarte, hermano, que llega un mensajero del rey - dijo su cuñado.
Mirando hacia la entrada Edward vio un hombre con el emblema de Aro Cómo no lo había notado? Claro, distraído con la beba y con sus demostraciones amorosas. Apoyo el jarro sobre la mesa se dirigió al extraño.
Finalmente. Había pasado un año desde que James invadiera las propiedades vecinas de Volterran y, hasta ahora, el destino de las tierras del desgraciado continuaba sin solución
En la opinión de Jasper, Aro decidiría en favor de Edward, pasando la propiedad a Volterran como indemnización. Edward, entretanto, no confiaba en reyes ni príncipes, debido à las experiencias adquiridas durante la aventura llamada “Guerra Santa”. El no se sorprendería si Aro confiscase la propiedad de James para la corona.
No había importancia como se hiciera. James no tenía descendencia, por lo tanto, de una forma o de otra, las tierras dejarían para siempre su línea hereditaria. Eso constituía una pequeña satisfacción para Edward, era la única venganza que le restaba.
- El señor Edward Masen Cullen , barón de Volterran? - el mensajero del rey indago.
- Si - confirmo Edward
– Le Traigo un mensaje de su soberano
Edward le hizo un gesto para que se sentase en el banco a lo largo de la mesa. En ese instante, percibió la mirada ansiosa de Alice Ella y su marido no escondían sus ganas de oír las novedades. Eso lo sorprendió.
- Puedo ofreceré una bebida? - preguntó Alice al mensajero.
- Acepto, señora. Pero el mensaje es corto. No prefiere oír primero? - indago mirando a Edward y a los otros dos.
Irritado, queriendo terminar con la cuestión, Edward dirigió una mirada interrogativa a su cuñado. Este le respondió con otra de advertencia. Con un brazo en los hombros de su esposa, Jasper sentia que le debía algo a Alice por su trabajo en Volterran. Tenso, Edward tuvo la sensación que - a pesar de las demostraciones de amistad de Jasper - los dos era capaces de llegar a enfrentarse.
Edward, entretanto, cedió. Al final, el asunto no había mucha importancia para él. No haría mal que ellos oyesen la noticia.
- Esta es mi hermana y su marido el barón de Whitlock.
- Mi mensaje es referente a la posesión de l a propiedad adyacente a Volterran y perteneciente al fallecido barón de James.
Edward centro su atención en el mensajero. Este procedió a leer el decreto real, en el cual Edward demostraba su voluntad de solidificar las lealtades de sus súbditos a través de lazos matrimoniales, siempre que fuese posible. Está bien, penso Edward que Termine de una vez con la lectura!
- Como se descubrió la existencia de una sobrina de James, ella es su heredera, y nuestra voluntad es que el señor se case con Isabella Swan, reuniendo las dos propiedades y siendo el señor de ambas.
El hombre continuaba leyendo, pero Edwards no prestó pero atención. James sabía una parienta viva. La información reavivó su rabia adormecida, llenando el vacío de su alma con un renovado propósito.
hola aqui les dejo mi nuevo fic saludos bye
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