CONCURSO NAV: Encontrando mi destino

Autor: a_cullen
Género: Romance
Fecha Creación: 23/12/2011
Fecha Actualización: 23/12/2011
Finalizado: SI

Votos: 5
Comentarios: 1
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Capítulos: 1
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Un año más la fiesta de navidad de la compañía Cullen. Realmente éste año no me apetecía, pero era una manera de dar la bienvenida a los nuevos empleados, saludar y agradecer el buen trabajo del año a los antiguos empleados y en general una ocasión para dejarse ver, o al menos eso decía mi padre, ya que los últimos cinco años había estado muy alejado de las oficinas de Washington. Desde mi malograda boda con Tania había puesto tierra de por medio y me había instalado en las oficinas de Hong Kong, era lo más lejos que me había podido ir.
 
En esos cinco años mi familia había viajado hasta allí para pasar las navidades juntos después de la cena de navidad de la empresa, pero este año mi hermana Alice se había puesto en pie de guerra y se había negado rotundamente…
 
-       Edward! Ya está bien, no podemos vivir siempre pensando en el pasado, hace ya 5 años que no vienes a casa!
 
Y así había acabado la “discusión”, porque con Alice no se discutía.
 
Aquí estaba yo, en casa de mis padres poniéndome la ropa que Alice me había dejado lista para ir a la cena de navidad.
 
-       EDWAAAAAARD!!! – oí la voz de Alice desde el piso de abajo.
-       Maldita sea! – maldije en voz baja.
-       NO MALDIGAS Y BAJA YA EDWARD!! – contestó de nuevo.
-       Como me ha oído? – repetí mirándome al espejo mientras intentaba anudarme la pajarita.
 
Odiaba tener que usar pajarita y corbata, pero inevitablemente mi trabajo y mi posición social así lo requerían.
 
Salí de mi habitación y bajé las escaleras con la esperanza de que mi madre, mi gran salvadora de nudos de pajaritas, me echara una mano. Como había echado de menos a Esme…
 
En apenas veinteminotos ya estábamos listos y saliendo hacia el Hotel en el que tendría lugar la cena y baile de la compañía.
Mis padres iban en su coche, siempre se iban antes y así podían quedarse mis hermanos más rato a disfrutar de la fiesta.
Alice iba con Jasper, su nuevo novio, a ver que le duraba éste…en los últimos dos años Alice había estado buscando “al hombre perfecto”, y ello había ocasionado un sinfín de citas y presentaciones a mis padres. Ahí había un punto positivo en estar en Hong Kong! Me había ahorrado todo aquello.
 
Emmet y yo íbamos juntos en el Jeep, a mi hermano le encantaba ese coche, a mi me parecía algo ridículo conducir un coche de ese tipo en medio de la ciudad, pero Emmet era Emmet.
 
La hermana de Jasper había entrado a trabajar a la compañía y gracias a eso Alice había conocido a Jasper. Rosalie, así se llamaba la hermana de Jasper, hacía apenas unos meses que trabajaba como secretaria de mi padre, era eficiente y por lo visto muy guapa, porque Emmet no paraba de hablar de ella…
 
 
Entre la música y la cháchara de Emmet hablando de Rosalie llegamos en media hora al centro de Washington, afortunadamente! Un minuto más escuchando a Emmet acerca de las virtudes de Rosalie y hubiese saltado del coche en marcha.
 
Aún quedaba media hora para el inicio de la fiesta, pero como buenos anfitriones, debíamos llegar los primeros para recibir a los invitados a su llegada…y para que el duende maléfico revisase si todo estaba de acuerdo a sus indicaciones. Alice podía llegar a ser terrible cuando estaba a cargo de algún evento.
 
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Todo estaba listo, y hacía un rato que habían empezado a llegar los invitados, cuando de repente me quedé estático, sin habla y apenas sin oír todo lo que pasaba a mi alrededor…por la puerta de entrada al salón apareció una rubia despampanante y Emmet corrió a recibirla, por lo que supuse que ella era “la famosa” Rosalie, pero eso no fue lo que me dejó en estado catatónico, a su lado había la mujer más hermosa que había visto en mi vida. Era de una belleza natural y sencilla. No era tan llamativa como Rosalie, no al menos del mismo modo, pero era evidente por las miradas que había despertado en el resto de personajes masculinos, que era hermosa.
 
 
Su pelo caia sobre sus hombros en unas suaves ondas y el vestido azul que llevaba resaltaba perfectamente su piel de porcelana. Sus ojos…ahí fue donde me quedé atrapado…un mar castaño que me miraba intensamente. Esa mirada podía ver incluso a través de mi alma…
 
Y allí estaba yo junto a mi padre, mirando a aquella criatura irreal y sin articular palabra alguna hasta que Alice rompió la burbuja.
 
-       EDWARD!!! Me estas escuchando? – decía delante de mi cara moviendo su mano.
-       Eeeeeeeeh dime Alice – conseguí balbucear.
-       Edward te encuentras bien? – preguntó algo extrañada.
-       Si Alice estoy bien, sucede algo? – dije ya recuperado.
-       No solo es que te había quedado ahí como atontado y pensaba que te había dado algo – dijo Alice – pero al seguir tu mirada he visto que ya has podido ver a Rosalie y a Bella.
-       Rosalie y Bella? – dije sin entender aún de que hablaba.
-       EDWARD! – gritó Alice – Rosalie Hale la hermana de Jasper es la rubia con la que está Emmet -  y quién era la morena del vestido azul que estaba con Jasper?
-       Presentarmela? – pregunte como si fuera medio idiota y no hubiese entendido nada de lo que Alice me había dicho.
-       Edward seguro que te encuentras bien? No dejas de las últimas palabras de todo lo que te digo! – dijo frustada.
-       Cierto, lo siento – dije con una sonrisa torcida.
-       Está bien vamos – dijo cogiéndome del brazo y tirando de mi hacía dónde estaba mi hermano y Jasper junto a las recién llegadas.
 
Cuando nos acercamos la morena se alejó a hablar con otro grupo que había más alejado.
Realmente Rosalie era hermosa, si te gusta ese tipo de belleza despampanante.
 
-       Hola! – dijo Alice alegremente, momento en el Rosalie centraró su atención en mi hermana y la chica del vestido azul también. Pude verla de nuevo en todo su esplendor. Era aún más hermosa e irreal de lo que me había parecido a cierta distancia – Éste es Edward, nuestro hermano hermano medio oriental! – dijo Alice bromeando.
-       Hola Edward, soy Rosalie, encantada de conocerte al fin!  – dijo la rubia extendiendo su mano y acercándose hacía mí – Alice no ha dejado de hablar de ti desde que supo que éste año vendrías a pasar la navidad aquí.
-       Encantado Rosalie, un placer conocerte. Mi hermana también me ha hablado mucho de ti – dije sonriendo y mirando a Emmet. El me miraba con los ojos como platos, a la expectativa, pero no lo avergonzaría, por el momento… - si finalmente el duende consiguió que volviese a casa por navidad, nunca mejor dicho.
 
Me di media vuelta y ahí estaba ella…no tenia palabras, y no conseguía articular nada.
 
-       Edward? – dijo Alice de nuevo.
-       Si!, perdón! – dije de golpe
-       Buenas noches a todos – resonó la voz de mi padre por todo el salón – gracias de nuevo por asistir un año más a la fiesta de navidad de la compañía Cullen, a todos aquellos que año tras año celebran junto a nuestra familia estas fechas tan especiales, y bienvenidos a todos los que éste año se unen a nuestra gran familia en ésta celebración – seguía mi padre – Disfrutemos de la cena, el baile. Hay habitaciones disponibles para todos aquellos que prefieran pasar la noche en el hotel cuando acabe la velada.
 
Esto era algo que siempre hacía mi padre, le preocupaba que alguno de los empleados condujera de vuelta a caso con algunas copas de más y siempre reservaba habitaciones para todos los empleados.
 
-       Bien, pasemos al salón, la cena ya está lista – concluyó mi padre.
 
Alice me tomó del brazo y me arrastró hasta el salón. Ella se había encargado personalmente de organizar todo, así que sabía perfectamente donde nos sentábamos cada uno de nosotros.
Mis padres en una mesa con algunos empleados, Emmet y Rosalie en otra mesa y Jasper, Alice y yo coincidíamos en la misma mesa, casualmente la chica del vestido azul  estaba en un par de mesas más alejada de la nuestra, sentada de modo que podíamos cruzar nuestras miradas. Me acerqué a la mesa y retiré la silla contigua a la mía para que Jessica  tomase asiento.
 
-       Gracias – contestó Jessica con su voz estridente. Aún no entendía que hacía ella en nuestra mesa.
-       No hay de que – contesté.
 
El resto de invitados estaban tomando asiento, y en nuestra mesa habían quatro personas más, a las que sinceramente no prestaba mucha atención, todos mis sentidos estaban concentrados en Bella.
 
-       Bueno Edward, cuanto tiempo vas a quedarte en EEUU? – preguntó Jasper.
-       En principio he venido para estar aquí hasta año nuevo – dije contestando a Jasper.
-       Regresaras de nuevo a Hong Kong entonces? – dijo Jasper.
-       Si, debo atender las oficinas que tenemos allí – contesté.
-       No hechas nada de menos de EEUU ? – preguntó Jessica de repente intentando lanzar una mirada coqueta.
-       Bueno, es duro estar lejos de casa, pero necesitaba un cambio, y después de cinco años uno se acostumbra. A de más he ido viendo a mi familia a menudo, sobre todo en fechas señaladas como navidad, pascua, verano.. – contesté mirándola.
-       Pero hacía cindo años que no volvías a EEUU… - dijo mirándome.
-       Si…cierto… - no sabía que contestar. Había visto a mi familia pero siempre en otros países, ésta era la primera vez en cinco años que regresaba a EEUU.
 
Los camareros empezaron a servir la comida. La rubia que tenia frente a mí en el otro extremo de la mesa no dejaba de jugar con su comida, lamiendo cada alimento antes de metérselo en la boca y mirándome de manera lasciva. Realmente me estaba empezando a incomodar. Miré a mi hermana y ella también se había dado cuenta, pero parecía divertirle la escena.
 
-       Edward, no me acordaba de lo que causas entre el género femenino – me dijo en un susurro al oído a modo de que nadie más la escuchara.
 
Bufé y puse los ojos en blanco y ambos empezamos a reírnos. Esta era Alice, en estado puro! Ella siempre decía que levantaba pasiones, yo discrepaba, si era cierto que en mis años de universidad no me había faltado compañía, pero en mi segundo año de carrera conocí a Tania…levanté mi mirada y me encontré con aquellos ojos castaños que me tenían hipnotizado, quien seria la chica del vestido azul?
 
-       EDWARD! – gritó Alice. Porqué tenía esa fea costumbre?
-       Alice no hace falta que grites, estoy a tu lado – le dije divertido. Sabia de sobras que al igual que a ella le pasaba cuando nos perdíamos en nuestros pensamientos perdíamos el mundo de vista.
 
La cena pasó rápidamente, y cuando nos quisimos dar cuenta llegó el momento del baile.
Jessica se colgó de mi brazo e iba parloteando animadamente.
 
-       Me disculpas – dije soltándome del brazo de Jessica – debo ir a hablar con mi padre – fue lo primero que se me ocurrió para conseguir liberarme y buscar a la chica del vestido azul.
 
Después de un rato buscando por el salón conseguí encontrarla. Estaba saliendo por una de las puertas laterales que conducían a la terraza. Me encaminé hacia la salida y la seguí.
 
Estaba de espaldas a la puerta mirando el jardín del hotel.
 
-       No tienes frío aquí afuera? – pregunte provocándole un sobresalto. Se dio media vuelta con cara de sorpresa mirándome con los ojos como platos – lo siento, no era mi intenció asustarte.
-       No te preocupes – contestó con la voz más dulce que jamás había oído – me distraigo con facilidad.
-       Creo que en eso nos parecemos – le dije con mi sonrisa torcida.
 
Ella se quedó mirándome fijamente…había algo fuera de lugar. Desvié mi mirada hacia mi propia persona, quizás me había olvidado abrochar el pantalón…
 
-       Soy Edward Cullen – dije extendiendo mi mano.
-       Cullen? – dijo sorprendida – Encantada de conocerle señor Cullen – dijo de modo formal estirando su mano – soy Isabella Swan.
 
Estreché su mano y una descarga eléctrica recorrió todo mi cuerpo.
 
 
-       Si me disculpa volveré a la fiesta – dijo algo nerviosa. Que había pasado? Porque huía de mí? acaso no decía Alice que tenía un encanto especial para las mujeres?
-       No era mi intención interrumpirla, disculpe si la he molestado – dije algo confuso – soy yo el que debe irse, usted estaba aquí primero.
-       No! no lo dice por eso señor Cullen – dijo algo apenada – no he venido sola, y es una grosería dejar plantada a mi pareja – dijo tímidamente.
-       Entiendo – dije apenada, tenia pareja… - no quiere causarle un problema con su novio.
-       No! – contesto sobresaltada – no es mi novio, solo es un compañero que se ofreció a traerme – no había venido con su novio, pero sin duda una chica tan hermosa debía de tener un novio… - debo volver a la fiesta.
-       Si encantado de conocerla señorita Swan.
-       Bella – dijo.
-       Cómo? – pregunté.
-       Bella, puede llamarme Bella, todo el mundo lo hace.
-       Bien Bella, y tu puedes llamarme Edward – contesté sonriente.
-       Nos vemos Edward – dijo marchándose y dejándome allí parado viendo como se alejaba hacía el interior del salón.
 
Me tomó un rato volver a la realidad y entrar de nuevo al salón. Para entonces ya había empezado la fiesta y todo el mundo bailaba animadamente. Enseguida localicé a Bella bailando con Newton de contabilidad. Aquel sujeto tenía fama por acostarse con todas las empleadas con las que podia, y al parecer había fijado su objetivo en Bella. Aquello me efureció de sobre manera y me lancé por la pista hacía ellos.
 
-       Señor Cullen – dijo Newton sorprendido.
-       Newton – salude – Señorita Swan me concedería éste baile? – acababa de empezar a sonar una nueva pieza, la excusa perfecta.
-       Con mucho gusto señor Cullen – contestó ella…aliviada?
 
La tomé de la mano y empezamos a bailar por la pista.
 
-       Gracias – dijo mirándome de modo sincero.
-       Porqué? – pregunté sorprendido, no entendía porque ella tenía que darme las gracias.
-       Por salvarme de Newton, tenía intención de añadir mi nombre a su lista de amantes – dijo divertida.
-       Si eso parecía – dije también sonriendo – y dime Bella, a que te dedicas en la compañía Cullen? – quería saber más de ella.
-       He entrado al departamento de publicidad apenas hace una semana, trabajo con la señorita Alice Cullen, imagino que es su hermana. – dijo de modo afirmativo. Asentí con la cabeza para que continuase hablando - y aquí estoy en mi primera cena de navidad de la compañía.
-       Me alegra que decidieras venir pese a llevar solo una semana – dije sinceramente.
-       Bueno pensé que sería un buen modo de conocer un poco más a mis compañeros fuera del entorno laboral.
-       Yo hacía algún tiempo que no asistía a estos eventos.
-       Si lo sé – contestó pensativa.
-       A si? – dije curioso. Me miró y se sonrojo y desvió la mirada hacía nuestros pies. Estaba preciosa con ese sonrojo en sus mejillas – podrías aclararme eso?
-       Bueno…eh…verás ha sido la comilla entre las féminas de la oficina… - dijo aún mirándose los pies.
-       Bella? – pregunté divertido.
-       Si? – dijo mirándome de nuevo.
-       Porque te sonrojas? – pregunté
-       Bueno…la verdad no es agradable comentar al hijo del dueño que las empleadas hablan de él como si fuera un sex-symbol y un trofeo… - dijo sonrojándose aún más. Parecía un farolillo navideño.
 
Se me escapó una carcajada que hizo que las personas a nuestro alrededor nos mirasen. Incluso Alice me miraba sorprendida mientras bailaba con mi padre, ambos me miraban como si no me conociesen. Imagino que para ellos debía ser raro verme bailando y sonriendo con una chica, hacía cerca de…desde que…hacía mucho tiempo que mi familia no me veía así.
 
Bailamos otro baile, mientras Newton se “entretenía” con Jessica. Estaba claro que éste tipo no perdía el tiempo.
 
Seguimos bailando y charlando. Bella era cariñosa, divertida y había conseguido que olvidase pro completo el lugar en el que nos encontrábamos.
 
-       Edward, disculpa – dijo mi padre acercándose a la mesa en la que estábamos Bella y yo hablando animadamente – Tu madre y yo nos vamos ya a casa – dijo mi padre junto a una sonriente Esme que miraba a Bella con una sonrisa en la boca.
-       Está bien papá, no te preocupes – dije levantándome para despedirme – disculpa, ella es Isabela Swan – dije indicando a Bella con la mano.
-       Si nos conocemos, le hice la entrevista final junto con Alice – dijo mi padre sonriente – encantado de saludarla señorita Swan – dijo estrechando la mano de Bella – ella es Esme mi esposa.
-       Encantada señora Cullen – dijo Bella tímidamente.
-       Oh! Llámame Esme corazón – dijo mi madre cariñosamente dándole un abrazo a Bella.
-       Bueno nos vamos hijo. Encantado de saludarla señorita Swan.
-       Igualmente señor Cullen.
 
Mis padres se marcharon y ambos pedimos una botella de cava para seguir celebrando. No sabía muy bien porque, pero estaba feliz, con ganas de vivir, y todo era gracias a la chica del vestido azul.
 
 
Desperté con una resaca horrible. Me dolía la cabeza y notaba el cuerpo entumecido. Cuando intente moverme noté un peso sobre el pecho. Abrí los ojos y ahí junto a mi descansaba Bella. Ambos estábamos desnudos y cubiertos por las sábanas…
 
Poco a poco empecé a recordar…
Habíamos subido a la habitación después de que mis padres se marcharan. Desaparecimos de la fiesta y acabamos en una de las suites. Habíamos pedido una botella de champagne al servicio de habitaciones y habíamos estado bebiendo y riendo.
 
La besé y ella me devolvió el beso y nos dejamos llevar. Había besado sus labios, su cuello y había bajado por sus hombros. Ella me había desatado la pajarita…y entre caricia y caricia nos habíamos desnudado mutuamente. Acariciando su piel mientras deslizaba la cremallera de su vestido y oía como caía a nuestros pies. Ella desabotonaba mi camisa y acariciaba mi pecho.
Sus manos eran cálidas y su piel suave, con un perfume a vainilla que me nublaba los sentidos.
Seguimos besándonos y nos dejamos caer en la cama.
 
Recorrí todo su cuerpo con mis manos, mis labios y mi lengua, mientras oía a Bella gemir y notaba como su cuerpo respondía a mis caricias. Ella me hacía sentir algo que jamás había sentido con nadie, ni siquiera con Tania.
Ella también me acariciaba, pero más tímidamente, pero no me importó, estaba dispuesto a hacerla disfrutar el resto de mi vida.
 
Noté que Bella se tensaba.
 
-       Pasa algo? – pregunte antes de seguir adelante – si no quieres llegar hasta el final no tenemos porque hacerlo.
-       No, si quiero hacerlo, pero…yo nunca…no… yo no… - era virgen?
-       Tu no has estado nunca con nadie? – dije sorprendido.
-       No – respondió tímidamente.
-       Pero entonces, deberías habérmelo dicho – dije preocupado. La primera vez de una chica no debe ser así, no la primera noche de conocer al hijo de su jefe y estar bebiendo en la suite de un hotel.
 
Bella me miraba sonrojada.
 
-       Quiero hacerlo – dijo convencida.
-       Estas segura? – pregunté de nuevo.
-       Si – contestó mirándome a los ojos de un modo que no dejaba lugar a dudas.
 
 
Nos fundimos en uno solo, ambos formando parte el uno del otro. Hicimos el amor, nos besamos y acariciamos, y finalmente nos quedamos dormidos, pero aquella noche descubrí que había encontrado a la mujer de mi vida.

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