Habíamos pasado una gran noche, ahora mi mujer estaba sobre mi pecho descansando, llegaríamos un poco temprano al hotel y alcanzaríamos a dormir un poco más antes de levantarnos para ir hacer nuestras actividades, estaba viéndola dormir cuando tocaron la puerta

-         Señores cullen ya casi amos aterrizar es pera que se vayan arreglando

-         Gracias- dije sonriendo- amor despierta

-         No, quiero dormir otro poco – dijo

-         Lo se bebe, pero tenemos que vestirnos porque ya casi vamos aterrizar- dije

Cuando dije eso ella no dudo dos veces en despertarse y me reí de su actitud

-         Por fin me dirás donde estamos

-         Cuando te bajes tu misma te darás cuenta

Se colocó rápidamente toda la ropa y salimos, nos hicimos en nuestros asientos y nos colocamos nuestros cinturones para bajar, cuando el piloto dijo la temperatura y donde estábamos bella pego un grito que me hizo sonreír, sabía que ella quería venir y aunque ya había venido como me dijo sabía que quería que en este momento estuviéramos los dos, así como yo también quería estar a su lado en todo momento

-         De verdad estamos aquí – dijo ella casi llorando

-         Si amor – dije sonriéndole – sé que te gustan estas islas y quería venir contigo así que decidí que este sería nuestro primer destino

-         Habrán mas – dijo emocionada

-         Claro que si aquí nos quedaremos 12 días y luego nos iremos – dije sonriéndole

-         Me dirás a donde – dijo mirándome

-         No – dije riéndome – solo quiero que disfrutemos

Ella me beso, cuando nos bajamos vimos la hora, eran las 5 de la mañana así que nos iríamos a uno de los hoteles donde Charlie había construido, cuando llegamos le dije a bella que nos registrara en lo que yo iba a buscar un carro en alquiler para poder movernos

BELLA

No podía creer donde estábamos, de verdad que Edward era el mejor hombre de todos, me había traído a mis islas favoritas, y siempre había querido estar aquí con él, porque era un lugar mágico, pero para estar con tu pareja, cuando llegué a la recepción sonreí al ver el estilo de mi madre y mi padre en ella, sabia que este hotel iba a ser hermoso con nada más verlo

-         Buenos días señorita – dije sonriendo, pero la mujer que estaba en la caja me miraba raro y sobre todo sin una sonrisa

-         Si- dijo antipáticamente

-         Quisiera hacer una reservación – dije sonriendo

-         Lo siento, pero esas reservaciones se hacen con anticipación por internet o llamada ya no tenemos habitaciones disponibles

-         Creo que puede haber una excepción – dije mirándola un poco molesta

-         Lo siento, pero no hay excepciones- dijo mirándome

-         Claro que las habrá- dije de nuevo

En ese momento llego Edward tomándome de la cadera

-         Pasa algo amor – dijo mirándome

-         Dice la señorita que no hay habitaciones disponibles – dije molesta

-         Creo que hay una confusión – dijo Edward calmado, pero yo no estaba para calmarme, estaba cansada, tenía sueño, quería bañarme y sobre todo tenía un calor infernal, conocía a la perfección este hotel y mi habitación también ya que eran las que no se podían tocar porque eran la de los dueños, suspire y Edward miro de nuevo a la señorita si se puede llamar así, y esta estaba comiéndoselo con los ojos

-         Lo siento, pero no hay confusiones ni nada si no hizo reservaciones ya no hay cupos

-         Pasa algo – dijo un hombre mayor mirándonos

-         Lo que pasa es que la señorita- dije con rabia- dice que no hay habitaciones disponibles

-         Lo que pasa es que hay un evento, pero si me dicen sus nombres puedo hacer algo- dijo mirándonos

-         Mi nombre es Isabela swan – dije altivamente y molesta-

La mujer detrás de la caja y el señor me miraron con miedo y sudor en la frente, yo estaba que me moría de la rabia, pero al mismo tiempo de la risa

-         Lo siento mucha señorita

-         Señora- dijo Edward molesto

-         Lo siento mucho señor lo que pasa es que no sabíamos que era la dueña del hotel- dijo mirando a la cajera quien me miro ahora si con miedo – Jessica por favor dale la mejor habitación a mis huéspedes

-         Tenemos nuestras habitaciones solo que necesito la llave y que me suban una botella de champaña – dije

-         Claro que si señora- dijo mirándonos- Jessica personalmente las llevara

Me dieron la llave de mi habitación que para alegría mía y tristeza de Jessica era la suite presidencial, era hermosa y grande, Edward me sonrió y caminamos a ella, me cargo estilo novia

-         Que haces- dije riéndome

-         Te cargo – dijo

-         Sí, pero eso se hace en nuestra casa no aquí – dije riéndome

-         Ok, pero en la casa también lo hare así que Shuu no digas nada- dijo riéndose

No dije nada más porque me encantaba que me cargara el solo me acostó en la cama colocándose sobre mí y suspire enamorada, te amo señora cullen

-         Lo amo señor cullen – dije sonriéndole

Cuando la cosa se estaba poniendo buena la puerta sonó y sonreí sabiendo quien era, Edward se levantó y recogió la botella que había pedido, estaba feliz y enamorada no podía cambiar esta noche por nada del mundo.

EDWARD

Bella se veía tan hermosa, con esa ropa, mi mujer era única y no la cambiaba por ninguna otra, cuando esa mujer nos trajo la champaña no fue capaz ni de mirarme sonreí, le di la propina y ella se ofendió y se fue me reí y entre con mi mujer

-         De que te ríes – dijo mirándome

-         De nada solo que algo me parece gracioso, pero no le tomes importancia- dije sonriéndole

Ella solo negó y me sonrió estirándome los brazos para que la abrazara y me uniera a la cama, sonreí mas que feliz y bese su cuello

-         Ahora si nada de interrupciones- dije sonriéndole

Ella me sonrió y empecé a besarle todo el cuerpo, mi vida no podía ser mejor, amaba a esta mujer y ella me amaba a mí, acaricie su vientre, su cuello y sus pechos con mi nariz, quite prenda por prenda despacio y luego cuando estuvo desnuda fue el momento de desnudarme, me quite la camisa ante su atenta mirada y ella gimió sonríe mirándola y empecé a quitarme3 el pantalón, cuando me lo quite me coloque sobre ella dejando que sintiera mi cuerpo, acaricio mis brazos y mi pecho, y yo solo me movía sobre ella, ella misma me quito los boxers y me beso más fuerte, no la penetraría tan pronto primero íbamos a jugar y luego si le haría el amor, coloque sus manos sobre la cabeza y con una mano mía atrape las de ella para que no las bajara, ella solo se removía cada vez que bajaba por su cuerpo, tome uno de sus pezones y lo metí en mi boca chupándolo y mordiéndolo, luego lo sople y ella gimió mirándome

-         Edward- dijo ella

-         Si mi vida – dije sonriéndole

-         Edward – dijo de nuevo cuando metí un dedo en su centro y empezó a moverse, sonreí soltando sus manos, cuando lo hice ella me tomo del cabello pero yo ya había llegado a mi paraíso, bese lamí y chupe todo a mi paso mientras ella movía y subía las caderas, la atrape para que no moviera las caderas y me dejara hacer mi trabajo, ella me atrapaba el cabello y soltaba pequeños gemidos que me volvían loco, sonreí cuando llegue de nuevo a sus labios y sin que ella me lo pidiera o se lo esperara la penetre fuertemente arrancándole un gemido de su boca,

Me moví sobre ella rápidamente y luego bajando la intensidad, ella colocaba las manos en mi trasero para que me moviera más rápido pero yo quería llevar mi ritmo para que los dos lo disfrutáramos, me moví de nuevo más rápido cuando sentí que a ella le faltaba poco, así que a mí también, seguí moviéndome y besándola y apretando sus pechos cuando sentí que me apretaba con los músculos de su vagina dos estocadas más y ella se vino gritando mi nombre, me moví otro poco para venirme y grite su nombre en un maravilloso orgasmo, me moví otro poco sobre ella para alargar el placer y caí rendido en medio de sus pechos

-         Te amo mi vida- dije mirándola ella agitada sonrió mirándome

-         Y yo a ti Edward gracias por nunca dejarme y por siempre estar conmigo- dijo ella casi llorando

-         No mi vida gracias a ti por regresar a mi vida

Me abrazo fuertemente y la llene de besos, nos gire para que no sintiera mi peso y deje que acostara su cabeza en mi pecho, me abrazo con una sonrisa de satisfacción y nos quedamos dormidos