Esperando por tí / El tiempo y tu recuerdo

Autor: Honbatz
Género: General
Fecha Creación: 05/05/2015
Fecha Actualización: 19/06/2016
Finalizado: NO
Votos: 3
Comentarios: 15
Visitas: 28135
Capítulos: 23

¿Qué pasa si por complacer a los demás, lastimas a la persona que amas?

Pero sobre todo ¿Qué pasa si no  puedes disculparte a tiempo?

Esta es la historia de Edward Cullen (príncipe de Masen) y Bella Swan…. Después de comprometerse ambos viajan a Masen con el objetivo de preparar la boda real, pero a pocos días de casarse,  Edward desiste creyendo que era lo mejor para el reino de Masen y se compromete con otra…….. ¿Cómo tomará Bella este cambio de planes?...

 

 No se pierdan esta historia y recuerden “cuidado con lo que se desea…….. Porque puede volverse realidad…… y el resultado podría no ser el esperado”

 

Disclaimer: los personajes pertenecen a Stephenie Meyer, algunos de ellos yo los invente. La historia es de mi autoría.

 

Di no al plagio ;)

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Este es mi primer fic, al fin lo publico despues de jugar con los petalos de una flor a "subo el fic o no lo subo" (jejejeje) finalmente me decidi,  ojala lo disfruten.

 

 

PD. agradecimientos a...... Sasha_amane camarera chocoaventurera, sus fics y consejos / tips  me han ayudado e inspirado , (especialmente "la camarera", pero las otras historias no tienen nada que envidiarle a la camarera pues tambien  son interesantes y antes de salirme por la tangente jajaja les invito a que se pasen por alguna de las historias de esta autora, no se arrepentiran)  

 

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Capítulo 23: Vacaciones

POV Edward:

― Odio esto Edward, todas esas mujeres intentando poner sus garras sobre ti cual si fueras un trozo de carne

― Vamos Alice, no es tan malo como describes, es mi obligación elegir esposa

― Eso no significa que debas ser expuesto como un premio al mejor participante de un concurso

― Pero esto no es un concurso Ali, además seré yo quien elija de entre todas las candidatas y no olvides que este asunto se está manejando con discreción

― Nada resulta discreto cuando está relacionado con la realeza Edd

― No podemos evitar que se filtren algunos datos irrelevantes pero nada de importancia ― abrace a mi hermana, en cierta forma entendía su preocupación pero era momento de dar la cara, además hoy se organizaría una segunda cena oficial, con la intención de dar la bienvenida a 10 familias más, actualmente en Masen estaban de visita 25 jóvenes debutantes, elegiré a una de ellas en el transcurso de la siguiente semana, así podría volver cuanto antes a Nueva York.

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La cena fue un éxito en palabras de mi padre, sin embrago no podría decir lo mismo, pensé que encontraría esposa en una semana, dos como mucho. Después de todo, tan difícil no iba a ser.

De pie frente a la cristalera del enorme despacho de mi padre contemplaba a los habitantes de Masen ir y venir. No era que hubiese sido difícil, había sido imposible.

Carlisle había organizado una cena de estado y había invitado a toda familia noble que tuviese una hija disponible, pero ninguna me atrajo. Luego, papá invitó a grandes familias con hijas casaderas» procedentes de todas los estados de nuestro entorno. Todavía me estremecía al recordarlo. Todas aquellas jóvenes haciendo cola para ser presentadas» todas conscientes de la razón por la que estaban aquí.

—¿Y bien? — había preguntado Carlisle con impaciencia después de la segunda cena—. ¿Cuál te gusta?

Ninguna. Eran demasiado altas. Demasiado bajas. Demasiado delgadas. Hablaban mucho. No hablaban lo suficiente.

Eran introvertidas, extrovertidas…

Quería una esposa atractiva, pero requería además otras cualidades. Tenía que ser agradable, capaz de mantener una conversación en la mesa con inmenso acto en los círculos en los que un príncipe se mueve.

En resumen, la esposa perfecta, debía entender su papel como consorte pero no como mi igual. Un heredero al trono necesitaba ese tipo de mujer; la verdad era que cualquier hombre querría tener una mujer así. Y el lugar donde encontrarla era allí, entre mi gente.

Frustrado y enfadado por fracasar en el cumplimiento de mi obligación, estaba decidido a dejar la elección a manos de mi padre y asi volver a Estados Unidos, donde habia quedado mi vida personal. Porque no solía equivocarme en lo tocante a mi vida personal. Claro que alguna antigua amante había llorado y me había llamado «canalla sin corazón» cuando había puesto fin a la relación, pero aquello no era culpa mía.

Era un hombre sincero, quizá incluso demasiado franco en ese aspecto

Las palabras «para siempre» no me interesaban en absoluto y me desvivía por dejarles eso claro a las mujeres. «Para siempre» significaba esposa, matrimonio, hijos… algo que debía tener, pero en el futuro…

― Dudo que sea necesaria la presencia de tantos guardias, eso intimidara a nuestros visitantes Taide ― Mis pensamientos fueron interrumpidos por mi padre, que ingresaba al despacho seguido de su inseparable asistente ― oh, ahí estas hijo, debes apresurarte si deseas unirte al grupo, aquellas jovencitas han quedado prendadas de ti, sería una descortesía que no les prestaras atención, después de todo son tus invitadas

― De hecho padre, me gustaría hablar contigo al respecto

― Déjame adivinar, has elegido ya

― Preferiría tratar ese asunto en privado padre

― No veo problema alguno hijo, Taide es de mi entera confianza, pero te complaceré. ― hizo una seña a Taide y este comprendió perfectamente

― Con su permiso majestad, príncipe - dijo haciendo una reverencia para luego retirarse

― Ahora dime Edward, quien es la afortunada

― No hay tal afortunada padre, antes de interrumpirme déjame terminar, he estado meditando el asunto y he llegado a la conclusión de que lo mejor será dejar la decisión en vuestras manos padre

― No comprendo Edward

― A pesar de estar consiente de mi obligación, ello no impide la reticencia casi innata en mí, hacia el matrimonio, seguramente es esa la razón por la cual encuentro defecto en todas estas mujeres, por otra parte tu no sientes esa reticencia y los años te han otorgado experiencia necesaria para juzgar el carácter de quienes te rodean, por consiguiente estoy seguro que podrás elegir a la candidata mas apta a convertirse en mi esposa, confío en tu juicio padre

― Comprendo tu frustración hijo, pero aún quedan 7 semanas de vacaciones, tiempo suficiente para que realices una elección acertada, por otra parte no podrás elegir si te la pasas encerrado aquí; esto es como en Nueva York

― Pero ahí no existía un compromiso de por medio

― Aquí tampoco existe, quiero decir, no es como si al finalizar las vacaciones celebremos tu boda, simplemente iniciaras una relación

― La cual finalizara en matrimonio, no es fácil elegir teniendo aquello en mente

― Entonces olvidalo, es más hagamos un trato, no necesariamente tendrás que casarte con la joven que elijas, pero al menos intenta una relación seria.

Después de aquella conversación, deja la oficina para dirigirme a la playa donde se organizaba encuentro deportivos entre nuestros invitados, saber que vería a mujeres en bikini no me emocionaba como antaño, algo opuesto a Emmet, a quien había visto poco en las ultimas semana, pues la pasaba flirteando con todas las chicas a su alrededor, ello no me molestaba, al contrario lo agradecía pues gracias a ello retiraba la atención de mi persona, permitiéndome huir, incluso comenzaba a considerar el hecho de invitar a los demás chicos a Masen, de esa forma me libraría de todas y pasaría tiempo de calidad con mi familia, también descansaría realmente del trabajo, incluso para divertirme podría traer a Bella, a rastras si es posible, después dejarla varada en algún pasillo del palacio y morirme de risa al verla tratar de encontrar salida en el laberinto de pasillos y habitaciones que lo conforma….. Bella, Bella, ¿Qué estará haciendo? Ojala las próximas 7 semanas se esfumen en un abrir y cerrar de ojos para verla nuevamente y continuar donde lo dejamos antes de viajar a Masen; además, extrañaba las confrontaciones con ella.

― Vaya, vaya, ¿Quién es la responsable de esa sonrisa hijo?

― Madre, ¿Cómo has estado?

― Bien hijo, pero no esquives mi pregunta

― No hay ninguna responsable, solo recordaba

― Recuerdos ¿eh? ¿De quién? ― Esme era perspicaz

― Nadie madre

― No me engañas Edward, te conozco y esa sonrisa revela mucho de lo que ocultas, ¿es bonita?

― Es una bruja horrorosa

― Debe ser una gran bruja si ha conseguido atraparte a pesar de su apariencia

― ¡Madre! Tu siempre has dicho que la apariencia no es importante, la actitud por el contrario merece aprecio.

― Admites que te atrae

― Por supuesto que no

― ¿Qué otro motivo tienes para defenderla entonces?

― No la defiendo….. solo he recalcado tus enseñanzas al no prejuzgar por la apariencia

― Aun así la llamas bruja horrorosa, eso es ofensivo Edward

― Siento eso

― No me has ofendido a mí, debes disculparte con ella

― No es buena idea hacerla participe del asunto ― dije al imaginar la respuesta de Bella ante su nuevo apodo,

― Dices que no sientes nada por ella, entonces explícame ¿Por qué vuelves a sonreír? ― Hasta ese momento no había notado que sonreía ― dime Edward ¿fue un sexo fabuloso?

― ¡Oh por dios! No puedo creer lo que estoy escuchando….. ¿qué clase de pregunta es esa madre?

― Una sensata, no te hagas el mojigato conmigo, se perfectamente lo que has estado haciendo en Nueva York en los últimos años ― Dios, esto era vergonzoso...

― Vale madre, no he sido precisamente un monje, pero eso no significa que hablare de todas mis aventuras contigo

― No te exijo un informe tampoco, simplemente háblame de ella.

― Es joven, ingenua, suspicaz, atrevida….

― Esos no son defectos precisamente

― También es grosera, antisocial, rebelde… fea…. Mentirosa… incauta….. violenta, en fin, sin modales.

― Te estás contradiciendo en la descripción Edward, como sea, me gustaría conocerla, dudo que sea tal cual la describes

― Es peor de lo que imaginas madre

― Invítala a Masen, de ser verdaderas tus palabras podría convertirla en una señorita dulce e irresistible

― ¡¿Qué?! No puedo hacer lo que me pides

― ¿Por qué no?

― Tiene un trabajo al cual no debe faltar

― ¿y?

― Bueno se molestará si provoco su despido

― Consíguele otro trabajo en la constructora ― si Esme sospechara que lo único que hacía era inventar excusas….

― Aun así dudo que desee venir, además, tiene novio

― Venga Edward, ¿Por qué no quieres que viaje a Masen?

― No se trata de mí, se trata de ella, obviamente no vendrá

― Llámala para comprobarlo

― No tengo su número telefónico

― Inténtalo mejor la próxima vez ― dijo mamá con escepticismo

― Es verdad ― me defendí

― Vamos Edward, te has molestado en descubrir tantos defectos en ella pero no tienes idea de ¿Cuál sea su número telefónico? Eso es raro

― Vale, me rindo, en realidad no tengo su número, pero se de alguien que dispone de ese dato

― ¿Qué esperas entonces? ― Esme me tendió el teléfono, sin una excusa creíble a la vista llamé a Jane, quizá la idea de Esme no era descabellada, mataría a varios pájaros de un tiro si Bella aceptaba venir.

― Buenas tardes, habla a constructora Cullen, ¿en qué le puedo ayudar?

― Hola Jane, habla Edward

― ¡Edward! Al fin, mira, hay personas que desean hablar contigo, es…..

― Jane, disculpa, veras…. Estas en altavoz, mi madre está conmigo

― Oh, lo siento majestad, ¿Cómo se encuentra usted?

― Excelente Jane, gracias por preguntar, asimismo espero estés en la misma situación

― En efecto majestad

― Es bueno saberlo Jane, bien, no interrumpo la conversación con mi hijo

― Jane, necesito que me comuniques con Bella

― ¿Bella?...(si todo se encuentra sobre el escritorio… debajo del folder azul…. si) ― se escuchaba la voz de Jane dando indicaciones a alguien más ― disculpa Edward, hay ajetreo en la oficina

― Tranquila, lo comprendo

― Así que Bella ¿eh?... ― se oyeron algunas voces más ― Edward, sería bueno quedarse a indagar los motivos que tienes…. En fin, aguarda algunos segundos ― instantes después, la voz de Bella se escuchó a través de la línea.

― Hola, habla Isabella Swan ― habló jovialmente

― Hola Bella, soy Edward….

― Deja de llamarme así, mi nombre es Isabella ― por su tono intuí que estaba molesta, internamente suspire y pensé "aquí vamos de nuevo" ¿es que algún día bajaría la guardia por un largo periodo de tiempo?

― Lo siento Isabella, veras…. Llamaba para invitarte …..

― ¿Sabes que Cullen? Tú y tus estúpidas invitaciones pueden irse mucho a la jodida mierda ― lo siguiente que oí, fue el sonido de la línea cortada.

― ¿Qué fue eso Edward? ― interrogo Esme, ante lo cual suspiré

― Eso madre, fue Isabella Swan

― Pero no esperó siquiera a que finalizaras ― Esme se mostró pensativo por un momento, antes de agregar sorpresivamente

― Edward ¿Qué le has hecho?

― ¿Cómo? Yo no tengo la culpa de su mal humor ― se supone que mi madre debe estar de parte mía

― No me lo creo, quizá no la conozca, pero te conozco a ti, algo has hecho, porque al principio estaba de buen humor, pero al saber que eras tu quien llamaba, su tono cambio drásticamente, por consiguiente la única explicación que se me ocurre es que le has hecho algo, tal vez la has tratado mal en algún encuentro.

― La he tratado lo mejor posible, te he dicho antes que ella no aceptaría venir ― dije casi con pesar

― Pero no mencionaste que el motivo eras tú, se me ocurre que la abandonaste al segundo siguiente de haber obtenido lo que buscabas

― ¿tan baja estima me tienes madre? ― dije con incredulidad

― Explícame lo sucedido entre ustedes, veamos, tuvieron sexo y ¿después que?

― ¡No me he acostado con ella madre! No ha sucedido nada ¿de acuerdo? Ese es el problema, a Isabella no le intereso en ningún sentido ― dije molesto a una Esme sorprendida

― ¿Qué? ― continuaba confundida por mis palabras

― Isabella no soporta verme ni en pintura

― Esto es… es nuevo…. Pero… yo creía… ― balbuceaba mi madre para sí misma

― ¡Edward! Apresúrate, quiero llegar a la playa pronto ― se quejó mi hermana llegando junto a mí

― De acuerdo Ali, debo irme madre, nos vemos más tarde ― Esme simplemente asintió, con la mente obviamente en otro lugar

La mañana en la playa pasó rápidamente, por fortuna no sufrí de acoso extremo gracias a Emmett, algunas horas después volvimos al palacio, donde "celebramos el gran día" momento que Carlisle aprovecho para presentarme a una nueva persona

― Edward, permíteme algunos minutos en la biblioteca ― asentí y seguí a mi padre mientras explicaba― Edward, por ciertos motivos personales una de nuestras invitadas se ha presentado hasta el día de hoy, quiero que la conozcas, es muy bella y…. bueno júzgalo por ti mismo ― entramos a la biblioteca y al instante quede asombrado ― Edward te presento a la señorita Rosalie Hale, pertenece a una respetable familia italiana, Rosalie él es mi hijo Edward Cullen ….. y… yo les dejo a solas para que se conozcan

― Hola ― salude aun asombrado, frente a mi tenia a una escultural mujer, de ojos azules como el cielo, cabello ondulado, rubio, que le caía en cascadas hasta la cintura, labios carnosos y sonrisa deslumbrante…. su cuerpo al igual que sus facciones… podría describirse como perfecto, incluso podría ser una top model sin dificultad alguna.

― Hola ― respondió con seguridad ― es un placer conocerlo en persona alteza

― No, nada de formalismos ¿te parece? ― ella asintió ― bien, llámame Edward

― Der acuerdo Edward…― hubo un silencio algo incómodo antes de que ella comenzara a hablar nuevamente ― ¿sabes? .Masen es extraordinario; imagino que estas semanas has estado pasándolo de lo mejor ― me encogí de hombros

― No me quejo, pero prefiero hablar de ti, dime ¿Cómo te entretienes en Italia?

― Haciendo algo de esto y aquello, aunque la universidad realmente absorbe bastante tiempo, especialmente ahora que estoy por graduarme

― Universidad ¿eh? ¿Qué estudias?

― Derecho ¿Qué me dices de ti? ¿Aun estudias?

― No precisamente, estudie finanzas y posteriormente obtuve un Máster en Administración y Dirección de Empresas

― ¡Woaw! Tienes las bases sólidas para llevar el negocio al éxito

― Trato de hacer lo mejor posible ― dije quitándole importancia al trabajo

― Vamos, no seas modesto Edward

Y la conversación fluyo amenamente entre nosotros, Rosalie no era hueca como tantas otras mujeres que he conocido, no aburría y más interesante aun, ambos teníamos diversas cosas en común, quizá el plan de mis padres no era tan descabellado como pensé al principio, Rosalie sería capaz de representar a la esposa y soberana adecuada para Masen; como incentivo estaba su deslumbrante belleza.

El resto de la tarde paso rápidamente y sin darme cuenta llego el momento de la cena, durante las semanas transcurridas me las arreglé para faltar pero esta noche no lo haría, pretendía volver a ver a Rosalie Hale, esa mujer definitivamente me cautivo y no resulto ser una mentirosa como Isabella, aunque claro hay que tomar en cuenta la diferencia de edades, Bella es muy joven, una adolescente aún, Rosalie por el contrario era una mujer de 22 años y por ende con más experiencia en la vida que Isabella.

― Eddy, ¿a que no adivinas? He conseguido 8 citas entre tus candidatas a novia ― Emmett se carcajeo por su logro, pero estuvo por atragantarse en cuanto su mirada se posos en Rosalie ― Edward… estoy teniendo una alucinación ― decía en trance

― Dudo que Rosalie aprecie ser comparada con una alucinación ― dije con sorna

― ¿Qué? ¿la conoces? ― asentí ― por favor Edward, haré lo que quieras pero por favor preséntamela

― ¿Dejaras de llamarme Eddy?

― Si, si, claro, te llamare como quieras

― ¿Dejaras de pedir citas a estas jóvenes entre las cuales se encuentra mi futura esposa?

― Por supuesto

― Me parece bien, porque Rosalie Hale, se encuentra entre esas jóvenes, por consiguiente no puedes intentar nada con ella

― Pero….

― Lo acabas de prometer ― el intento replicar pero se lo pensó mejor y con hombros caídos asintió, fue algo cómico ver el ánimo de Emmet decaer, pero lo conocía y pronto el asunto quedaría olvidado y volvería a las andanzas.

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Entonces Rosalie Hale es la elegida – comentó Carlisle mientras almorzábamos en una mesa apartada de los demás invitados

― No lo creo padre

― ¿Por qué no? Pasan gran parte de los días juntos

― Porque es divertido, pero no hay un motivo sentimental – dije con una sonrisa, la observación de Carlisle era cierta, desde hacía 2 semanas pasaba mucho tiempo en compañía de Rose; el motivo era simple, provocar celos en Emmet, después de nuestra conversación su actitud se volvió un tanto agria, especialmente cuando me acercaba a Rosalie, lo cual me pareció divertido y más aún por sus intentos de acercamiento hacia ella, Rosalie solía desairarlo, pero sus intentos no mermaban, incluso sospechaba que Rosalie disfrutaba la persecución de mi amigo.

Respecto a mí, solo puedo decir que la admiración hacia la belleza de Rosalie fue pasajera, aun me parecía agraciada pero todo quedaba en eso, no existía atracción verdadera, algo distinto con respecto a Isabella, en quien no he dejado de pensar durante estas dos semanas, la mayoría de las veces suelo compararla con Rosalie y esto solo ha empeorado la situación o mejor dicho me he dado cuenta de los sentimientos que tengo hacia ella; sus ocurrencias, bromas, actitud explosiva, todo en ella me agrada y atrae, pero más interesante aún, a pesar de nuestros choques emocionales la atracción no decae, pero dudo que ella sienta lo mismo, clara muestra de ello fue su actitud al teléfono hace un par de semanas, de cierta forma comprendía la situación de Emmet, por consiguiente no veo malicia alguna en bromear un poco con él.

― Lo siento hijo, pero pongo en duda tus palabras ― interrumpió Carlisle mis pensamientos

― Cuidado padre, puedes llevarte una decepción

― No lo creo ¿Qué opinas Esme, cariño?

― Confío en las palabras de Edward, además, basta con verlo a los ojos para deducirlo

― Bueno, quizá 2 semanas no son suficiente tiempo para enamorarse, pero sin duda con el paso del tiempo la relación comenzara a fortalecerse.

― Dejemos que Edward decida Carlisle

― Mamá tiene razón, además no me agradan esas chicas ― comento Alice

― Es normal porque te sientes sobreprotectora con respecto a tu hermano Alice ― dijo mamá

― En efecto madre y cuando Alice tenga novio ten por seguro que no aprobaré ninguno ― en respuesta Alice me mostró la lengua de manera infantil

― Bueno, bueno, para ello hace falta algunos años más ― interrumpió Carlisle ― volviendo a la cuestión que nos atañe, Edward, Rosalie es una buena opción, por no decir la mejor.

― Ciertamente dudo que Emmet esté de acuerdo

― ¿Qué tiene que ver Emmet en esto? En fin, eso no es relevante, pero no olvides mi consejo hijo, por cierto, el fin de semana se ofrecerá una recepción, con motivo de celebrar un aniversario más del matrimonio real, sería un excelente día para hacer oficial tu relación con Rosalie Hale

― ¿Qué? Pero padre….

― No se hable más, todo está planeado, será perfecto, no te preocupes por nada hijo ― acto seguido Carlisle dejo la mesa para dirigirse a su oficina, dejándome con la palabra en la boca

― Tranquilo Edward, dale tiempo, terminara por comprender que estás enamorado de otra joven ― dijo Esme intentando tranquilizarme

― Yo no…

― No me vengas con eso ahora, te lo he dicho y te lo repito: "te conozco"; incluso no estaría mal si abreviamos tu estadía en Masen, Isabella debe echarte de menos

― ¿Isabella? ¿Quién es ella? ― inquirió Alice

― No es nadie ― Esme me lanzó una mirada de advertencia ― de acuerdo, es una chica de Nueva York, la conocí hace un par de meses atrás, pero como he mencionado a mamá, ella no tiene interés alguno en mí

― Será que no has puesto empeño en desplegar tus encantos Edward

― Si ella no está interesada, no hay motivo para insistir, después de todo Edward pertenece a la familia real, no es posible que persiga a una simple neoyorkina cuando tiene a su alrededor a mujeres con mucho mejor rango social

― ¡Alice! ¿Qué sucede contigo? ― la increpó Esme ― te he proporcionado una mejor educación que esa. Si Edward está enamorado de ella no debemos interponernos, además hace menos de 15 minutos expresabas tu desagrado por las jóvenes que tenemos alojadas en palacio como invitadas

― Y lo mantengo, pero imagino que esa tal Isabella resulta aún más desagradable, es decir, ¿Quién haría un desaire a mi hermano? Solo alguien totalmente desagradable o tal vez necesite una revisión oftalmológica urgente. En cualquier caso me agrada mucho menos que las invitadas.

― Bueno, bueno, dejemos de lado el debate sobre quien es más agradable ― intente razonar ― y para finalizar esta conversación, Alice, Bella es agradable….. ― al menos la mayor parte del tiempo, pensé ― intuyo que al conocerla forjarán amistad.

― Ya lo veremos, aunque para ser sincera, no tengo prisa en conocerla, así que mantenla alejada por un buen tiempo ― Esme negaba con la cabeza por la reticencia de mi hermana a la posibilidad de conocer a Isabella

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― Entonces todo debe quedar alineado, las flores deben formar un pasillo y no olviden los pétalos y… ― deje de escuchar las indicaciones que mamá y Alice daban a los empleados del palacio, cuando se trataba de organizar o celebrar algo importante en palacio se volvían….. como decirlo…. ¿histéricas? Sí, es la palabra adecuada.

Aburrido por el ajetreo comencé a caminar sin rumbo por los jardines, al llegar junto al muro de plantas percibí voces, más tarde identifique como Emmet y ¿Rosalie? Esto era interesante, no suelo prestara atención a conversaciones ajenas pero estaba aburrido así que ¿Quién me puede recriminar?

― No te preocupes Rose, al fin he comprendido que estas enamorada de Edward, sinceramente deseo que seas feliz.

― ¿A qué viene todo esto? ― pregunto Rose entre indignada y curiosa

― Como decía, solo he venido a desearte suerte, he capitulado y es momento de volver a Inglaterra

― ¿Qué? …. ¡No puedes hacer eso!

― ¿Por qué no?

― ¡Creí que tenías más resistencia!

― No vale la pena utilizarla cuando las cosas están perdidas desde el principio

― No lo comprender ¿cierto?

― ¿De qué hablas? ― el tono de voz comenzaba a ir en aumento por ambas partes

― ¡No me interesa Edward o el hecho de convertirme en soberana de Masen! …. ¡Me interesas tú, ¿comprendes?! ― vaya sorpresa, ¿Quién lo sospecharía? Esto se estaba volviendo interesante. Ciertamente no me arrepentía por fisgar

― Pero… yo creía… es decir tu… te mostrabas tan feliz al lado de Edward

― Lo hacía para llamar tu atención, Edward no me interesa en lo absoluto, además tú estabas lo suficientemente ocupado con todas esas mujeres ― ¡Ouch! La declaración de Rose dolió, ella solo me utilizó, que terrible, bueno no hay que exagerar, en el pasado me habría reído de la situación, pero conocer a Isabella me ha cambiado y un plan se formaba en mi mente a toda velocidad

― Porque no quería reconocer la derrota, también intentaba despertar una pizca de algún sentimiento en ti…. Pero debo reconocer que has disimulado tu interés a la perfección

― Bien, he reconocido mis sentimientos, ahora es tu turno

― Qué quieres que te diga mi Rosie, desde la primera vez que te vi me sentí…. extraño, como si una luz me cegara y no deje de pensar en ti a cada instante desde entonces

― Awww, que lindo Emmet ― era momento de romper el hechizo, me sentía malévolo

― ¿Rose, estas aquí? ― grité, haciendo callar inmediatamente a la pareja, comencé a caminar hacia ellos sin dar indicios de haberlos oído ― Oh, Rose, al fin te encuentro, tengo algo importante que decirte

― Edward…. Yo también debo decirte algo ― la incomodidad se notaba en el rostro de ambos, tuve que morderme los labios para evitar reír

― De acuerdo, pero antes debo informarte que mis padres te han aprobado como mi prometida

― ¡¿Qué?! ― gritaron al unísono Emmet y Rose

― Es maravilloso ¿no te parece? Ahora te dejo, debes acicalarte porque el compromiso se anunciara esta noche….. por cierto, me he tomado la libertad de llamar a tus padres, no deben tardar en llegar, hubiera preferido que fuera una sorpresa, pero no me puedo contener, estoy feliz Rose ― debía salir de ahí cuanto antes o seria descubierto

― ¡Espera Edward! ― intervino Emmet evitando mi huida ― no puedes hablar en serio

― Claro que lo hago Emmet, tu mejor que nadie estaba al tanto del motivo de mi estadía en Masen

― Pero no puedes comprometerte con Rose… ella y yo….

― Es un hecho Emmet, solo hace falta anunciar el compromiso

― Pero yo no he aceptado ― declaró Rose preocupada

― El compromiso es una clausula incluida en el viaje a Masen, por consiguiente aceptaste comprometerte conmigo en el mismo instante en que pusiste un pie en Masen, lo único faltante era que yo eligiera a la mujer ideal, pero ya no es un problema, la e encontrado y eres tú Rosalie Hale, está de más decir que tus padres están encantados con la noticia ― sin más di media vuelta

― ¡No lo voy a permitir! ― declaró Emmet

― ¿Disculpa? ― interrogue con una ceja alzada

― Lo has oído, no voy a permitir que ates a Rosalie a un compromiso que ella no desea, además ella me quiere a mí

― ¿Es verdad Rosalie? ― interrogué

― Sí, Es verdad Edward. ― Me encogí de hombros restándole importancia

― No sabes cuánto lo lamento ― una pequeña sonrisa comenzaba a formarse en sus rostros, cuan equivocados estaban, estaba disfrutando de la situación y lo haría el mayor tiempo posible ― pero ya es un hecho, estamos prometidos ante mis padres y ello no será modificado ― sentencie con voz dura

― ¿Qué mierda ocurre contigo Edward? ― Emmet se interpuso ante mí ― ella ha dicho que no te quiere

― ¿Y? No pido su amor tampoco, como príncipe heredero no exijo una esposa que me ame con locura, simplemente debe atender su papel como soberana de Masen, además he pasado por una odisea para encontrarla y no pienso ¡ni de broma! Volver a pasar por lo mismo; mi consejo querido amigo es que vuelvas a Inglaterra o a Nueva York, donde encontraras a chicas más que dispuestas a quererte.

― ¡No!

― No pienso seguir discutiendo, es un hecho, si quieren modificarlo hablen con mi padre, pero os advierto, si lo hacen tengan por seguro que crearan ciertos roces entre mi familia y las suyas, dudo que quieran eso o al menos por parte de Rose ― el silencio que siguió me permitió salir de ahí, en cuanto asegure cierta distancia entre ellos y yo, comencé a carcajearme cual si fuera loco.

Las horas transcurrieron velozmente, no vi a Rose o a Emmet aunque debo admitir que me asegure de estar lejos de su vista, valoraba lo suficiente mi integridad.

En cuanto dio inicio la celebración de aniversario de bodas de mis padres tome asiento junto a ellos, desde ahí observe a Rose con rostro abatido y a Emmet lanzándome dagas con la mirada, yo solo sonreía. En cierta forma todo marchaba a la perfección, los Hale llegaron hacía una hora, obviamente no por invitación mía sino de Esme, mi madre se aseguró de que todos nuestros invitados estuvieran presentes en su aniversario de bodas, ella decía que era una muestra de calidez y buena fé, tan característica de Masen

Después del discurso de agradecimiento de mis padres y reivindicación del su mutuo amor pedí la palabra, subí al estrado y me aclare la garganta, noté como Rose palidecía y algo de culpabilidad llegó a mí, no pretendía que se enfermara tampoco, pero como iba a saber que no tenía sentido de humor, si fuera Isabella, lejos de palidecer, estaría hurgando un plan de venganza. Sonreí como idiota al recordarla, durante la tarde hable seriamente con mi madre y tome la decisión de volver a Nueva York, esta vez Isabella no se escapara de mí.

― Su atención por favor, damas y caballeros, agradezco su presencia en este día tan especial para mis padres, a quienes deseo largos años de amor, unidad, prosperidad, paz y bienestar. Ahora quiero aprovechar el momento para comunicarles una reciente decisión ….. ― alargue el momento para hacer sufrir a los implicados mejor dicho los que creían estar implicados ― esta tarde he tomado una resolución….. Yo Edward Cullen, deseo informarles que … he reducido mis vacaciones en Masen por motivos de fuerza mayor, por consiguiente vuelvo a Nueva York, pero no os preocupéis, en nombre de mi familia deseo que continúen, pero sobre todo disfruten de su estadía. Gracias.

En cuanto baje des estrado sentí las miradas sobre mí, pero nadie dijo nada, excepto una persona: mi padre

― ¿Qué significa lo que has dicho Edward?

― Vuelvo a Nueva York padre

― ¿Pero qué hay del compromiso, de Rosalie?

― Rosalie no me atrae y yo a ella tampoco, además en Nueva York está la elegida

― Pero…

― Carlisle, déjalo ir, confía en su criterio ― Carlisle asintió aunque no muy convencido, decidí ir a mi habitación y preparar el equipaje, pronto Bella.

― Edward, espera ― sentí a alguien halarme de la chaqueta.

― ¿Rose? ¿Ocurre algo?

― Solo quería agradecerte, ya sabes…. Por desistir en el compromiso.

― No es nada

― ¡Edward, hermano! Te quiero ― dijo Emmet envolviéndome en sus brazos en un efusivo abrazo ― ya comenzaba a idear planes de raptar a la novia, no sabes cuánto te lo agradezco

― No hay nada que agradecer, me he divertido

― Entonces… sin rencores

― Sin rencores ― dije estrechándole la mano, ello se alejaron abrazados y cuando estaban lo suficientemente lejos, solté la última bomba ― Rose, Emmet, debo decirles que escuche su conversación en el jardín y de hecho nunca existió un compromiso, pero fue divertido hacerles creer lo contrario, lo último que oí fueron sus protestas, pero estaban lo suficientemente lejos para darme alcance. Aquella noche dormí tranquilamente.

Al siguiente día me levante temprano y me aliste para tomar el vuelo que me llevaría a Nueva York, mi padre continuaba refunfuñando por mi decisión pero no se opuso a mi retorno, después de una emotiva despedida aborde el jet privado, no informe a nadie de mi regreso, quería dar una sorpresa a todos en NY.

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Mientras tanto, en Nueva York…..

Capítulo 22: Emergencia

 
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