Gianna. El dulce despertar

Autor: CarolCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 23/12/2010
Fecha Actualización: 07/03/2011
Finalizado: SI
Votos: 57
Comentarios: 207
Visitas: 161091
Capítulos: 50

TERMINADO

 


 

Cuadré los hombros y fui a enfrentarme con mi suerte; ¿vida o muerte? simplemente me daba igual; yo ya no era nada sin su amor; yo le queria más que a mi propia vida y el se fue; dejandome en la penumbra. 

El me prometió tantas cosas; me dijo que me queria, que yo era su existencia, que no se explicaba como un demonio como el había encontrado a un ángel como yo... y a decir verdad yo me lo creí; estaba ilusionada, por primera vez me sentía querida, pero por un simple accidente se fue.

Yo solo quería despertar de este largo sueño, en el cual me creí que un ser tan hermoso, un arcángel como el se enamoro de una simple humana como yo.

 

 

 

Bueno chicas; aquí tenéis un nuevo fic.

Este fic va sobre Los Vulturis, mi familia favorita; y sobre todo va de una persona en especial; la cual no se la ha dado mucha importancia. Gianna (la recepcionista de Los Vulturis) 

Ya se que en Amanecer dan a entender que ella ya no esta presente, es decir que la aniquilaron, pero yo queria darla otro final, un final ''feliz'', aunque eso no quiere decir que la transformé...

En fin no voy a dar más detalles; solo quiero que sepáis que esta historia estará llena de pasión, amor, drama, lucha; en fin de todo un poco.

Espero que os guste esta nueva historia y me gustaría saber vuestra opinión; espero sus comentarios y sus votos. Gracias.

- CarolCullen.

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Capítulo 48: Libertad

Pov Gianna.

El aturdimiento me cegaba por completo. Aquellos ojos color borgoña, aquellos ojos escalofriantes y amenazadores, los de Santiago. Todavía recuerdo su mirada, una mirada llena de rabia y odio, una mirada que me traspasaba la piel y que me calaba los huesos debido al horror. El había sido el dueño de mis pesadillas, de mis llantos y de mi desesperación. ¿Por qué? Preguntaba cada dos por tres mi mente, ¿por qué me había hecho tanto daño? Apenas yo era una niña, pero sin embargo el había continuado con su tortura, a decir verdad el no me había hecho daño físicamente; sino psicológicamente. Todos los días, todas las noches sus ojos me perseguían y no me dejaban escapar; e incluso hace unos pocos años atrás todavía seguía con esas pesadillas y ese llanto.
Agotada psicológicamente me escondí en un callejón sin salida; alcé la vista al cielo y pude comprobar como el cielo se encapotaba – llovería – el viento azotó mis cabellos cubriéndome la cara haciendo que estos se quedasen pegajosos respecto a mis lágrimas.
El llanto siguió su recorrido y me encerré en mi propia oscuridad. De inmediato una pregunta cruzó mi mente; una pregunta que ante tal un escalofrió me hizo estremecer - ¿y si el había sido el culpable de la muerte de mis padres? – un jadeo salió de entre mis labios – no, eso no podía ser, ¿o si? – ya no sabía que creer. Mis padres habían muerto, eso era lo único que tenía claro; pero, ¿Cómo? Nunca me habían dicho como, tan solo un accidente, pero ¿qué tipo de accidente?
Sentía como poco a poco me iba debilitando y como mi mundo se me iba de las manos, como este se veía azotado por un fuerte terremoto el cual alteraba todos mis esquemas. ¿Es que acaso no podía ser feliz? ¿Es que mi vida siempre iba a ser sufrimiento?
Cuando por fin había conseguido ser una nueva Gianna – o al menos eso creía – cuando me había propuesto empezar de nuevo… ¿me tenía que pasar esto?
La oscuridad venía e iba por completo, dándome ramalazos de dolor por cada centímetro de mi frágil cuerpo.
Quería escapar de esta realidad, quería alejarme de todo y aunque solo fuese por unos momentos, dejar de sufrir y no sentir nada.

Mis ojos se abrieron ante la tenue luz del exterior.
Me encontraba en un lugar extraño; en cuanto abrí los ojos, aquella luz que me despertó se fue, pensaba que me sucumbiría en la oscuridad, pero no, la luz se fue dejándome en un espacio en blanco, desolador.
Giré sobre mi misma, intentando buscar alguna salida, algún camino de vuelta a la realidad; pero no había nada, cuando intentaba moverme chocaba contra algo duro e invisible.
En ese momento, cuando creí que todo estaba absolutamente perdido una puerta se abrió, dejando paso a la luz del exterior, donde se podía percibir vida. Una extraña pero agradable sensación me invadió, sentía que ese lugar era para mi, un lugar en el que no había sufrimiento ni oscuridad, tan solo vida.
Quería correr hacia esa puerta y abrirme paso entre la oscuridad que encerraba a mi ser, pero una voz me detuvo.


- Libre de todo dolor si atraviesas esa puerta, pero atente a las consecuencias 


Ahora mismo todo me daba igual, solo quería escapar. Sin más que decir por mi parte y por la parte de aquella voz me dirigí hacia la vida.

Capítulo 47: Mi pasado Capítulo 49: El amargo otoño

 


Capítulos

Capitulo 1: Extraña existencia Capitulo 2: Primeras impresiones Capitulo 3: Todo está perdido Capitulo 4: ¿Alucinaciones? Capitulo 5: Todo por ella Capitulo 6: La gota que colmó el vaso. Capitulo 7: En brazos de otro Capitulo 8: Difícil de explicar Capitulo 9: Diferentes sueños Capitulo 10: Culpabilidad Capitulo 11: Consecuencias Capitulo 12: El no me hace bien Capitulo 13: Simples miradas Capitulo 14: Diversas sensaciones Capitulo 15: Hermanos Capitulo 16: Verdades Capitulo 17: Nada es lo que parece Capitulo 18: Charla pendiente Capitulo 19: Descubrimientos Capitulo 20: El jardín Capitulo 21: ¿Luchar por ella? Capitulo 22: Algo nuevo nació Capitulo 23: Se tu misma Capitulo 24: ¿Por qué? Capitulo 25: ¿Posible solución? Capitulo 26: Fuera de tu alcance Capitulo 27: Las mismas sensaciones Capitulo 28: Confesiones Capitulo 29: Una parte desconocida Capitulo 30: Segundas oportunidades Capitulo 31: Todo estaba planeado Capitulo 32: Por mi misma Capitulo 33: Santiago Capitulo 34: Entre dos aguas Capitulo 35: Amarga tortura Capitulo 36: El comienzo de una historia Capitulo 37: Eterno dilema y algo más Capitulo 38: Después de la dicha vino el dolor Capitulo 39: Tomando forma Capitulo 40: Llegó el olvido Capitulo 41: Todo encaja Capitulo 42: Ojala Capitulo 43: Nada está perdido Capitulo 44: No tan pronto Capitulo 45: Un nuevo trabajo Capitulo 46: Dejando paso a la felicidad Capitulo 47: Mi pasado Capitulo 48: Libertad Capitulo 49: El amargo otoño Capitulo 50: Segunda parte

 


 
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