Gianna. El dulce despertar

Autor: CarolCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 23/12/2010
Fecha Actualización: 07/03/2011
Finalizado: SI
Votos: 57
Comentarios: 207
Visitas: 161063
Capítulos: 50

TERMINADO

 


 

Cuadré los hombros y fui a enfrentarme con mi suerte; ¿vida o muerte? simplemente me daba igual; yo ya no era nada sin su amor; yo le queria más que a mi propia vida y el se fue; dejandome en la penumbra. 

El me prometió tantas cosas; me dijo que me queria, que yo era su existencia, que no se explicaba como un demonio como el había encontrado a un ángel como yo... y a decir verdad yo me lo creí; estaba ilusionada, por primera vez me sentía querida, pero por un simple accidente se fue.

Yo solo quería despertar de este largo sueño, en el cual me creí que un ser tan hermoso, un arcángel como el se enamoro de una simple humana como yo.

 

 

 

Bueno chicas; aquí tenéis un nuevo fic.

Este fic va sobre Los Vulturis, mi familia favorita; y sobre todo va de una persona en especial; la cual no se la ha dado mucha importancia. Gianna (la recepcionista de Los Vulturis) 

Ya se que en Amanecer dan a entender que ella ya no esta presente, es decir que la aniquilaron, pero yo queria darla otro final, un final ''feliz'', aunque eso no quiere decir que la transformé...

En fin no voy a dar más detalles; solo quiero que sepáis que esta historia estará llena de pasión, amor, drama, lucha; en fin de todo un poco.

Espero que os guste esta nueva historia y me gustaría saber vuestra opinión; espero sus comentarios y sus votos. Gracias.

- CarolCullen.

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Capítulo 35: Amarga tortura

Pov Jane.


¿Ángel? o ¿Demonio? 

Por un bando me tenía que decantar. ¿O acaso podía ser las dos cosas? 

Estaba claro, yo no quería perder mi esencia, en la cual era sádica; malvada y sin corazón; pero a decir verdad quería mostrarme una persona con sentimientos y por así decirlo dulce con los que de verdad estaban a mi lado. Por ejemplo Gianna. La cual me había ayudado y aconsejado. Me sentía libre con ella; sentía que podía hablar con ella de cualquier cosa; y también estaba cogiendo cariño a Renata. En esta vida no se puede vivir en la eterna soledad, y tampoco puede ser uno tan cruel como yo era. Pero eso no quiere decir que me convierta en un ángel, solo que dejaría ver una parte de mi a las personas indicadas; como ellas.

Caminé por los pasillos del castillo. Aburrida como estaba fui a la gran sala. Seguramente estaría Aro... y ante mi pensamiento sentía como mis piernas cedían, simplemente una manera de hablar, me dije a mi misma. Desde el primer momento en el que le vi me quede prendada de el; el fue mi salvador; mi mentor; y... ¿que podía decir de el? estaba completamente enamorada de el, y el lo sabía. Pero no podía hacer nada; ya que el estaba comprometido con Sulpicia. Supire ante ese nombre, ya que ella me amargaba la existencia. Ella también sabía mis sentimientos hacia Aro, y siempre que estaba yo presente demostraba su amor con el, ¿es que Aro no se daba cuenta? ella solo quería el poder, nada más; solo el poder. Y por eso odiaba a Gianna, ya que esta temía que Gianna asumiése el poder cuando esta se convirtiese; ya que según Aro Gianna sería muy poderosa; y eso a Sulpicia la mataba en vida.

Ante mi se abrieron las grandes puertas de la gran sala. Pude comprobar como en esta estaban Marco, Cayo, Aro, Sulpicia, Athenadora, Alec y Demetri.

- Que gusto volver a verte - dijo Sulpicia en cuanto entré

- Siento decirtelo Sulpicia, pero no opino lo mismo - dije serena mientras me colocaba junto a Alec

- ¿Sabías que eres una maleducada? Tienes que tener un respeto por tus mayores - dijo fría

- Yo ofrezco mi respeto a las personas que me lo dan - dije mientras me encaraba a ella

- Jane querida - dijo Aro mientras cogía mi mano; entonces una corriente eléctrica recorrió todo mi cuerpo. Su contacto era cálido y especial.

- De acuerdo amo - dije con respeto mientras le miraba a los ojos. Unos ojos que me tentaban.

Me acerqé de nuevo a mi hermano. En un suave susurro le pregunté

- ¿Y Gianna?

- Con Santiago 

Mire a mi izquierda y me di cuenta de que estaba Demetri. Su rostro estaba descompuesto. Había escuchado lo de Alec. Sabía que Demetri quería con locura a Gianna, y esta a el; pero también sabía que el corazón de Gianna estaba dividido. Su otra mitad era Santiago

En ese momento a nosotros llegó el más dulce de los aromas. Un aroma que reconoceríamos en cualquier parte. Gianna. Esta entraba al castillo nerviosa y en su rostro se la veía confundida; olí de nuevo y pude comprobar como llevaba el aroma de Santiago presente. Esta se fijo en Demetri y pude ver como sus ojos proyectaban felicidad y amor, aunque con un punto de culpa en ellos. Y Demetri, ¿que decir de el? la mira embobado, el estaba fascinado con ella; era su existencia y nada más.

Pude ver como por un momento sus miradas se conectaban y a través de ellas se decían todo. En sus rostros había amor, solo amor. Por una parte sentía envidía, ya que sabía que Aro nunca sentiría lo mismo por mi.

Aro se levantó con la suavidad que solo el poseía. Sus pasos eran hermosos y delicados, era como si estuviese flotando, andando por el aire.

- Gianna; que gusto me da verte de nuevo - dijo este haciendo que Gianna se partase de la mirada de Demetri

- Ya sabes que el gusto el mío.

Mire a Sulpicia y solo pude ver la rabia. Eso si que me reconfortaba. Esta hablaba en pequeños susurros con Atehenadora, tan pequeños, tan suaves que yo no los podía escuchar.

- ¿Que tal estas? ¿Como...

- Mejor no preguntes - dijo Gianna cortandole

- Oh, entiendo preciosa. Ya sabes que si necesitas ayuda...

- Ya lo sé Aro, y se que la necesitaré dentro de poco. Pero tal vez no sea tu ayuda precisamente - y dicho esto miró a Marco 

- Extraño - respondió Aro con una sonrisa torcida

- Más que eso - y me di cuenta de que la mano de Gianna estaba entrelazada a la de Aro. 

- Solo tienes que pedirlo - dijo tal vez contestando a algun pensamiento.

- Gracias; ¿entonces me puedo ir a casa?

- Por supuesto, ¿quieres que te acompañe alguien? - preguntó mientras miraba a Alec

- Si no le necesitas... - dijo esta mientras miraba también a Alec

- Claro que no. Alec - dijo Aro haciendo un gesto.

- ¿Por que siempre te tengo que acompañar yo? - preguntó Alec divertido a Gianna

- ¿Y por que siempre tienes que acceder a mis peticiones? - contraatacó Gianna mientras le sacaba la lengua.

Sin previo aviso este cogió a Gianna por la cintura y se la echó a los hombros.

- Alec por favor - dijo esta mientras pataleaba y se reía - a paso humano, que sabes que me mareo

- Se siente - y de inmediato desaparecieron.

Pude ver la rabia de Demetri. El estaba celoso. Y Aro miraba divertido la escena. Por un momento nuestras miradas se encontraron y de nuevo ese hechizo me cegó.

- Por favor, ¿me podéis dejar a solas con Jane?

- Pero Aro, ¿en que estas pensando? - preguntó Sulpicia enojada

- Necesito hablar con ella, nada más.

- ¿Y de que?

- Sulpicia cielo; no creo que te importe. Además ahora lo digo como una orden.

E inmediatamente todos se fueron; Sulpicia dudó durante unos instante y se fue, no sin antes dedicarme una mirada llena de odio.

- ¿Que es lo que quiere amo? - pregunté asustada. 

Con el no me podía mostrar malvada.

- Jane, querida.. - dijo en un susurro - algún día esta tortura se acabará, aguarda... - dijo mientras me acariciaba el rostro. Y de un momento a otro juntó sus labios con los míos.

Capítulo 34: Entre dos aguas Capítulo 36: El comienzo de una historia

 


Capítulos

Capitulo 1: Extraña existencia Capitulo 2: Primeras impresiones Capitulo 3: Todo está perdido Capitulo 4: ¿Alucinaciones? Capitulo 5: Todo por ella Capitulo 6: La gota que colmó el vaso. Capitulo 7: En brazos de otro Capitulo 8: Difícil de explicar Capitulo 9: Diferentes sueños Capitulo 10: Culpabilidad Capitulo 11: Consecuencias Capitulo 12: El no me hace bien Capitulo 13: Simples miradas Capitulo 14: Diversas sensaciones Capitulo 15: Hermanos Capitulo 16: Verdades Capitulo 17: Nada es lo que parece Capitulo 18: Charla pendiente Capitulo 19: Descubrimientos Capitulo 20: El jardín Capitulo 21: ¿Luchar por ella? Capitulo 22: Algo nuevo nació Capitulo 23: Se tu misma Capitulo 24: ¿Por qué? Capitulo 25: ¿Posible solución? Capitulo 26: Fuera de tu alcance Capitulo 27: Las mismas sensaciones Capitulo 28: Confesiones Capitulo 29: Una parte desconocida Capitulo 30: Segundas oportunidades Capitulo 31: Todo estaba planeado Capitulo 32: Por mi misma Capitulo 33: Santiago Capitulo 34: Entre dos aguas Capitulo 35: Amarga tortura Capitulo 36: El comienzo de una historia Capitulo 37: Eterno dilema y algo más Capitulo 38: Después de la dicha vino el dolor Capitulo 39: Tomando forma Capitulo 40: Llegó el olvido Capitulo 41: Todo encaja Capitulo 42: Ojala Capitulo 43: Nada está perdido Capitulo 44: No tan pronto Capitulo 45: Un nuevo trabajo Capitulo 46: Dejando paso a la felicidad Capitulo 47: Mi pasado Capitulo 48: Libertad Capitulo 49: El amargo otoño Capitulo 50: Segunda parte

 


 
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