Gianna. El dulce despertar

Autor: CarolCullen
Género: Romance
Fecha Creación: 23/12/2010
Fecha Actualización: 07/03/2011
Finalizado: SI
Votos: 57
Comentarios: 207
Visitas: 160686
Capítulos: 50

TERMINADO

 


 

Cuadré los hombros y fui a enfrentarme con mi suerte; ¿vida o muerte? simplemente me daba igual; yo ya no era nada sin su amor; yo le queria más que a mi propia vida y el se fue; dejandome en la penumbra. 

El me prometió tantas cosas; me dijo que me queria, que yo era su existencia, que no se explicaba como un demonio como el había encontrado a un ángel como yo... y a decir verdad yo me lo creí; estaba ilusionada, por primera vez me sentía querida, pero por un simple accidente se fue.

Yo solo quería despertar de este largo sueño, en el cual me creí que un ser tan hermoso, un arcángel como el se enamoro de una simple humana como yo.

 

 

 

Bueno chicas; aquí tenéis un nuevo fic.

Este fic va sobre Los Vulturis, mi familia favorita; y sobre todo va de una persona en especial; la cual no se la ha dado mucha importancia. Gianna (la recepcionista de Los Vulturis) 

Ya se que en Amanecer dan a entender que ella ya no esta presente, es decir que la aniquilaron, pero yo queria darla otro final, un final ''feliz'', aunque eso no quiere decir que la transformé...

En fin no voy a dar más detalles; solo quiero que sepáis que esta historia estará llena de pasión, amor, drama, lucha; en fin de todo un poco.

Espero que os guste esta nueva historia y me gustaría saber vuestra opinión; espero sus comentarios y sus votos. Gracias.

- CarolCullen.

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Capítulo 28: Confesiones

Pov Gianna.


En silencio fuimos caminando hasta la salida. Podía percibir como este no apartaba la vista de mi, y eso me incomodaba un poco. Me sentía extraña junto a el; ya no era lo mismo que antes... cuando le conocí, ahora se comportaba de manera distinta, pero el por qué no lo sabía.

- ¿Quieres que te acompañe a casa? - me preguntó antes de abrir las puertas que daban a la salida

- No gracias Félix; además enseguida Heidi irá con el almuerzo...

Este no me contestó, abrió las puertas y con una sonrisa burlona me dijo

- Creo que no

- ¿Por qué...

Y en ese momento vi a una figura realmente hermosa; una figura que conocía muy bien. Heidi. Esta estaba contra una pared, intentando llamar la atención de algún turista inocente, pero ninguno de ellos la hacia caso. Esta se percató de nuestra presencia y emitió un gruñido devastador. La única expresión que había en su hermoso rostro era la rabia.

- Por eso te lo decía. ¿Quieres que te acompañe? - me dijo mientras se acercaba a mi

- Tranquilo Félix, estaré bien. Si eso puedes ayudar a Heidi, tal vez alguna mujer se fijé en ti... y nunca se sabe - le dije mientras le guiñaba un ojo

- No suena tan tentador, teniendote a ti - me dijo con una sonrisa realmente pícara; la cual no me hizo caer a sus pies, sino la cual me hizo estremecerme debido al miedo.

- Ni digas tonterías - le contraataqué con un hilo de voz - venga vete con ella y ayúdala

Y cuando dije estas palabras Heidi me miró aún con más rabia. Perfecto, si ahora la culpa la tendré yo de que la caiga mal; dije para mi misma; si ella no sabe hacer su trabajo no es mi problema. Y ante mi comentario no pude evitar reírme. Los dos me miraron confusos ante mi risa, pero yo no les dije nada; me encaminé hacia el exterior.

Me di cuenta de que era un día nublado; pero era un día con encanto. Hacia un poco de calor, no demasiado, era justo y agradable, y lo que realmente me gustaba era la pequeña brisa que había en el ambiente. Esta alborotaba mis cabellos y dejaba en mi el aroma de las flores. Por este motivo no quería regresar a casa, quería disfrutar del paisaje; ya que había estado tan centrada en mis pensamientos, tan centrada en este mundo paranormal que no me había dado cuenta del mundo en el que nací, en el cual no existían vampiros.

Vagué por las calles de Volterra; sin un destino fijo, tampoco me importaba tenerlo. 

Pude notar como mi cabeza estaba completamente tranquila; serena; sin ningún pensamiento que me pudiese herir; y a decir verdad eso se agradecía. 

Estaba tan sucumbida en mis pensamientos, tan absorta en ellos que no me di cuenta de que me había alejado completamente de la ciudad. Me encontraba en un pequeño claro, el cual lindaba con un bosque espeso. A lo lejos podía divisar la hermosa ciudad de Volterra. Eran una de las mejores ciudades del mundo, o al menos para mi. Estaba llena de historia y de vida.

Me tumbé sobre el el suelo con delicadeza; quería captar todo lo que estuviese a mi alrededor, quería sentirme libre y sobre todo quería pensar en mi misma. Mi mente empezó a vagar por los recuerdos de mi infancia; en los que algún día fui feliz, pero... ¿realmente era feliz ahora?...

Y no me dio tiempo a continuar mi monólogo ya que sentí una presencia en algún lugar del bosque; algo que me miraba, y podía distinguir esa mirada, una mirada llena de deseo. ¿Por que siempre me tenía que pasar esto a mi?cuando por fin lograba evadirme de todo; cuando por fin me encontraba realmente bien...algo malo pasaba.

Me levanté lentamente del suelo, si había alguien en el bosque no quería que este notase mi preocupación... espera un momento, puede ser Alec. No creo, el vendría directamente aquí y no andaría con tantos juegos; y si era... no, esa persona no.

- ¿Hay alguien? - pregunté al vacio

Me sentía tonta al hablarle a la nada; pero era lo que tenía que hacer, aclarar mis dudas...sabía que había alguien observandome.

Como era lógico nadie contestó

- ¿Seguro de que no hay nadie? - volví a decir mientras daba un paso para atrás, entonces sentí como chocaba contra algo duro y frío.

Me giré en redondo temerosa de lo que pudiese haber detrás de mi persona. 

- Esto me recuerda a la primera vez que nos conocimos; aquel día en el callejón...

Había estado tan ciega por el miedo que no me di cuenta de quien era. Félix. Este lucía como siempre; con su capa gris que le cubría todo su enorme cuerpo, pero tampoco me fije mucho en eso, en lo que si me fije fue en su rostro, en el había deseo.

- ¿Que haces aquí? ¿No deberías estar en el castillo? - le pregunté mientras me separaba de el

- Tu lo has dicho, debería...

- ¿Y?

- Pues que me parece más divertido estar contigo - dijo mientras me cogía de la mano. Cuando este me tocó su contacto helado me hizo retroceder aún más.

- Yo creo que es imposible, ahora me voy para casa, y además estoy muy cansada, me iré a la cama... - dije mientras apartaba su mano de la mia

- ¿A las doce del mediodía te irás a la cama? - preguntó incrédulo

- Eh... ¿si? - pregunté asustada

- Gianna, a mi no me engañas...

- Que no te estoy engañando Félix; que me quiero ir para casa, que estoy muy cansada de verdad. Y tu deberías irte para el castillo

- Que no quiero, quiero estar contigo - dijo mientras acercaba su rostro al mio.

- Por favor Félix, te tengo cariño... pero yo no quiero esto.

- Ninguna mujer se ha resistido a mis encantos - dijo burlón

- Dejame decirte que yo seré la primera

- Gianna, no me lo pongas difícil

Y en ese momento, cuando abrí la boca para contestarle... este me robó un beso. Sus frías manos se entrelazaron entre mis cabellos; este me atraía más y más hacia su frío cuerpo, y sus labios... solo había deseo en ellos, nada de amor. Quería apartarme de el; pero no podía; me estaba agarrando con firmeza, yo no quería esto. En ese momento pensé en Renata, y... ¿Renata estaba enamorada de una persona así? el amor puede ser cruel para algunas personas; y sobre todo para mi. Demetri... 

Sentía como el aire de mis pulmones se iba perdiendo poco a poco; estaba cansada y veía como mi mundo se me iba de las manos.

Este se dio cuenta de mi falta de aire, entonces se separó un poco, es su rostro podía ver la satisfacción.

Recobré el aire y me di cuenta de que tenía la intención de volver a besarme

- No... - dije en un susurro 

- Si... - y eso fue lo último que capté antes de que juntara de nuevo sus labios con los míos. 

- Ni se te ocurra tocarla de nuevo - dijo una dulce voz detrás de mi

Me di la vuelta rápidamente para encontrarme con su hermoso rostro. Seguía existiendo una nota de dolor en el, pero ahora lo que más se hacia notar era la rabia. Este enseguida captó mi mirada y pude ver un brillo especial en sus ojos; y eso fue lo que me descolocó completamente. De nuevo mi respiración aumentó, los latidos de mi frágil corazón aceleraban el ritmo... 

- Demetri - dijo Félix mientras se apartaba de mi - que gustó volver a verte

- Si te digo la verdad no pienso lo mismo; y te lo repito de nuevo... apartate de ella - dijo emitiendo un gruñido 

- ¿Por qué debería hacerlo? nos lo estabamos pasando bien... - dijo burlón

- Si, sobre todo ella - dijo mientras me señalaba - y no me hagas repetirtelo de nuevo, ¿o quieres que de esto se enteré Aro? ya sabes lo que pasará...

- Déjamela un rato más, y después...

Demetri no le dejo terminar la frase, ya que este se abalanzó sobre Félix. Podía ver la furia con la que atacaba a Félix. Este le estampó contra varios árboles; pude comprobar como Demetri le cogía por el cuello y le miraba con asco.

- Como te vuelva a ver cerca de ella te juro que yo mismo te arranco la cabeza. Alejate de ella - y esta última frase la dijo gritando.

En cuanto Demetri soltó a Félix este se marcho rapidamente, dejandonos a Demetri y a mi solos. Inmediatamente Demetri se posiciono a mi lado, estaba en estado de shock; el me había defendido, el...

- ¿Estas bien? - me preguntó mientras me acariciaba la mejilla

Mi cabeza ya no daba para más; quería aceptar con gusto esta caricia, pero no podía, había algo que me lo impedía, y era el miedo...tal vez mañana le vea y este no me vuelva a hablar, tal vez, tal vez...tantos tal veces.

- Gianna... - dijo mientras se acercaba más a mi.

- Demetri no me lo pongas más dificil por favor. - dije mientras unas lágrimas caían por mis mejillas

- No te puedo ver así Gianna, tu me importas, tu...

- ¿Que te importo? - dije mientras captaba su mirada - yo creo que no; ¿cuantas veces me has visto por los pasillos y me has ignorado? ¿cuantas veces me has mirado con odio? tantas veces han pasado tantas cosas... tu sabías lo que yo sentía por ti, me enamoré locamente de ti, y a pesar de eso jugabas conmigo, ¿hay derecho a eso? todos los días; todas las noches...pensando en ti, y tu lo único que hacias era jugar conmigo. Por eso te dije que me olvidaras, que hicieses como si no existiese, ya que no quería sufrir más, ya que intentaba olvidarme de ti.

- ¿Y ahora? ¿Que sientes? - pregunto dolido

- No creo que te importe Demetri; ¿para que te lo voy a contar...para que mañana cuando me veas me ignores? yo para ti soy una simple humana; nada más... y no sé por qué narices me has defendido delante de Félix.

- Lo siento Gianna, de verdad... estaba confundido, estaba...

- ¿De que estabas confundido Demetri? - dije furiosa - bueno sabes lo que te digo, que me marcho de aqui. Tu no me haces bien.

- Pero Gianna...

- Me tienes harta Demetri - dije mientras me encaraba a el - y te voy a decir lo que siento por ti, para que mañana sigas jugando conmigo, ¿te parece? te amo Demetri; tu has sido el único, tu...no hay palabras para describir lo que siento por ti; ¿te parece bien? ahora ya sabes por mi lo que de verdad siento. Espero que mañana sigas con tu juego de siempre... - dije mientras me alejaba de el, pero este me lo impidió.

- No podría jugar contigo

- ¿Por qué no? ¿Acaso ahora te has vuelto mejor persona?

- Porqué yo también te amo Gianna; estaba realmente confundido cuando te conocí, y te juro que a mi me dolía más lo que te hacia que a ti. Me doy cuenta de que no puedo vivir sin ti, eres mi existencia, por primera vez estoy completo

Me quedé sin palabras ante su respuesta. El, mi Demetri me amaba, y podía asegurar que eso era cierto, ya que se lo veía en sus perfectos ojos carmesí que tanto me enloquecían.

Nos quedamos parados el uno frente al otro, observandonos con curiosidad y con terror. Estaba asustada, no sabía que hacer en este momento, y el tampoco, según mi opinión.

Sentí la necesidad de besarle, de tenerle entre mis brazos, pero había algo en mi interior que si hacía esto dañaría a alguien más y que también me dañaría a mi en un futuro próximo.

Y justo en ese momento mi ser, mis pensamientos...todo se derrumbó cuando este juntó sus labios con los míos.


Capítulo 27: Las mismas sensaciones Capítulo 29: Una parte desconocida

 


Capítulos

Capitulo 1: Extraña existencia Capitulo 2: Primeras impresiones Capitulo 3: Todo está perdido Capitulo 4: ¿Alucinaciones? Capitulo 5: Todo por ella Capitulo 6: La gota que colmó el vaso. Capitulo 7: En brazos de otro Capitulo 8: Difícil de explicar Capitulo 9: Diferentes sueños Capitulo 10: Culpabilidad Capitulo 11: Consecuencias Capitulo 12: El no me hace bien Capitulo 13: Simples miradas Capitulo 14: Diversas sensaciones Capitulo 15: Hermanos Capitulo 16: Verdades Capitulo 17: Nada es lo que parece Capitulo 18: Charla pendiente Capitulo 19: Descubrimientos Capitulo 20: El jardín Capitulo 21: ¿Luchar por ella? Capitulo 22: Algo nuevo nació Capitulo 23: Se tu misma Capitulo 24: ¿Por qué? Capitulo 25: ¿Posible solución? Capitulo 26: Fuera de tu alcance Capitulo 27: Las mismas sensaciones Capitulo 28: Confesiones Capitulo 29: Una parte desconocida Capitulo 30: Segundas oportunidades Capitulo 31: Todo estaba planeado Capitulo 32: Por mi misma Capitulo 33: Santiago Capitulo 34: Entre dos aguas Capitulo 35: Amarga tortura Capitulo 36: El comienzo de una historia Capitulo 37: Eterno dilema y algo más Capitulo 38: Después de la dicha vino el dolor Capitulo 39: Tomando forma Capitulo 40: Llegó el olvido Capitulo 41: Todo encaja Capitulo 42: Ojala Capitulo 43: Nada está perdido Capitulo 44: No tan pronto Capitulo 45: Un nuevo trabajo Capitulo 46: Dejando paso a la felicidad Capitulo 47: Mi pasado Capitulo 48: Libertad Capitulo 49: El amargo otoño Capitulo 50: Segunda parte

 


 
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