Narra Alma
Por fin llegó viernes, Esther ya estaba en casa y con Embry. Menos mal que estaba bien. Jacob y yo pasamos menos tiempo juntos ya que yo en el instituto con tantos exámenes y trabajos, uf… Pero viernes ya era mejor…
Como todos los días fui a por Andrew, y ahora venía con nosotros María, que notaba algo raro entre ellos dos. Las clases muy bien…
La hora del almuerzo nos sentamos en la cafetería los tres.
- Mañana a que hora tenemos que ir a la Push.- pregunto Andrew.
- Pues si queréis venir a partir de las seis… yo estaré.
- Vale, allí estaré lo más seguro que sobre las siete o antes, no se.
- Pues si quieres pasó a por ti…- le dijo Andrew a María, esta se puso roja.
- Vale…
Y entonces vi como se acercaba Paula y Iris. Las dos ultimas, eran Cristina y Aran no. Estas dos me caían más mal. Sobretodo Cristina.
- Hola chicos.- dijo Iris.
- Hola.- saludamos.
- Esto... Alma mañana a que hora quieres que vayamos nosotras dos.
- Vais a venir tu y Paula
- Si, las otras dos, no quieren.
¡Si! Gritaba de alegría y emoción por dentro de mí misma.
- Vale. Pues sobre las ocho o por ahí empieza la fiesta.
- Estarán los chicos…- dijo Paula
- Claro, por cierto para quien es el chico
- Para esta.- dijo Iris señalando a Paula, esta se ponía roja.
Estallamos a risas.
- Tranquila. Tengo un amigo de nuestra edad. Es mono.
- ¿Si?
- Si. Te lo presentaré.
- Guay, gracias.- me agradeció.
- Nada mujer… - sonó el timbre.- nos vamos.
Nos levantamos y nos fuimos a clases.
Pasó muy rápido el tiempo, era hora de irnos a casa.
Me despedí de mis amigos y fui dirección a mi casa. Por el camino como casi siempre, me encontré con Jacob. Al principio me daba susto pero ya me acostumbré.
- Hola.- le saludé con un beso.
- Cariño. ¿Cómo ha ido todo?- me preguntó casi llegando a casa.
- Buff…, bien, estoy…reventada.
Estalló a risas y yo hice lo mismo.
No tardamos mucho en llegar.
Jacob se quedó a comer y por la tarde ya que no tenía nada que hacer por que todo ya estaba listo para mañana, vimos una película.
- ¿Qué película quieres ver?- me preguntó.
- Pues, no se… de miedo no, por favor.
- Vale, ¿amor?
- Si.
- Posdata: te quiero.- me miró y fui a darle un beso.
- Yo también te quiero.
Nos reímos entre dientes.
- Yo también te quiero.
- Tonta… yo también.
- Oye chicos, nos vamos a casa de los abuelos.- dijo mi madre.
- Vale mamá.- dije separándome de Jake.
- Adiós.- se despidieron y se fueron.
- Bueno, pongo la película.
Puso la película. La vimos y era casi de noche ya, y aun estábamos solos.
Nos sentamos en el sofá otra vez.
- Oye… por casualidad no estaréis tramando nada…- le dije.
- ¿Qué? Que va, enserio no…
- Bueno… ningún susto, por favor.
- Que no…
- Sabes que
- No.
- ¿No? Que fuerte.- me tapé la boca.
- Que pasa.
- Te quiero.- empecé a reírme.
Me cogió la mano que me tapé en la boca y lo sustituyó por sus labios contra los míos.
Poco a poco fuimos acostándonos en el sofá, besándonos apasionadamente, el se puso encima mío.
Los besos eran feroces, y tan dulces a la vez. Un acto involuntario fue, quitarme la camiseta.
Jacob se paró un momento y me besó el cuello, hasta llegar a mis labios. Me metió mano un par de veces.
Entonces paró en seco.
- ¿Qué pasa?- le pregunté.
- Tus padres están apunto de llegar.
- Ostia…
- Ponte la camiseta.
Me puse la camiseta rápidamente. Puse la televisión para despistar un poco.
Luego Jake me sonrió y le devolví la sonrisa. Pocos segundos y entraron por la puerta mis padres. Procuré en no pensar que casi lo hicimos, por que mi padre me leía la mente, al igual que a Jake.
Narra Andrew
Por la tarde quedé con María para ir al centro comercial. Quedamos a las seis.
Fui a por ella y fuimos andando ya que no pillaba tan lejos.
- Oye Andrew, gracias.
- ¿Por?
- Acompañarme, ayudarme. Gracias en todo.
- ¿Todo?
- Si. Por estar a mi lado siempre.
- Para algo están los amigos ¿no?
- Si.
Fuimos al centro comercial y entramos en una tienda de ropa interior femenina, me dio corte entrar.
- Entra tú, te espero fuera.
- No tengas vergüenza, hombre, venga entra.
Entramos y vio un pijama y un sujetador a conjunto con bragas y se lo compró.
- Si te falta dinero, te ayudo eh.
- No, tranquilo.
- Vale.
Luego fuimos a varias tiendas de chicas.
- Mira le compro esta camiseta, ya que es su color favorito el azul, y ya esta.
- Vale.
Cuando terminamos de ahí nos fuimos a un bar.
- Venga que te invito a algo.- le dije.
- Gracias.
Nos sentamos y pedimos dos coca colas. Nos las trajeron al cabo de pocos minutos y empezamos a hablar.
- Bueno y no se para no hablar siempre del instituto…- empezó
- Si, que asco.
- ¿Qué quieres estudiar? Uy, vaya eso también entra en los estudios…- dijo.
- Tranquila… pues quiero estudiar fotografía, me encanta. ¿Y tú?
- Pues si te digo que aun no lo tengo muy claro…
- Es normal, pero ves pensando.
Nos reímos a lo bajo.
Tenía una sonrisa perfecta, era realmente guapísima.
- Sabes que tienes una sonrisa preciosa…- le dije, dios se me escapó.
Se puso roja.
- Lo siento…- le dije luego al ver que no contestaba.
- No si tranquilo, además, gracias eres el primero que me lo dice.
- Va, no me digas tu que no has tenido novio, en lo guapa que eres.
- Vaya… creo que eres el primero ajajá, en decirme todo eso.
- Pues no saben lo que se pierden los chicos, sería uno de los mas afortunados, tienes un encanto natural que me gusta… que gusta lo siento.- rectifiqué, no podía creer que estaba soltándole así a lo ligero.
- Oye… no entiendo por que me dices todo esto…
- Yo tampoco…
Se me acercó más y me puse nervioso, la tenía a escasos centímetros de mí.
- María, yo…
Bajó la mirada.
- No se como decírtelo, pero… creo que me gustas.- nos quedamos en silencio.
Pero rompió el silencio el camarero que nos trajo la cuenta, la pagué.
Nos levantamos y fui acompañarla a su casa, la había cagado bien cagada, sabía que mejor estar calladito.
Casi llegando decidí hablar. Ser valiente.
- María, lo siento por lo que he dicho, si te a molestado…
- Andrew…yo…
Llegamos a su casa, a la puerta.
- Bueno buenas noches. Y ya nos vemos mañana, si quieres…- me di la vuelta dispuesto a marcharme, pero algo me detuvo.
Fueron sus manos aferradas a las mías.
- Espera.
Me giré y entonces volvió hablar.
- Andrew… yo siento lo mismo… no quería decírtelo. Pero es que no puedo evitarlo, yo... yo te quiero…- lo último lo dijo más bajo casi susurrando.
Nuestras manos aun juntas, me acerqué más a ella, acto involuntario.
Y le susurré al oído un <<Te quiero>> y le di un beso apasionado, nos fundimos en un beso los dos. No quería que este mi primer beso se terminase, era lo más maravilloso del mundo. Estar con María.
Nos separamos y le dije la frase que siempre había soñado desde pequeño en poder decírselo a la chica que quería.
- ¿Quieres ser mi novia?
- Claro.- después de la respuesta me dio un beso, este fue más corto.
- Me tengo que ir, pero mañana paso a buscarte.
- Si. Buenas noches.
- Te quiero.
Y me fui a mi casa a dormir.
|